Experto explica cómo la gestión de camas reduce riesgos y mejora funcionamiento de hospitales
En una actividad organizada por el Hospital de Trabajador de la ACHS, Daniel Dellaferrera aseguró que es fundamental que los establecimientos de salud adopten una mirada estratégica para optimizar las camas y mejorar la atención.
El envejecimiento de la población, el cambio en los patrones de las enfermedades y el crecimiento del número de habitantes en las ciudades, plantean al sistema de salud el gran desafío de gestionar adecuadamente las camas para hospitalización. Estos factores globales, a los que en Chile se suma la llegada del invierno, hacen prever un aumento de las internaciones de larga estadía, para el cual al menos la red pública de salud no parece estar preparada. Esta situación explica, en parte, la compra de días cama a clínicas privadas, como la que hizo el Ministerio de Salud por $120 millones y que generara polémica en algunos sectores.
El experto argentino Daniel Dellaferrera se ha dedicado a la investigación sobre gestión hospitalaria en distintas realidades. Actualmente, es líder de operaciones clínicas en The Advisory Board Company, una organización de investigación que ofrece apoyo en la dirección, gestión y mejora continua a más de 3.600 instituciones en 40 países.
El especialista fue invitado por el Hospital del Trabajador a dictar el taller “Gestión de la capacidad de la próxima generación” a directivos médicos y administrativos de establecimientos públicos, institucionales, clínicas privadas y representantes del Ministerio de Salud. En la ocasión, presentó estrategias y mejores prácticas para maximizar la eficiencia del movimiento de pacientes hospitalizados y el flujo de los mismos desde la admisión hasta el alta.
Afirmó que en la red pública este tema es muy relevante, porque se requiere gestionar las listas de espera dado que no hay camas disponibles; en el sistema privado también lo es ya que tener pacientes hospitalizados más allá del tiempo necesario aumenta los riesgos de infecciones y accidentes.
“Una buena gestión de camas permite disminuir las listas de espera, reducir esos riesgos y finalmente hacer más eficiente al sistema completo, beneficiando principalmente a los pacientes, pero también a los equipos de salud”, precisó Dellaferrera.
¿Qué factores deben darse para que la gestión de camas sea eficiente?
“Lo primero es mejorar la visibilidad de las camas. Esto significa no sólo saber cuántas tengo, sino cuáles son compatibles con los pacientes que están esperando y poder predecir cuándo se desocuparán. Muchos hospitales y redes completas no saben con certeza qué capacidad realmente tienen y por lo tanto no la saben gestionar”.
¿Cómo se puede saber a priori cuándo se desocupará una cama?
“Esa capacidad de predicción es fundamental para mirar las cosas en forma estratégica y no reactiva, que es lo habitual, y es perfectamente posible sobre la base de las condiciones en que habitualmente llega la mayoría de los pacientes que un determinado hospital atiende. Por ejemplo, se sabe que una operación de tal tipo, si no hay imprevistos, toma tantos días de hospitalización y no más”.
¿Qué beneficios trae el tener esta información?
“Si el área clínica me da la fecha del alta de un paciente, las otras unidades -como farmacia, imágenes, laboratorio, etc.- se mueven para adaptarse a ese plazo y todo el sistema se agiliza. La experiencia internacional constata que la gestión en el monitoreo del flujo de los pacientes desde su admisión hasta que son dados de alta, permite mejorar el sistema de salud completo. Pero aun así existe una renuencia cultural a hacer visible la fecha de alta desde el primer día de la internación; esta predicción ocurre en el 20% de los casos y debería ocurrir en el 80% del total de pacientes”.
¿Cuánto tiempo toma implementar un cambio de este tipo?
“Hemos comprobado que las prácticas que requieren menos recursos en su implementación –como es este caso- tienen resultados casi inmediatamente y eso ayuda mucho a convencer a la institución. En un hospital de Escocia, el concepto de adelantar una fecha de alta fue gestado un viernes en la tarde y se implementó un lunes. En tres meses, que es muy poco tiempo, la duración promedio de internación bajó un 30%, llegando incluso a ser menor que el promedio nacional para ese tipo de pacientes. Lo que se recomienda es lanzar un piloto en un área del hospital y difundir los resultados al resto del recinto y de la red”.
¿Qué otros cambios recomienda?
“Una vez que el paciente ha sido internado, es vital asegurarse de que los procesos de atención comiencen inmediatamente para facilitar la recuperación y un alta en el tiempo apropiado. Esto pasa también por tener parámetros de servicio para los fines de semana, ya que en estos días suelen enlentecerse los procesos. Además, hay que tener protocolos establecidos y un cronograma de recuperación claro, para que no ocurran situaciones como que el paciente no está listo para levantarse o que la visita médica se hace demasiado tarde en el día y hay que esperar hasta el siguiente para dar el alta”.
¿Qué piensa de la compra de días cama al sector privado?
“Antes de pensar en trasladar pacientes debemos estar 100% seguros que estamos usando nuestros recursos de manera óptima. Si no lo sé, mi decisión puede ser errada porque se basa en información incompleta; entonces, debemos ver eso antes de pensar en derivaciones. Cuando es claro que la demanda excede a la capacidad, la compra es una alternativa válida, pues no hay nada intrínsecamente malo en la cooperación público-privada. El foco es la satisfacción del paciente, su recuperación y una buena atención, y si eso requiere usar camas de los otros hay que hacerlo”.
Los 7 obstáculos a superar
El experto identifica las situaciones que dificultan hacer una gestión eficiente de las camas para hospitalización:
1.-Falta de transparencia con respecto a la disponibilidad de camas.
2.- Procesos clínicos lentos.
3.- Incumplimiento de prácticas basadas en la evidencia, que retrasa la recuperación.
4.- Eventos evitables, como caídas o infecciones intrahospitalarias, que alargan la internación.
6.- Mala coordinación de la logística para dar de alta.
7.- Insuficiente participación del paciente y la familia.