Plaza Piloto o cómo apropiarse de los espacios públicos
Los santiaguinos estamos saliendo con más fuerza a la calle, usando más intensamente nuestros parques y plazas, concurriendo más seguido al café de la esquina, viendo que cada vez más gente va a su trabajo en bicicleta... En suma, los santiaguinos estamos viviendo nuestra ciudad con más ganas. Y en buena hora.
En los últimos años, el área metropolitana de Santiago ha comenzado un ciclo de crecimiento caracterizado principalmente por la densificación. Esta tendencia da cuenta de una preferencia creciente de los santiaguinos por vivir en ubicaciones centrales, fundamentalmente en departamentos bien conectados a la ciudad. Este fenómeno, que se ha denominado infilling, constituye un escenario muy relevante para entender el desarrollo de nuestra ciudad y la forma en que la habitamos.
Vivir en un departamento es, en cierta medida, una forma de responder a las exigencias de la modernidad: se favorece un estilo de vida más práctico, mejor conectado y en sintonía con los desafíos de nuestro tiempo. Al mismo tiempo, para la mayoría de la gente, supone habitar un espacio comparativamente más reducido y con mayores restricciones que en una casa. Al reducirse el espacio privado, los ciudadanos se ven incentivados naturalmente a conectarse con la vida urbana que ofrece el espacio público. En consecuencia, al vivir en departamento desplegamos con más fuerza nuestra libertad puertas afuera.
En efecto, en los últimos años se aprecia en Santiago una creciente tendencia por apropiarse de los espacios públicos. Los santiaguinos estamos saliendo con más fuerza a la calle, usando más intensamente nuestros parques y plazas, concurriendo más seguido al café de la esquina, viendo que cada vez más gente va a su trabajo en bicicleta… En suma, los santiaguinos estamos viviendo nuestra ciudad con más ganas. Y en buena hora.
Las plazas son el espacio principal donde se aprecia este fenómeno, pues representan acaso el escenario más importante de nuestra vida en sociedad. El proyecto Plaza Piloto busca precisamente fomentar este encuentro: recreamos un espacio público con los clásicos elementos de una plaza –el farol, la fuente, las bancas, el taca-taca-, pero en clave moderna y tecnológica. En este lugar, durante tres días, coincidirán vecinos, transeúntes, artistas visuales y músicos. Será un lugar abierto, lleno de actividades pensadas para participar, experimentar y reconectarse con la vida en las plazas. Una invitación también a que imaginemos una ciudad posible.
En Almagro creemos que nuestro trabajo no consiste solamente en construir edificios, sino aportar también en la construcción de ciudades más armónicas y en sintonía con las necesidades de la ciudadanía. Entendemos que la ciudad es un bien público, concebido para que sea aprovechado por todos. En este espíritu hemos querido invitar a los santiaguinos, a través del proyecto Plaza Piloto, a detenerse y reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestra ciudad, e imaginar cómo podrían ser nuestros espacios públicos en el futuro.