La nueva vida parlamentaria de Gabriel Boric: “Que los perros ladren es señal de que avanzamos”
El diputado por Magallanes lleva solo una semana en el Congreso y ya ha dado que hablar por su estilo confrontacional y directo. Sus intervenciones siempre hacen rabiar a alguien de la Alianza, lo que es considerado como una señal de avance. "No estamos acá para sentirnos cómodos", dice.
“Tal como Alejandra Sepúlveda extraña a la Ministra de Vivienda en este debate, yo no puedo sino echar de menos a casi la mitad de los diputados que mientras damos esta discusión, no se encuentran en la sala, y también a algunos que si bien están presentes en cuerpo, no lo están en espíritu. Desconozco si peco de pajarito nuevo y esto es normal, pero me parece una falta de respeto que no seamos capaces siquiera de escucharnos a nosotros mismos”.
Gabriel Boric es el outsider del Parlamento. Se sienta y mira su computador mientras sus colegas tardan varios minutos en ingresar a la sala. Solo interactúa con los diputados que se acercan a saludarlo. Lleva solo una semana como parlamentario y su estilo ya da que hablar. Primero fue su tenida ‘no formal’ y luego su discurso contra la política neoliberal de los bonos. Y ayer martes, criticó a los parlamentarios que abandonaban la sala mientras sus colegas exponían. “En un momento habían 8 diputados de la Alianza en la sala, no puede ser”, dijo después. La bancada UDI había hecho una conferencia de prensa afuera mientras se desarrollaba la sesión.
El estilo de Boric en sus intervenciones es directo y confrontacional. En sala, le ha tocado discutir sobre el bono marzo y vivienda, y en ambas, dice, intentó darle un toque coyuntural, regional y plantear la discusión ideológica de fondo. Esto es, dar discusión sobre el carácter del Estado.
“Sobre el debate de fondo, en materia de vivienda, como en muchas materias que nos tocará abordar en este Parlamento, subyace una discusión mucho más profunda que también debiéramos ser capaces de tratar en este espacio: El carácter mismo del Estado. Y es aquí donde se centra la disputa central de este nuevo ciclo político que se abre, la mantención de un Estado subsidiario, o la transición hacia un Estado que garantice derechos sociales universales sin discriminación alguna. (…) En concreto, en materia de vivienda, se entrega la solución habitacional a los privados, mientras el Estado se abstiene de actuar para que así el mercado haga lo suyo. Historia conocida”, dijo en su intervención del día martes.
Ese estilo no cae bien en todos los diputados. Si primero fue el turno de Ignacio Urrutia (UDI) al cuestionar su forma de vestir, ahora fue René Manuel García (RN) quien señaló que “algunos que vienen llegando no han leído la Constitución, que garantiza todos los derechos”, en respuesta a Boric. “Quien está o no en la sala depende de cada uno”, agregó, visiblemente molesto.
Pero en la semana que lleva en Valparaíso, Boric no solo se ha enfrentado a la derecha, sino que también ha sido testigo de ciertas prácticas parlamentarias que son, a lo menos, cuestionables. Antes de bajar ayer a la Cámara, una mujer se acercó a su oficina en el piso sexto del Congreso para recordarle a la secretaria que el jueves se entrevistaría con el diputado.
– ¿Sabes cuánto pagan los diputados en impuestos? Es mucho dinero, cerca de dos millones de pesos – le dijo la señora.
– Y está bien po’ – respondió.
– Pero yo vengo a ofrecer formas de ahorro, porque ustedes pagan mucho.
– ¿Me está ofreciendo una forma de eludir impuestos? – pregunta Boric. La señora se excusa y dice que lo verán con más calma en la reunión.
“Qué locura, básicamente vino a ofrecerme ayuda para eludir impuestos“, comenta Boric. Las secretarias le dicen que la mujer es la representante de una empresa que vende APV entre parlamentarios y que la gran mayoría los acepta. “A ustedes no les sirve tanto un APV, si son jóvenes”, le dice la secretaria de Giorgio Jackson, quien tiene oficina contigua. “No es que seamos jóvenes, es un tema de convicciones. Aquí estamos por que los ricos paguen más impuestos”, responde.
