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1 de Mayo de 2014

Greenpeace se enfrenta a barco ruso con el primer cargamento de petróleo del Ártico

La organización internacional ha pedido a la ONU que declare el Ártico santuario ecológico donde esté prohibido tanto la extracción de petróleo como la pesca intensiva, al igual que en la Antártida.

Por Redacción
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Más de 80 activistas de la ONG ambientalista Greenpeace intentaron detener esta madrugada en el puerto de Róterdam, Holanda, al buque petrolero ruso Mikhail Ulyanov, con las primeras 70 mil toneladas de petróleo extraído del Ártico. En la actividad participaron barcos de la organización como el Rainbow Warrior y el Esperanza, botes inflables, equipos de escaladores y alas deltas.

La plataforma Prirazlomnaya, ubicada en el Mar de Pechora y de donde se extrajo el crudo, fue producto de una gran controversia en septiembre del año pasado: 30 activistas de Greenpeace fueron acusados de piratería y vandalismo, tras realizar una protesta pacífica contra la explotación del Ártico en manos de la empresa petrolera rusa Gazprom socia de Shell. Los activistas permanecieron en cárceles rusas por más de dos meses. Entre los detenidos estaba el estadounidense Peter Willcox, hoy nuevamente Capitán del barco Rainbow Warrior desde donde se lideró la acción.

“Treinta compañeros estuvieron detenidos por denunciar los riesgos de la extracción de petróleo en esta zona de extrema fragilidad e importancia para el planeta —señaló la activista argentina Fabiana Bellina, antes de comenzar la actividad—. Este cargamento de petróleo es la prueba del mezquino interés de corporaciones como Shell y sus socias sobre la salud de las personas y la preservación del ambiente. Estamos acá para denunciar este disparate; no nos van a intimidar”.

Greenpeace exige que se declare un santuario en la zona inhabitada del polo norte y que se prohíban las actividades petroleras y la pesca industrial en el Ártico, para lograr una protección similar a la que ya se logró en la Antártida. El grupo ecologista denuncia que compañías como Shell o Gazprom buscan hacer negocios con un grave crimen ambiental —la desaparición de los hielos por el cambio climático— que ellas mismas generaron por la quema de combustibles fósiles.

La campaña de Greenpeace para salvar el Ártico ya cuenta con más de cinco millones de firmas, entre las cuales se incluyen las de líderes religiosos, políticos, músicos como Paul McCartney y ganadores al Premio Nobel de la Paz, como Adolfo Pérez Esquivel y Desmond Tutu.

“Extraer petróleo del Ártico es clara prueba de una adicción planetaria a los combustibles fósiles. Hoy existe una alternativa cierta; planes de mayor eficiencia energética y aprovechamiento de energías renovables son la única ruta para evitar desastres climáticos mayores, que ya estamos viendo en todo el planeta, en Chile que duda cabe en el retroceso de glaciares por ejemplo. Esto debe parar y hasta que no ocurra seguiremos denunciando a Shell y las otras empresas petroleras que hoy van camino a destruir el Ártico” declaró Matías Asún, de Greenpeace en Chile.

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