El curioso sueño del chileno que cumplió 118 años
Pese a su edad, este campesino hasta hace poco trabajaba en sus propios cultivos y se mostró muy emocionado en el reconocimiento.
Celino Villanueva presume de ser el chileno más longevo, al cumplir ayer 118 años de vida, por lo que fue investido carabinero honorario en la sureña localidad de Mehuín, en la región de Los Ríos.
Pese a su edad, este campesino, que hasta hace poco trabajaba en sus propios cultivos, se mostró muy emocionado durante su nombramiento como suboficial mayor honorario de Carabineros en el Retén Mehuín.
“Este acto representa un reconocimiento institucional a quienes destacan en la comunidad por sus condiciones de vida y su cercanía a los carabineros”, señaló el prefecto de Valdivia, Coronel Juan Pablo Boetto, en el acto.
Don Celino representa la memoria viva del siglo XX en Chile, que vio a dos compatriotas ganar el premio Nobel de Literatura (Gabriela Mistral y Pablo Neruda) y vivió en su piel la convulsa escena política que pasó de la república al golpe militar y finalmente a la democracia actual.
El longevo ciudadano nació el 25 de julio de 1896 en la localidad de Río Bueno y no tiene ningún familiar con vida ya que es soltero de toda la vida. En el año 1960 se trasladó a la localidad de Mehuín, a unos 800 kilómetros de Santiago y desde hace 17 años vive con la familia de Marta Ramírez, ahora de 80 años, quien lo recibió en su casa y se hizo cargo de sus cuidados.
Vestido con el uniforme de suboficial mayor, Celino se puso al frente de una patrulla para realizar la orden del día, ‘cumpliendo’ con el recién estrenado cargo, a sus 118 años.
Como en años anteriores, autoridades regionales y comunales llegaron hoy a Mehuín a saludar a Celino, en un ritual que ya es tradicional en el pequeño pueblo de pescadores y turistas, hasta donde hace algunos años lo saludó también el entonces Presidente Sebastián Piñera, quien le regaló un sombrero y un bastón.
La celebración oficial del cumpleaños tendrá lugar en el club de adultos mayores “Brisas del Mar de Mariquina”, del que es un socio activo y entusiasta. El longevo campesino gusta de las fiestas, al punto que el año pasado instaló su propia fonda para las Festividades Patrias, donde zapateó más de una cueca y comió empanadas y alfajores.