Encuentro con ministros
El día estuvo movido en el Congreso. El ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre y la subsecretaria Valentina Quiroga visitaron la comisión de Educación de la Cámara, mientras que la ministra de Trabajo Javiera Blanco llegó hasta la comisión de su cartera. Entre ambas, fueron cerca de 6 horas seguidas de reuniones. Boric asistió a las dos.
El encuentro con Eyzaguirre era el más esperado. La presentación del ex hombre de Hacienda de Ricardo Lagos fue genérica, repasando los principales titulares del programa de gobierno y sin entrar en detalle. “Una educación gratuita, de calidad, sin discriminación y sin lucro es algo que depende de muchos elementos”, repitió varias veces. Fue una intervencion que, tal como el programa, deja más dudas que claridades, y así lo entendió gran parte de los 15 parlamentarios que escuchaban, quienes tuvieron 5 minutos cada uno para presentarle preguntas al ministro. Y la mayor expectación estaba con la bancada estudiantil. Camila Vallejo, Karol Cariola, Giorgio Jackson y Gabriel Boric se enfrentaban frente a frente por primera vez a la autoridad ministerial, ya no desde la calle, sino que desde el Parlamento.
Pero los líderes estudiantiles también veían caras conocidas al frente. Eyzaguirre y Quiroga llegaron acompañados de Miguel Crispi y Rodrigo Roco, ex presidentes de la Feuc y la Fech, nuevos asesores del ministro.
Boric fue el primero en hablar y le recordó a Eyzaguirre su rol en la creación del Crédito con Aval el Estado: cuando era ministro de Hacienda de Lagos: “Desde el 2011 hay un consenso de que la educación es un derecho y no puede seguir siendo más un bien de mercado. Para eso hay que vencer los poderes fácticos, que tienen representantes en este congreso. Hemos luchado contra gobiernos anteriores, que promovían más y más mercado. Usted fue parte de ellos. Y este Gobierno tiene una oportunidad histórica, la derecha es minoría en ambas cámaras y hay una mayoría social y cultural a favor de los cambios. Si el Gobierno tiene la convicción de hacer de la educación un derecho, puede esperar mi apoyo como parlamentario, pero si los anhelos de tantas familias son olvidados levantaremos la voz”.
Más que preguntas, Boric presentó lo que él señaló como los principios en que se debe construir la reforma, tales como considerar a la educación como un derecho social garantizado por la constitución, que sea predominantemente pública, fortaleciendo la expansión y financiando directamente las instituciones. “Construir una nueva educación pública significa abrirla al control ciudadano, sacarla del dominio tecnocrático”, señaló. Y, que debe ser gratuita para todos.
Cuando terminó, el DC Mario Venegas -presidente de la comisión- recordó a los parlamentarios que “había que hacer preguntas”.
“El problema es que en educación hay una discusión filosófica y de sentido de fondo, que cuesta mucho dar en una comisión que está acostumbrada a dar debates tan técnicos. Yo creo que el Congreso no es el único espacio donde se tiene que dar el debate, el problema es cómo configurar otro espacio que sea de carácter resolutivo”, señalaría después, terminado el encuentro.
Por su parte, Giorgio Jackson enfatizó al fin al lucro en educación. “Hay algunos que defienden el lucro, pero no hay ninguna evidencia que muestre que el lucro aumente la calidad, es solo defender al empresario. Además en términos de regulación es importante la formación docente, porque estamos entregando al mercado la formación de docentes”. Camila Vallejo se centró en preguntas en torno a posibles casos como la Universidad del Mar en cómo el Estado se hará cargo de los estudiantes, profesores y funcionarios afectados. La diputada comunista también presentó la incómoda pregunta ideológica de fondo: “¿Cómo se va a determinar la diferencia entre lo que es público y es privado?”.
