Uruguay y Chile encabezan la lista de los países con menos pobreza de América Latina
De acuerdo a la Base de Datos Socioeconómicos para América Latina y el Caribe, ambas naciones son seguidas de lejos por Brasil, uno de los que más progresó en estos años.
Los países latinoamericanos tienen, en promedio, un 34,6% de pobreza. Es decir, que entre tres y cuatro de cada diez habitantes no alcanzan los ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Sólo Uruguay y Chile tienen una pobreza inferior al 20%. En uno es 12,4%, y en el otro,14,4%. Luego vienen Brasil, Costa Rica, Venezuela y Perú, con una tasa que oscila entre 21 y 27%. En Ecuador es del 27,3%.
Argentina, que históricamente había estado al frente de la región junto a Uruguay en los principales indicadores sociales, tras décadas de un deterioro social que no da señales de revertirse, aparece recién en el octavo lugar, con 27,5%.
Cierran la primera decena Panamá, con 29%, y Paraguay, con 32,4%.
Sólo en cuatro naciones más de la mitad de la población se encuentra debajo de la línea de pobreza: Bolivia (51,3%), México (52,3%), Guatemala (53,7%) y Honduras (66,2%).
La información proviene de la Base de Datos Socioeconómicos para América Latina y el Caribe (SEDLAC), que periódicamente reúne las estadísticas de pobreza oficiales de cada país.
La diferencia entre pobreza y desigualdad
Una distribución del ingreso inequitativa suele estar asociada a altos niveles de pobreza. Por el contrario, los países en los que el reparto de la riqueza es más igualitario generalmente son los que garantizan un bienestar aceptable para todos sus habitantes.
Esto ha llevado a muchos gobiernos latinoamericanos a mostrar una reducción de la desigualdad como prueba de un mejoramiento importante en la calidad de vida de los sectores populares. Pero esto no siempre es así.
“América Latina y el Caribe es una de las regiones más inequitativas del mundo, con un coeficiente de Gini de 0,43. En realidad, sólo la supera el África Subsahariana, con un Gini de 0,44″, explica el economista Alejandro Cid, investigador en pobreza y familia de la Universidad de Montevideo.
El coeficiente de Gini es el indicador de distribución del ingreso más utilizado. Otorga un “0” a la igualdad absoluta y “1” a la desigualdad absoluta.
Explica que “los que se llevan el sesgo de inequitativos son Colombia y Honduras, y, en una segunda fila, Brasil, Chile, Panamá y Paraguay. Argentina y Uruguay están muy bien, con números iguales o superiores a los del Sudeste Asiático”.
Esto da un resultado paradójico. Países como Argentina o Venezuela tienen un Gini de 0,39, ostensiblemente más bajo que el de Chile, que es 0,50. Sin embargo, ambos países tienen casi el doble de pobreza.
La razón es que se trata de un indicador que evalúa cómo se distribuyen los recursos, pero sin decir a cuánto ascienden esos recursos.
“En un mismo país se puede mantener la inequidad y, sin embargo, estar 200 veces mejor que 20 años atrás, ya que, por más que las diferencias sean grandes, todos tienen más y muchos de los que eran pobres ya no lo son. En términos teóricos podría haber una sociedad sin pobres, en la que nadie gane por debajo del ingreso necesario para vivir adecuadamente, y que, sin embargo, sea desigual”, dice Cid.