Sacerdote Gerardo Joannon y caso de adopciones ilegales: "Estoy metido en una trampa"
El ex párroco asumió su responsabilidad en los casos de adopción, asegurando que él sólo contactó a las familias con los médicos para evitar posibles abortos, por lo que no tuvo ninguna otra participación en los casos investigados.
El sacerdote Gerardo Joannon, quien fue suspendido de su cargo como párroco de la Parroquia de la Anunciación luego de que se diera a conocer su participación en el caso de adopciones ilegales, concedió una entrevista publicada este sábado por El Mercurio.
“Estoy metido en una trampa: todos pueden atacarme gratuitamente e inventar cosas, pero yo, como sacerdote, no puedo hacer eso y, por el contrario, debo callar, cuidar sagradamente historias familiares, aunque eso atente contra mi persona”, afirmó el cura.
Joannon aseguró que asume su responsabilidad y que “todos actuamos buscando el bien, protegiendo la vida, pero hubo gente que salió dañada. Por eso he decidido contar mi verdad y pedir humildemente perdón si provoqué dolor”.
Señaló que “nunca busqué esto. Las familias me contactaron y mi rol fue acoger. Siempre, sin excepción, recomendé la vida. No sólo porque soy sacerdote, sino que también porque en mi vida confesé a mucha gente que me mostró cómo su opción por el aborto las destruyó”.
Sobre su participación en la red de adopciones, contó que al inicio de su sacerdocio en la Iglesia de los Sagrados Corazones de Alameda hace cinco décadas, ayudó a familias y cuando “fue necesario contactarlos con un doctor para salvar una vida, lo hice. Y hasta ahí llegué yo. Nunca supe si nacieron o no, ni su sexo ni menos quiénes los adoptaban”.
Joannon conoció al doctor Gustavo Monckeberg en la casa de sus padres, donde conversó acerca de las mujeres que iban a contarle que querían abortar, ocasión en que el médico le dijo que si sabía de algún caso que los contactara, porque él tenía la “posibilidad de salvar una vida”.
Así descubrió la posibilidad de la adopción y confesó que confió en dos médicos que lo ayudaron en los únicos tres casos en los que se involucró, porque los embarazos no deseados y los abortos eran comunes en esa época, hace más de treinta años.
Enfatizó que “quiero dejar en claro que nunca mentí, que nunca engañé, que nunca induje a nada y que no sé más de lo que he dicho acá y en los tribunales” y afirmó que “estoy en paz con mi conciencia”.