Los cuestionamientos también vinieron de la derecha. La diputada UDI María José Hoffman le dijo a Eyzaguirre que “lo que usted nos señaló es lo que ya sabemos de la campaña, pero es importante conocer las prioridades. Necesitamos un cronograma”. También le preguntó directamente si la gratuidad se iba a dar a través de becas o financiamiento a las instituciones.
Cuando llegó la hora de volver a responder, Eyzaguirre partió diciendo que era imposible hacerse cargo de todo lo que se le preguntó. En terreno cómodo -básicamente eligió qué responder y qué no- el ministro volvió a repasar los central, pero enfatizó al fin al lucro, respondiéndole a los parlamentarios de la Alianza. “En educación, la libertad de emprendimiento no es buen incentivo”. Sobre optar por financiamiento basal y becas, señaló que es complejo, pero lo correcto sería combinar ambos.
Por su parte, la subsecretaria Valentina Quiroga resaltó la importancia de reunirse con todos los actores involucrados.
Al finalizar el encuentro, Gabriel Boric se acercó al ministro y le entregó un documento –que se puede leer acá– sobre el compromiso con la educación pública, elaborado por su fundación Nodo XXI. “Habían muchas expectativas y su presentación fue mucho más genérica de lo que se esperaba. Se quedó en el marco de los grandes titulares. Hubo alguna discusión con la derecha política, pero eso no satisfizo mis dudas respecto a las directrices finas de las reforma. Entiendo que van a haber más espacios, pero los niveles de ambigüedad se mantienen. Eso no necesariamente es malo, pero todavía no se sabe a qué atenerse”, comentó.
El dilema de las pensiones
Solo 15 minutos pasaron entre las comisiones de Educación y Trabajo. Esta última contó con la presencia de la ministra Javiera Blanco y con los subsecretarios de Previsión Social Marcos Barraza y de Trabajo Francisco Díaz. La modalidad fue distinta a Educación y más propicia al debate. Blanco presentó un detallado powerpoint con las principales líneas de acción a cumplir y después recibía los comentarios de 3 parlamentarios y respondía sus dudas. Así hasta que todos hablaran.
En la presentación enfatizó en la ampliación de la negociación colectiva, en la titularidad sindical, el fin al reemplazo en la huelga, fin al multi rut, la creación de una AFP Estatal y aumentar el sueldo mínimo a $250.000 a mitad de gobierno. Y también respondió preguntas. El UDI Patricio Melero consultó sobre los 600 mil empleos que propone el programa y recordó que Piñera creó un millón, a lo que la nueva ministra contestó diciendo que el foco estaba en la calidad de los empleos, pues un turno de 2 horas a la semana era considerado, en términos de números, como un empleo más.
Boric, por su parte, aplaudió el fin al reemplazo en la huelga y enfatizó que la principal desigualdad en Chile es la desigualdad de poder. También preguntó por cómo fortalecer la sindicalizción, que no estaba muy claro y señaló que él no apoyaría un proyecto como el de la AFP Estatal. “No tiene sentido volver a un banco Estado. Transformar al Estado en mercado no es la vía”.
Ante eso, tanto Javiera Blanco como Marcos Barraza plantearon que la AFP no era solución completa al sistema de pensiones, pero que puede ayudar en cobertura al cubrir a grupos que no son del interés de las actuales AFP.Y que para las pensiones futuras se estaba convocando a un panel de expertos nacionales e internacionales, para llegar a un acuerdo sobre un nuevo sistema.
El encuentro se extendió hasta pasadas las 21 horas. Al terminar, el subsecretario Francisco Díaz se acercó a Boric y le planteó juntarse a debatir sobre neo marxismo. El diputado se mostró encantado.
“Nosotros no podemos acomodarnos a estar acá”
Recién a las 21.30, Gabriel Boric tiene tiempo de sentarse en su oficina. Está muerto, dice. Y todavía le queda trabajo por hacer. En el camino le preguntó a un guardia si uno podía quedarse a dormir allá. Ante la respuesta negativa, consultó si se podía quedar trabajando hasta tarde. Puede, pero significa que varios funcionarios también lo deben hacer. “Trabajo desde la casa entonces”, dice.
