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2 de Junio de 2014

Las cifras que avergüenzan al Costanera a dos años de su inauguración

"Es un polo de atracción para delincuentes", así califica Carabineros al proyecto emblema del empresario Horst Paulmann. El que sería un mall de lujo para santiago hoy recibe un 33% menos del público esperado y las autoridades critican sus medidas de seguridad y el impacto que tendrá la inauguración de sus torres.

Por Redacción
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La instalación del mall más grande de Chile en Providencia no fue fácil. El proyecto emblema del empresario alemán Horst Paulmann tuvo que sortear una crisis económica en 2008 que detuvo su construcción, críticas desde todos los sectores por el emplazamiento del centro comercial, así como por su peculiar arquitectura; y, hoy, al cumplirse dos años de haber sido inaugurado, las proyecciones no se acercan ni siquiera a los cálculos iniciales.

Costanera Center recibe hoy a 90 mil personas cada día -32 millones al año-, según cifras de Cencosud, un cálculo bastante menor al que hacían en 2011: 48 millones en doce meses; es decir, un 33% menos a lo esperado. Al interior del holding aseguran que sus ventas superan a los principales operadores de Santiago (Parque Arauco y Alto Las Condes) y estiman que seguirán “creciendo de manera muy positiva” en los próximos años.

Sin embargo, esa optimista visión contrasta con otras decisiones: la semana pasada, Cencosud anunció que recortó de su plantilla 5.134 puestos de trabajo entre diciembre de 2013 y marzo de este año con el fin de contener gastos. Si bien la propietaria del complejo de edificios dice que Costanera Center era “una necesidad para Santiago”, el monstruo de concreto ideado por Paulmann hace más de dos décadas ha significado más dolores de cabeza que alegrías para el empresario alemán.

También hay cifras alarmantes para la comuna en cuanto a seguridad. Sólo los primeros meses de 2014, los detenidos por hurtos en el sector han aumentado un 31% en comparación con el mismo periodo del año pasado, según datos entregados por Carabineros. Y todos apuntan a un mismo sector: el 90% de los detenidos por ese delito pertenecen al cuadrante del Costanera Center.

No todo ha salido como alguna vez planificó Horst Paulmann. Previo a su inauguración dos años atrás, Cencosud exigió a las marcas que se iban a instalar en el mall que sus tiendas debían cumplir “ciertas exigencias” porque apuntarían a ser un “mall de lujo”, según publicaba La Tercera en ese momento. Era uno de sus deseos. Así muchas de ellas apostaron a invertir grandes cantidades de dinero en tiendas con diseños más exclusivos con un único objetivo en mente: apostar a la llegada de un público del segmento ABC1. Varios de los locales, incluso, ofrecían el precio de sus productos en dólares o euros, no en pesos chilenos.

Pero el público que llega hoy al centro comercial responde a las características de la población flotante que trabaja en el sector (Providencia es la comuna que más población tiene de este tipo, según datos de Carabineros) y a los alcances del transporte público, dados por la conectividad del Metro y los siete paraderos del Transantiago que hay en el sector. Los segmentos C1 y C2 significan un 55% de las visitas del mall, el C3 representa un 17%, el turismo otro 10% y el restante porcentaje se divide entre los sectores económicos más bajos, de acuerdo a un estudio de la empresa. Es decir, el mayor público está concentrado en los sectores medios.

Hoy, Cencosud desconoce que alguna vez hayan pensado el mall para un sector más alto. “Este proyecto nunca fue concebido como un mall de lujo”, dicen desde el área de Comunicaciones.

Pánico y locura en Costanera

Previo a la inauguración del mall el 12 de junio de 2012, Carabineros logró un descenso de 19% de delitos violentos en la zona, pasando de 1610 a un poco más de 1300. Un año después, la apertura del centro comercial provocó un efecto rebote y el aumento de casos delictuales alcanzó un 20% mayor, volviendo a ubicarse sobre los 1600 casos reportados.

En los robos por sorpresa hubo un aumento del 48% de casos más que el periodo anterior. Los delitos a la propiedad también crecieron en el sector: de 4300 a 5300, sobre todo los robos de objetos desde un vehículo.

“Hemos tenido que destinar sostenidamente más recursos a esa zona”, explica el mayor Eduardo Yuseff de la 19º comisaría de Providencia. Hoy, Carabineros destina a 12 efectivos permanentes en el sector, incluyendo un retén móvil a la salida del mall, el doble de lo que había anteriormente, esto debido al considerable aumento de población que circula desde y hacia el complejo de edificios -y que llegará a su máximo esplendor cuando las torres principales sean inauguradas-.

Yuseff explica que Costanera Center es un “polo de atracción para delincuentes” y que además se ha transformado en un lugar emblemático para una serie de suicidios, que comenzaron a tan sólo tres meses de haber realizado la apertura, cuando una mujer decidió terminar con su vida producto de una depresión. Lo hizo desde las terrazas del centro comercial.

El segundo caso llegó un año después, aunque frustrado por la autoridad policial. Un tercer evento ocurrió en abril de este año cuando una mujer se lanzó desde el cuarto piso al interior del centro comercial. El tren de suicidios continuó cuando un joven se lanzó desde el piso 27 de la Torre Gran Costanera, pese a los intentos de Bomberos por revertir su decisión. Fuentes al interior de Cencosud explican que la responsabilidad por la seguridad ese edificio, aún en construcción, es de la constructora Salfa Corp, y no directamente de la compañía liderada por Paulmann, por lo que se desligan de ella.

