La OCDE reduce su previsión de crecimiento para Chile al 3,6 % en 2014
En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que Chile crecerá un 3,6 % en 2014, nueve décimas menos de lo que había indicado en noviembre, y un 4,2 % en 2015, frente al 4,9 % que había anticipado anteriormente.
La OCDE ha reducido sus previsiones de crecimiento en Chile tanto este año como el próximo para tener en cuenta la ralentización que viene experimentando su economía desde la segunda mitad de 2013, en gran medida por la caída de los precios del cobre ante la menor demanda de China.
En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que Chile crecerá un 3,6 % en 2014, nueve décimas menos de lo que había indicado en noviembre, y un 4,2 % en 2015, frente al 4,9 % que había anticipado anteriormente.
Aun así, Chile será en esos dos ejercicios el segundo país de los 34 miembros de la organización con mayor progresión de su producto interior bruto (PIB), sólo por detrás de Corea del Sur (4 % y 4,2 % respectivamente), después de haber sido el primero tanto en 2012 como en 2013.
Los autores del estudio constatan que el reciente descenso del precio del cobre ha tenido como una de sus consecuencias la devaluación del peso, que ha contribuido al encarecimiento de la energía y los alimentos.
No obstante, y tras recordar que el Banco Central ha respondido a la nueva situación económica rebajando sus tipos de interés del 4,5 % al 4 %, hacen hincapié en que las presiones inflacionistas “no son una preocupación”, y que la política monetaria debe así seguir alentando la demanda doméstica.
En concreto, estima que el índice de precios al consumo, que había sido de media del 1,8 % en 2013, pasará al 3,1 % este ejercicio y al 3 % el próximo, por tanto en el entorno del 3 % que tiene como objetivo el banco central.
La OCDE admite que la ralentización económica supone una menor recaudación fiscal, pero pese a todo gracias a la fuerte posición financiera que conserva, el Gobierno tiene margen para incrementar el gasto público, que prevé que subirá un 4,1 % este año y un 3,8 % el que viene.