– ¿Qué te pareció el encuentro con la ministra del Trabajo? Nunca se habló de la subcontratación..
Así es, subcontratación no se tocó. Fue una discusión demasiado dispersa. La ministra tuvo una presentación bastante completa, pero todavía falta que nos volvamos a cuestionar el carácter el trabajo en Chile. Hay discusiones más de fondo que pasan por cuestionarnos el mismo capitalismo. La discusión de trabajo y la extracción de la plusvalía de los capitalistas -en Chile hay un capitalismo de carácter rentista- hacia los trabajadores es una discusión que no se ha dado en Chile y que no está dentro de los marcos del debate de la política. ¿Cómo hacerlo? Es difícil, porque estás hablando en dos lenguajes diferentes. Una es fomentar la organización de los trabajadores. Y yo entiendo que mi pega no es solamente en el Congreso, sino también ser agente colaborador en la organización de la clase trabajadora en Chile.
– Entonces al igual que en educación, el debate ideológico, de fondo, ¿no tiene lugar?
Pero en educación estamos más avanzados. Se ha abierto el debate en ámbito de la academia e incluso de la opinión publica, en los medios de comunicación. El problema es que no está claro el espacio donde se zanja. A nivel de trabajo estamos mucho más atrás, porque… la lucha de clases no tiene un expresión muy clara en el mundo laboral todavía, más allá de ciertos episodios como el tema de los portuarios.
– ¿Por qué dices que no tiene expresión clara?
Una visible, a eso me refiero. La lucha de clases yo creo que siempre existe, no es un juicio de valor, es una constatación de la realidad, constatación de la historia. Pero hay momentos. En materia laboral, el nivel de desorganización y desarticulación de las fuerzas laborales es tal que todavía no está instalado el conflicto de clase en el trabajo. La izquierda chilena ha tenido poca reflexión sobre cómo se podrá enclavar esto. Seguimos en una visión muy siglo veinteañera del asunto, cuando el carácter social del trabajo ha cambiado mucho también. Esos son debates que debemos ser capaces de dar y son muy incipientes todavía.
– ¿Pero cómo dar esos debates? ¿Cómo dar esa disputa ideológica?
Es tarea de las fuerzas emergentes de izquierda. Y el generar mayor organización de trabajadores, el promover debates ideológicos. Esta cuestión no se construye de la noche a la mañana. El socialismo chileno, para llegar al Congreso de Chillán o de La Serena del 69-71, fueron años de elaboración. El programa del PS del 47 viene de 1932, entonces hay que ser capaces de pensar en plazos más largos. Pero hay que ponerse metas, yo creo que la izquierda en Chile está empezando articularse y salirse de la noche neoliberal. Y eso va a tomar tiempo.
– ¿Qué análisis haces del Congreso al que llegaste?
El Congreso hoy en día no es un espacio representativo de la sociedad chilena. Es más bien una institución disciplinante por parte de las élites chilenas. Y ahí viene la pregunta de porqué estar en el Congreso. Bueno, yo creo que todos los espacios de poder hay que disputarlos. En ningún caso lo veo como antagónico a la contrucción de fuerza social. Estar en el Congreso hoy día nos da una plataforma para poder dar estos debates con mucho mayor impacto, es una caja de resonancia mucho mayor. Esto, en la medida en que no nos homogenizemos, en la medida en que no nos disciplinemos, en que mantengamos un carácter rebelde. En la medida en que, como decía Laura Rodríguez, seamos un parlamentario de cara al pueblo y de espalda al parlamento.
– ¿Tu tarea es molestar a los que habitualmente ocupan este espacio?
