8 pecados que atentan contra tu intención de bajar de peso
Llevas meses tratando de bajar de peso. Está claro que las dietas express son la peor alternativa y te exponen al llamado efecto rebote. Pero si fuiste al nutricionista y estás en pleno esfuerzo por combatir los kilos hay gestos que atentan contra tu esfuerzo. Revisa acá cuáles son los pecados que atentan contra tu intención de reconciliarte con la pesa.
Pecado 1: Cuando el hambre ataca
No nos digamos mentiras; la gente no es solidaria con alguien que hace dieta. Al contrario, pareciera que fueran enviados especiales para que rompas la rutina, pues comen chocolates, grasas o gaseosas frente a uno, sin la menor consideración. Y eso, genera ansiedad. Hay una enfermedad que impide a muchos hacer dieta… Se llama hambre.
Pecado 2: Paseos pecadores
Después del hambre no hay nada que amenace más una dieta que los famosos paseos. Ya sean de placer o de negocios. Independientemente del fin de estas salidas, el desorden alimenticio y los pecaditos están a la orden del día, ni hablar si el viaje es por carretera, los antojos de todo lo que ves en el camino se apodera de ti.
Pecado 3: El “yo con yo”
Suele suceder, en los grupos de amigas siempre están las que comen de todo y no engordan, y la que se pasa la vida haciendo dieta y nadie apoya, no hay ningún tipo de respaldo, y por el contrario, se empeñan en hacer que coma lo que encuentre en el camino.
Pecado 4: Desear el plato del prójimo
Ver comer rico a los demás mientras uno se toma una aromatica, un batido, o se come una ensalada sin salsas ni aderezos, es una completa tortura, y es allí cuando llega el antojito de “¿me das una probadita?” y la dieta llega a su fin.
Pecado 5: Dulce menú mío
Los dulces, postres y chocolates… una tentación indescriptible. Si el chocolate fuera ilegal, no habría sólo una calle del cartucho sino toda una ciudad. Los titulares de los periódicos cambiarían: Cae jefe del cartel de chocolate. Encuentran caleta de chocolate en submarino artesanal. Capturada red de dealers de chocolates en la zona T; camuflaban la mercancía entre paquetes de cigarrillos de marihuana. En fin. Tal vez lo único que no habría es mulas de chocolate.
Pecado 6: Las tentaciones se pagan
Si hay algo peor que estar pasada de kilos e intentar hacer dietas, es la indisposición física y de salud que estas dejan, pues por lo general los cambios bruscos de alimentación descompensan el cuerpo y llevan a un solo final: la enfermedad. Algunas dietas o regímenes alimenticios producen mareos, diarrea, estreñimiento o dolor de cabeza.
Pecado 7: Miradas que matan
Cuando uno está a dieta las miradas cambian. Todos te miran con lástima, como si estuviera “en la inmunda”. Algunas “amigas” nos tratan como si la gordura fuera contagiosa. Comienzan a hablar en voz baja y en corrillo. Es como si uno hubiera cometido un delito. Oímos frases como “¿Y tú si puedes comer eso?”, Usted sí vive haciendo dietas. ¿Pero si has bajado?”…
Pecado 8: La relación bipolar con la pesa
Este es el peor pecado de todos. El que acaba con cualquier dieta en segundos. Y empieza, como con la llegada a la Luna, con un simple paso para la mujer. Subirse a la pesa. Y comprobar, con un vacío en el estómago, que no hemos bajado ni un gramo. O aún peor, que hemos subido un kilo o más. La relación entre una mujer y su pesa es algo que los sicólogos deberían estudiar más.