Hay una "feminización de la pobreza" en Latinoamérica, dice Bachelet
Las mujeres de la región "son las más vulnerables a la pobreza y son quienes reciben los salarios más bajos", denunció la Presidenta ante la OEA.
La presidenta de la República, Michelle Bachelet, pidió hoy a los países del continente coordinar esfuerzos ante lo que describió como una “feminización de la pobreza” en Latinoamérica y solicitó avanzar hacia la reforma de la OEA y respetar la labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En un discurso ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Bachelet denunció que las mujeres de la región “son las más vulnerables a la pobreza y son quienes reciben los salarios más bajos”, además de enfrentar “los niveles más altos de desempleo” y peores perspectivas de promoción en el trabajo.
“El escenario es francamente desalentador: a pesar de que la pobreza ha ido disminuyendo en nuestras sociedades, se ha ido generando una feminización de la pobreza“, sostuvo.
Bachelet, que entre 2010 y 2013 fue directora ejecutiva de la agencia de la ONU para las mujeres, recordó que el acceso de estas a la política en Chile sigue siendo bajo en comparación con la media mundial, y afirmó que es necesaria “una acción coordinada y colaborativa entre los países” de la región al respecto.
También denunció que, veinte años después de la firma de la convención de Belem do Pará contra la violencia de género, “millones de mujeres y niñas” del continente siguen siendo víctimas de abusos.
Bachelet mantuvo hoy un diálogo sobre cómo dar más poder a la mujer en la sociedad con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, a quien elogió por “llevar siempre en la mano la bandera del género”.
En su intervención en la OEA, después de reunirse con el secretario general, el también chileno José Miguel Insulza, la mandataria abogó por una “estrategia de convergencia en la diversidad” en el continente.
Defendió, por tanto, que la OEA no es incompatible con otros foros hemisféricos, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), e incluso puede “apoyar proyectos que salgan en alguno de ellos”.
“Los países del continente tenemos una coincidencia esencial: la necesidad de generar crecientes niveles de equidad, justicia social y bienestar para ciudadanos de todos los países”, indicó.
Aseguró, no obstante, que es necesaria una reforma estratégica de la OEA como la que ha propuesto Insulza, para “actualizar los objetivos de la organización ante las nuevas realidades” de una América que “está cambiando aceleradamente”.
Bachelet también mostró el apoyo de su país a la labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un órgano autónomo de la OEA cuestionado por algunos Estados miembros, dado que en los “duros momentos” de las dictaduras militares en varios países del continente, la Comisión “fue un faro de justicia”, y eso no debe “olvidarse”.
Respaldó asimismo el estudio sobre drogas elaborado el año pasado por la OEA y opinó que América tiene una “reflexión más dura” que hacer al respecto antes de la Asamblea General extraordinaria sobre el tema, prevista para noviembre en Guatemala.
Por último, Bachelet destacó la “necesidad de redoblar esfuerzos por el respeto y la promoción de la democracia”, puesto que hay “una deuda pendiente” en ese área en algunos países de la región.
En ese sentido, valoró el esfuerzo de Unasur por impulsar el diálogo entre el Gobierno y la oposición en Venezuela, y consideró que las instituciones internacionales “deben ser un apoyo en los procesos políticos y cívicos de los propios venezolanos”.