No es que sea molestar, no es ser una mosquita, sino plantear debates que antes no se están planteando. En mis dos intervenciones en Sala hasta ahora, tanto en bono marzo como en vivienda, ademas del carácter coyuntural de los proyectos y de darle la mirada regional, trato de plantear un debate respecto del carácter del Estado, que creo que cruza a la mayoría de las políticas que se dan en Chile pero que nunca antes se han explicitado. En la medida en que eso tenga resonancia, se va a ir profundizando ese debate y vamos a ser más. Pero esto no es un proyecto individual, por tener una persona en el Congreso no vamos a cambiar Chile, pero estamos avanzando de a poco. Y esto no lo vamos a ser solos, se requiere avanzar hacia la constitución de la convergencia de las fuerzas de izquierda en nuestro país y para eso hay que superar muchas desconfianzas, nos falta todavía. Pero los plazos no son tan largos. Uno no le pone el timing a la historia, hay que entender que estamos en un momento político en que las cosas están cambiando y si no metemos el pie para que no nos cierren la puerta, nos la van a cerrar no más.
– Pero esas mismas intervenciones son molestas. La intervención de García hoy es clara, insinuando algo como “este cabro chico ni siquiera se ha leído la Constitución”…
Bueno, si me la he leído. Y si la critíco es precisamente porque no me compro esta Constitución y creo que hay que cambiarla. Está bien que sea molesto, pero el objetivo no es solo ese, bueno…dejar que los perros ladren es señal de que avanzamos. Y si gente como Urrutia, García y estos personajes que representan la derecha más dura en Chile se molestan, yo diría que es porque vamos por un buen camino.
– El parlamento es un ambiente bastante hostil si te planteas de esa forma. ¿Cómo se ha dado la dinámica de relación con los otros parlamentarios?
Es muy poco tiempo para decir todavía, pero yo creo que buscan a través de ciertos códigos sociales el sumarte a su equipo, quizás inconscientemente.
– ¿Como cuáles?
Como el compadrazgo, la tallita, la buena onda. Son estrategias incluso inconscientes de cooptación. Como que buscan, con buenas intenciones, que uno se sienta cómodo. Y yo creo que nosotros no podemos acomodarnos acá. En el momento en que uno se empieza a sentir cómodo, se empieza a recoger en el asiento, a compadrear con el otro, a irse de vacaciones al mismo lado, tener el mismo auto. Ahí entramos en un problema porque te terminas mimetizando. Frente a eso hay que tomar resguardos que pueden parecer pequeños o superficiales, pero yo creo sinceramente que no lo son. El tema de la pinta, no es tan banal, pese a que se ha adoptado desde un punto de vista superficial, no es tan banal. Yo no voy a estar en Isapre, sino en Fonasa, si tuviera un hijo lo metería a un colegio público. Son pequeñas trincheras de resistencia personal donde uno va prefigurando el mundo que quiere construir.
– ¿A quiénes consideras tus aliados y a quiénes tus adversarios dentro del Congreso?
Mi adversario es la derecha bajo cualquier forma que se vista. Son las ideas de derecha, y esas pueden estar diseminadas en muchos lados. En democracia, reducida y todo, creo que es posible dar un debate de ideas ahora. Quiénes son los aliadaos, está por verse. Espero que la gente del PC, que Giorgio, ciertos sectores del PS con que se puede tener diálogo, incluso con sectores de la Nueva Mayoría más progresista, con todo lo ambiguo de esa palabra. En política es importante tener claridad en tus principios y no tranzar los principios, que no se negocian, pero también hay que tener táctica.
– Llama la atención que ‘esperes’ que sea el PC, y no lo sea directamente, considerando el espacio…
El PC tiene una estrategia de alianza con la Nueva Mayoría, la cual yo no comparto, pero que me parece legítima. Ahí hay una discusión política y es importante recalcar. Me carga cuando la política se reduce a apelativos morales, de vendidos, de traición, eso no aporta en nada. El PC está en política con la Nueva Mayoría y en la Nueva Mayoría hay sectores que hoy defienden el orden vigente. Y, por lo tanto, ahí en cada coyuntura se van tomando decisiones y uno tiene que buscar convergencia con otras fuerzas. Si te quedas en la marginaldiad, al final no llegas a nada, pero eso no a costas de sacrificar los principios. No me cabe ninguna duda de que a lo hora de avanzar hacia un frente amplio de izquierda, el PC tiene que ser un aliado.
