Grupos anarquistas se adjudican atentados explosivos en Santiago y Viña del Mar
Junto con ello, la Célula Revolucionaria Felice Orsini reconoció la fabricación de la bomba encontrada en las cercanías de un jardín infantil, pero descartó que haya sido "instalado de manera premeditada y planificada en dicho lugar".
El grupo anaquista denominado “Célula Revolucionaria Felice Orsini” dio a conocer un comunicado en la cual se adjudica la autoría del bombazo que afectó a la Iglesia Santa Ana, además de explicar lo sucedido con el artefacto explosivo encontrado a un costado de un jardín infantil en Santiago Centro.
En el documento señalan que “la prensa, el Gobierno de turno, fiscales, policías y mediáticos personajes renacen desde el silencio en busca de cámaras junto a amenazantes declaraciones. Todos en conjunto apuntan sus equívocos dardos, aseverando públicamente que un artefacto casero fue instalado demencialmente entre dos jardines infantiles o fuera de la casa de un miembro de la CEPAL, en una insignificante vereda”.
“Asumimos la completa responsabilidad política del artefacto instalado en las puertas de la Iglesia Santa Ana, del mismo modo, asumimos la fabricación del artefacto encontrado en la calle Almirante Hurtado, pero negamos absolutamente que haya sido instalado de manera premeditada y planificada en dicho lugar”, consignan.
El grupo explicó que “el artefacto fue colocado a más de cinco cuadras en las puertas de otro símbolo del principio de Autoridad, lamentablemente por problemas en el sistema de relojería no se activó y desconocemos que estúpido curioso trasladó el bolso con el artefacto hasta el lugar donde fue desactivado”.
Además, la Célula Revolucionaria señala que sus acciones son “un gesto solidario con los compañeros Francisco Solar y Mónica Caballero, secuestrados por el Estado Español. A su vez, sentimos la urgencia de enviar nuestra fuerza al compañero Nikos Maziotis, quién fue capturado por la Policía Griega”.
Junto con ello, el grupo llamado “EnjambreVandálico de Niñxs Vichxs” reconoció la autoría de los ataques incendiarios contra vehículos en San Miguel, Ñuñoa y Viña del Mar, expresando que “honestamente nos importa un bledo el rango de precio de los vehículos incinerados, ya que lo que buscamos con esta acción es dar un pequeño golpe a la sociedad tecnócrata capitalista y no solo al ligero concepto ‘rico o burgues”.