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1 de Agosto de 2014

Perú ha conservado más de dos millones de hectáreas de bosques con bonos de carbono

Disney y Microsoft son algunas de las compañías que conservan áreas naturales para contrarrestar su huella de CO2.

Por EFE
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Perú es el país pionero en generar bonos de carbono en áreas naturales protegidas (ANP) a nivel regional, lo que le ha permitido conservar más de dos millones de hectáreas de bosques y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, afirmó el jefe institucional de Sernanp, Pedro Gamboa.

El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) coordina proyectos con diversas organizaciones no gubernamentales que tienen como misión la reducción de emisiones de deforestación y degradación de bosques en ANP (REED+) para generar desarrollo.

“Se han reconocido a la fecha 8.700.000 créditos de carbono y se han vendido 1.600.000. Hemos recaudado actualmente un promedio de 37 millones de soles (13,2 millones de dólares)”, detalló Gamboa.

Según el funcionario, con los proyectos se busca convencer a las poblaciones de que cambien sus acciones que generan impacto ambiental por otras actividades sostenibles.

Ejemplos en parques nacionales de la Amazonía 

El Parque Nacional Bahuaja Sonene, la Reserva Nacional de Tambopata, el Parque Nacional Cordillera Azul y el Bosque de Protección Alto Mayo, situados en la Amazonía peruana y que albergan una gran cantidad de flora y fauna, son una muestra del avance de esta iniciativa.

“Alto Mayo, que es un ANP que actualmente tiene contratos de administración y créditos de carbono, tenía un presupuesto anual de 500.000 soles (178.571 dólares). Con este proyecto REDD+, con la venta de bonos de carbono, su presupuesto se ha incrementado a 5.000.000 soles (1.785.714 dólares) en los dos últimos años”, detalló.

Según Gamboa, a los agricultores que cultivan café y cacao en el Alto Mayo se los ha capacitado con técnicas para un mejor rendimiento de sus productos y para evitar plagas, con lo que se contribuyó a que dejen de talar bosques para ampliar sus cultivos.

En el Parque Nacional Coordillera Azul se ha aprovechado los recursos hídricos y sus microclimas para desarrollar la agricultura.

En el caso de Tambopata y Bahuaja Sonene, que son áreas colindantes, el Estado y las ONG han comenzado a trabajar con grupos de mineros artesanales, quienes no cuentan con los permisos respectivos, para que mitiguen los impactos de sus actividades.

“Se estuvo trabajando técnicas que impidieran el uso de mercurio y el uso de dragas que estaban contaminando los ríos hacia las poblaciones. Ahora se esta pensando un apoyo a la agroforestería con la siembra de cacao en otra zona. Las posibilidades de apoyo son diversas, va a depender mucho del interés de las personas en la zona”, manifestó.

Los fondos revierten a las áreas en las que se generaron

Gamboa indicó que todos los fondos obtenidos por los bonos de carbono, que se venden en Perú desde 2011, son destinados a las áreas que los generaron, por lo que se ven reflejadas en mejoras para su población.

Para el funcionario, las empresas deben asumir su responsabilidad por la contaminación que generan, por lo que primero deben medir su huella de carbono para después intentar reducirla y en último caso compensarla con la adquisición de bonos.

“Lamentablemente en Perú solo ha habido tres empresas (nacionales) que se han sumado”, señaló, y añadió que las firmas extranjeras han superado a las peruanas.

Walt Disney, Microsoft y United Airlines son algunas de las compañías que han apostado por conservar áreas de gran riqueza natural en el país para contrarrestar su huella de carbono.

Gamboa expresó que las empresas deben ver la adquisición de los bonos de carbono como una inversión que permite ayudar a conservar la diversidad biológica y con los que se puede obtener una mayor competitividad y rentabilidad en el mercado.

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