– Hoy en una entrevista decías que enfrentar las ideas de derecha es lo fácil. Pero como enfrentar las que, según dices, están difrazadas dentro de la Nueva Mayoría
Desnudándolas. Siendo claro en planteamientos, yendo al fondo, saliendo del discurso que se queda en lo titular. Estamos en un momento en que hay espacio para hablar de principios, hay espacios para hablar de detalle. Y la única manera de develar en qué posición política está cada uno, por legítima que sea, es dando esos debates. Y ese es el esfuerzo que estamos haciendo desde el equipo de la diputación e Izquierda Autónoma y Nodo XXI, para dar estos debates en los distintos puntos que se plantee. Tanto vivienda, bono marzo, como educación.
– Ya anunciaste que tu primer proyecto propio será el de rebaja de sueldo de los diputados. ¿En qué consiste?
Ese es uno de los proyectos que vamos a presentar junto con Giorgio y tiene 3 patas. Busca transparentar la relación entre dinero y política, especialmente durante las campañas. Hoy día estamos ante la amenaza, si no ya concretada, de la mercantilización de la política. En el fondo, el que tiene más lucas es el que gana las elecciones. Un sistema político que hace difícil la expresión de nuevas fuerzas, por lo que es importante regular el financiamiento de las campañas y ahí hay que mejorar financiamiento publico de la política, mejorar la transparencia. La segunda pata es ser mucho más acucioso en el control de las asignaciones. Hay dos fuentes de ingreso en el Parlamento. Una son las asignaciones, que están destinadas a tareas específicas: transporte, asesores, gasto en representación, la sede, etc. Esos no son sueldos. Y está bien que sean altos. Yo no sé de agricultura, por ejemplo, y si me toca votar, lo tengo que hacer bien, y para eso me tengo que asesorar bien. Y eso cuesta plata. Eso, que no es para mí, está bien que sean altas, pero en la medida que sean fiscalizadas. Y lo otro, la tercera pata, es el sueldo, que hoy es de los 5 millones 500 líquidos. Es excesivo para la mayoría de los trabajadores chilenos. Si bien muchos lo justifican por el carácter de la pega, yo creo que perfectamente podría ser menor. Acá uno no viene a enriquecerse. El entrar al Parlamento no puede ser una puerta abierta a ser parte de la élite. Yo no propongo vivir en condiciones franciscanas ni de miseria, pero creo que hay que hacer un pequeño gesto y la rebaja en un 40% del sueldo es un primer paso. Para eso hay que eliminar una norma constitucional. Y hay que dar ese debate.
– ¿Qué vas a hacer con tu sueldo?
Parte importante lo destinamos al equipo. Hicimos una política de sueldo paritario con los colaboradores, que tenemos en Valparaíso y en Magallanes. Tenemos un equipo relativamente grande y más de la mitad va a complementar los sueldos de la gente que trabaja conmigo. Además, voy a entregar una parte importante a mi organización y me quedo con una parte yo, que tengo que mantener una casa en Valparaíso y una en Punta Arenas.
– Sobre la relación entre dinero y política, ¿qué crees que refleja lo de hoy en la mañana, con que alguien venga a ofrecerte no pagar todos tus impuestos?
Refleja lo naturalizado que está, osea lo decía con mucha naturalidad… te confieso que no manejo muy bien en el tema, pero voy a pagar los impuestos que tengo que pagar, no voy a buscar resquicios legales para eludir lo que tengo que pagar. Si el resto de los parlamentarios no lo hace me parece una mala señal. Creo que estas empresas están acostumbradas a que les digan que si, a que los parlamentarios, en esos términos, se fijen en su interés personal. Yo no soy de los que creen que todos los parlamentarios son unos flojos, no trabajan nada. Tú viste que estuvimos hasta muy tarde en la comisión, se hicieron aportes interesantes. Pero si creo que hay una naturalización de ciertas practicas que creo que hay que cambiar, como por ejemplo esta. Y yo me voy a asesorar bien, averiguar bien y de ser necesario, hacerlo público.