Confech evalúa bajarse de mesa de participación ciudadana y crear instancia paralela

La marcha de hoy es fundamental para la Confech y el movimiento estudiantil. Recién la tercera del año -una cifra bajísima considerando los números entre 2011 y 2013-, la movilización que parte a las 11 am desde Plaza Italia espera repetir la gran asistencia de las anteriores, realizadas el primer semestre. Para los estudiantes, es clave golpear la mesa del gobierno con el elemento más fuerte y convincente que han tenido desde el 2011: la masividad en las calles.

En medio  de la votación del proyecto del gobierno que ponen fin al copago, lucro y selección y solo una semana después de que la encuesta CEP asentara el golpe de 52% de apoyo al financiamiento compartido en educación secundaria y solo un 38% de acuerdo con la gratuidad universal, el movimiento estudiantil tiene el desafío de demostrar que sigue vivo.

Pero el día clave no es solo hoy. El próximo sábado 23 en la Usach, la Confech decidirá si continua o no en el cada vez más cuestionado Plan de Participación Ciudadana del gobierno. Si bien los estudiantes aceptaron subirse al proceso hace un mes, la paciencia se ha ido agotando debido a la poca importancia que aseguran que el gobierno le da al Plan y a la poca capacidad de incidencia que ofrece la metodología. Sobre representación de fuerzas e imposibilidad de llegar a síntesis han sido las principales críticas.

Además, eventos como el cónclave de la Nueva Mayoría, las numerosas reuniones de Andrés Palma con parlamentarios y la idea -cada vez más aceptada- de un acuerdo con la derecha en educación, similar al tributario, son elementos a considerar para el debate sobre la permanencia.

“Nosotros participamos en el Plan, que no ha estado exento de falencias y críticas de su funcionamiento. La Confech va a evaluar su continuidad porque nos interesa que exista un espacio para llegar a acuerdos, donde se puede llegar a síntesis y donde el gobierno también tenga una postura y la voluntad de llegar a a sintesis”, asegura el vice presidente de la Fech Sebastián Aylwin.

“No descartamos ningún espacio y son muchas las opciones que se van a analizar. Siempre ha estado abierta la disposición  a que se dialogue. Existe la percepción de que ya por 8 años se ha dialogado en espacios que han sido superfluos e infructíferos“, agrega el dirigente estudiantil.

La decisión no ha sido fácil en el mundo estudiantil. Sectores del “oficialismo estudiantil”, ligados principalmente a Revolución Democrática y las Juventudes Comunistas, han argumentado la necesidad de mantenerse en el Plan para enfrentar juntos y con fuerza la arremetida de la derecha en materia educacional, mientras que el “bloque de conducción” (Fel, Une, IA) estaría por bajarse.

“Bajarse o no, no es un objetivo en sí mismo, sino que tiene que ser una definición de cómo avanzamos para tener una reforma real al modelo educacional”, señala Aylwin. Por su parte, el presidente de la Feusach Takuri Tapia asegura que, “si nos bajamos va a ser proponiendo, aquí no se acaba la discusión. Una de las alternativas que barajaría la Confech es la instalación de una mesa paralela de conversación con el gobierno, donde tengan una real incidencia en la elaboración de síntesis.

Desde el mundo estudiantil están conscientes de que una bajada masiva de toda la mesa social por la educación es lo ideal, donde participan también el Colegio de Profesores, la Aces y la Cones. Dado lo difícil que es que pase esto, cada organización define si se mantiene o sigue, la clave es el éxito de la marcha de hoy, para saber en qué posición de fuerza estén frente al gobierno.

La sesión del Confech que se realizará el sábado tiene dos puntos principales en table: El análisis de la marcha y la permanencia en el Plan de Participación