Teatro donde se grabó Franja del "NO" cerrará sus puertas tras cumplir 100 años
El grupo que gestiona el teatro es liderado por Luis Marchant, quien anunció el cierre de sus puertas por problemas financieros. "Nosotros hemos trabajado ocho años, totalmente autogestionado, autofinanciado, y todos los que trabajamos ahí lo hacemos por sueldos bajos y se está haciendo insostenible mantenerlo abierto con actividades gratuitas", dijo.
El barrio obrero conocido como “Huemul”, donde vivieron grandes y reconocidos artistas nacionales como Gabriela Mistral y Juan Radrigán, se ubica en Santiago centro, en el sector de Franklin. Frente a su plaza principal se construyó hace 100 años el Teatro Huemul, lugar que jugó un rol muy importante en la cultura santiaguina, donde incluso se presentaron artistas de la talla de Carlos Gardel.
El grupo que gestiona el teatro es liderado por Luis Marchant, quien anunció el cierre de sus puertas por problemas financieros. “Nosotros hemos trabajado ocho años, totalmente autogestionado, autofinanciado, y todos los que trabajamos ahí lo hacemos por sueldos bajos y se está haciendo insostenible mantenerlo abierto con actividades gratuitas“, dijo.
Según informa El Desconcierto, en la historia reciente, el teatro estuvo marcado por haber sido lugar de grabación de la película “NO”, que recreaba la franja en donde cientos de adherentes cantaban el “Vals del No” para que Augusto Pinochet no siguiera en el gobierno. Luego, en 2013, la actual presidenta Michelle Bachelet ocupó el mismo escenario para presentar su programa de gobierno en medio de las campañas.
Pese a estar en una “Zona de Conservación Histórica” declarada por el Consejo de Monumentos Nacionales, el teatro dejará de funcionar porque hoy depende de la voluntad de la agrupación que realiza actividades gratuitas para la comunidad.
En ese sentido Marchant explicó que “más que como teatro, funciona como un edificio que se abre a la comunidad y responde a sus necesidades, hay talleres para niños, biblioteca comunitaria, talleres para la tercera edad”.
Si bien postularon a proyectos de subvención con la Municipalidad de Santiago, no lograron adjudicarse los fondos.
El teatro pertenece al Arzobispado de Santiago y según Marchant, él “pagaba un arriendo al Arzobispado y hacía las restauraciones y ellos me lo iban a vender, incluso después del terremoto lo restauré. Pero ahora ellos me dijeron que mi contrato fue durante la administración anterior y que ellos no tenían por qué respetar eso”.