Según detalla Carabineros, las medidas de seguridad en el centro comercial hoy son “insuficientes” y que los guardias ni siquiera cuentan con todos los implementos para poder desarrollar una labor más correcta.

La cruzada de Horst

El centro comercial corresponde a una sola parte del megaproyecto de Paullmann, el que empezó a ver la luz en 2006 con una inversión de más de mil millones de dólares y sin un permiso de edificación válido entregado por la entonces administración de Providencia. La gran meta del empresario alemán fue construir la torre de oficinas más alta del hemisferio sur: 300 metros de altura.

Pero su proyecto estrella se estancó por meses. El enorme edificio ha sido postergado en diversas oportunidades, primero por la crisis económica de 2008 en nuestro país y luego debido a la necesidad de nuevas y mejores medidas de mitigación que absorbieran el impacto de la gran congestión que podría llegar a generar en las comunas que une –Providencia, Las Condes y Vitacura-.

Este segundo semestre la historia de Costanera Center podría cambiar. A comienzos de mayo, Cencosud solicitó formalmente a la “Ventanilla única” -mesa de trabajo donde participan las seremis de Transportes, Obras Públicas, la Unidad Operativa de Control de Tránsito y las municipalidades de Providencia y Las Condes entre otros- la posibilidad de realizar las medidas de mitigación por sub-etapas, habilitando parte del complejo de acuerdo al avance de éstas. Esto contrariando a lo acordado en el Estudio de Impacto sobre el Sistema de Transporte Urbano (EISTU) que los obliga a construir al menos cinco obras para la apertura de la torre, entre otras cosas.

Días atrás, la seremi metropolitana de Transportes, quien hace de vocero de esa ventanilla, respondió que para aceptar esa solicitud debían reformular el planteamiento ya que éste “no se hacía cargo de los impactos que generaba su apertura”, explica el titular de ese organismo, Matías Salazar.

De esta forma, en los próximos días Cencosud deberá presentar su nueva solicitud. Si todo salen bien para Horst Paulmann y la dirección de Obras de la municipalidad de Providencia recepciona el edificio, antes de fin de año la Torre Gran Costanera podría estar abriendo sus puertas para albergar a los miles de oficinistas que ocuparán los 63 pisos destinados para ello. Con la llegada de ese contingente, también llegará el mayor temor de los urbanistas: la congestión que vienen vaticinando desde que el megaproyecto era solo un trozo de papel.

Las dos torres

“Ojalá que cuando se inaugure la torre principal sea un caos para que aprendamos en otros proyectos por el bien de las futuras generaciones”, dice Sebastián Gray, presidente del Colegio de Arquitectos, sobre el impacto en la ciudad de la apertura total del complejo de edificios de Cencosud. Gray dice que los cuatro paños donde se emplazan las torres “es un mal lugar” y que perfectamente se pudo haber ubicado en una zona con mejor accesibilidad, como en avenida Kennedy.

La conclusión de los expertos es que, hoy, el efecto dependerá de las decisiones que tome la autoridad urbana, por ejemplo, desincentivando el uso del auto para llegar a los edificios al no ofrecer estacionamientos suficientes para cubrir la demanda. Ahí el uso del transporte público podría ser clave -si es bien administrado- y podría convertirse en la solución para el colapso vial que se generará en las mañanas y en las tardes, los horarios con más demanda.

Una visión similar tiene Patricio Hermann, presidente de la fundación Defendamos la Ciudad, quien explica que ésa es la razón por la que en dos años de funcionamiento del centro comercial del complejo no ha causado mayor impacto vial. “El tipo de público que va al mall lo hace en transporte público, incluso en bicicleta”, dice. Costanera Center tiene una capacidad total de 5.695 estacionamientos, aunque hoy están habilitados un poco más de tres mil. En comparación, el mall Alto Las Condes tiene 4.700 plazas, aunque la diferencia es el grado de conectividad que tienen ambos centros comerciales siendo bastante superior.

Los urbanistas coinciden en que abrirlos todos solo será una fórmula para atraer más vehículos particulares a las torres, por lo que debe fortalecerse el Transantiago para evitar que la gente recurra a esa opción.

La opinión es compartida al interior de la municipalidad de Providencia. “No creo que sea un aporte a la comuna (Las torres y el mall). Es cierto que trae ingresos, pero eso no basta. Se necesita un compromiso distinto con los espacios públicos, con el respeto al entorno y con un modo de vida distinto al que de alguna manera propone el Costanera Center, que le sacó el jugo hasta el último centímetro cuadrado a su terreno, importándoles poco una visión de desarrollo urbano más compartida”, explica el concejal Nicolás Muñoz.

Por estos días, la torre principal está prácticamente terminada y segunda avance rápido. Se está trabajando en las terminaciones finales para que, si la Ventanilla Única lo autoriza, pueden estar en condiciones de presentar la obra a la dirección correspondiente en el municipio de Providencia, siempre y cuando comiencen a desarrollarse las obras de mitigación.

Pese a todas estas cifras, la evaluación que hacen en Cencosud es bastante positiva. Plantean que el interés por la entrega final del megaedificio “sólo confirma que estamos ante un gran proyecto muy necesario para la ciudad”.

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