Presentan querella por violencia sexual contra mujeres en dictadura
La medida busca poner la tortura sexual "en el centro de la atención" de las violaciones a los derechos humanos, un tema poco abordado hasta ahora.
Cuatro mujeres interpusieron hoy una querella por la violencia sexual como forma de tortura que sufrieron durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) en los centros de detención.
Las querellantes son Nieves Ayress, Alejandra Holzapfel, Soledad Castillo y Nora Brito, todas antiguas opositoras al régimen de Pinochet que pasaron por varios puntos de detención y tortura después del golpe de Estado, donde fueron abusadas sexualmente.
El abogado querellante, Hiram Villagra, dijo que la medida busca poner la tortura sexual “en el centro de la atención” de las violaciones a los derechos humanos, un tema poco abordado hasta ahora cuando se habla de las atrocidades cometidas durante la dictadura militar.
“La violencia sexual, por su poder destructivo, su forma particularmente perversa y humillante, buscó de forma intencionada de golpear la moral del enemigo”, dijo el letrado.
La querella está patrocinada por la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, una entidad que trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos y que gestiona Villa Grimaldi, un antiguo centro de detención y tortura en el que estuvieron detenidas la presidenta Michelle Bachelet y su madre, Ángela Jeria.
Otras mujeres que también fueron abusadas sexualmente por agentes de la dictadura acompañaron este viernes la presentación de la querella y reclamaron que la justicia chilena tipifique los delitos de tortura y violencia sexual de forma separada.
“La violencia sexual y de género se utilizó como un mecanismo de poder y de dominación“, dijo Beatriz Bataszew, que estuvo detenida en una cárcel clandestina de Santiago conocida como “Venda Sexy”.
Un informe elaborado el año pasado por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, la Corporación Humanas y el Parque por la Paz Villa Grimaldi denunció que la violencia sexual sistemática infligida a las mujeres víctimas de la represión militar fue mayoritariamente “invisible” para la justicia chilena.