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22 de Agosto de 2014

Melissa Sepúlveda: "Queremos una mesa de diálogo directo con el gobierno"

La presidenta de la Fech evalúa la marcha de ayer y adelanta lo que se vendrá para el movimiento estudiantil. Ante la inminente bajada del Plan de Participación Ciudadana, buscarán crear una instancia de negociación paralela y directa con el gobierno.

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En total, 80 mil personas volvieron a marchar por la Alameda según la Confech. Una cifra no menor, que el movimiento estudiantil aprovechará para analizar su peso actual y decidir si continuar o no en el polémico Plan de Participación Ciudadana del gobierno, cuestionado por su sobre representación de sectores privados e imposibilidad de llegar a acuerdos. “El ministerio quiere que lleguemos a acuerdos con la Sofofa”, dijeron en la mañana, previo a la marcha.

La bajada es inminente. Hace días que la Fech decidió que su voto político para la votación de este sábado en el plenario de la Usach sobre si mantenerse o no será de bajarse de la mesa. La mayoría de las federaciones estaría por esta opción, mientras que la Feuc decidió el pasado miércoles llevar su voto de mantenerse en la mesa.

Como la continuidad en este espacio parece ya desechada, la Confech evalúa cómo mantenerse a tono dentro del debate educacional. Una opción que no es vista con malos ojos es una mesa de negociación directa con el gobierno, una especie de “agenda corta” con los universitarios o con el conjunto de la Mesa Social por la Educación.

En entrevista con El Dínamo, la presidenta de la Fech Melissa Sepúlveda adelanta la discusión del sábado y las movidas que preparan a futuro para marcar presencia: negociación directa, propuesta para Ley de Presupuesto y un formalización de indicaciones a los proyectos de ley del Gobierno en Educación.

– Respecto de la evaluación de la marcha, ¿cómo te tomas la posición del gobierno respecto a ésta?, ¿crees que hay un cambio en cómo el gobierno de Piñera terminaba evaluando las marchas?

El gobierno evidentemente está tratando de minimizar e invisibilizar lo que está ocurriendo en nuestro país, que hay un descontento grande con la forma en la que se han planteado los cambios, con los contenidos de esos cambios, con las contradicciones, con las vacilaciones con todo este panorama de incertidumbre tanto para estudiantes como para padres y apoderados que han visto nuevamente en estas definiciones a medias, en esta regulación parcial del lucro a medias tintas, ven una confusión tremenda y donde han abierto la puerta para que sectores que -con el oportunismo de siempre, que no es sorpresa para nadie- están intentando desinformar y construir un relato en torno a estar en contra de cualquier cambio. Creo que se están tomando medidas bastante similares a las medidas de represión por parte del gobierno de Sebastián Piñera, lo dijimos en relación a este fallo de la Corte sobre las tomas en el Instituto Nacional, sobre esta posición de evitar la manifestación, sobre el desalojo que hubo hoy día en la facultad de Derecho a los pobladores que están hace más de 70 días en la rivera del Mapocho. Hay una serie de hitos y de hechos concretos que demuestran que no hay una voluntad genuina de cambio y que eso tal vez no es sorpresa para nadie y que finalmente depende tanto la definición de esta reforma educacional como de los próximos cambios que vengan en nuestro país, dependen en gran medida de la presión que pueda generar el movimiento social a través de la movilización y otros mecanismos.

– ¿Es una sorpresa que el gobierno reaccione así? Dentro de todo, propone una reforma educacional, toma muchas de las consignas del movimiento estudiantil para presentar sus proyectos… 

Sí, y la pregunta es por qué pretenden ignorar lo que está pasando en nuestro país cuando la decisión correcta, si es que dentro del gobierno existe una voluntad de cambios transformadores en la educación chilena, debiese ser justamente buscar acuerdos con el movimiento social, no darle la espalda y empezar a buscar acuerdos con los mismos sectores de siempre, con sectores que supuestamente son minoritarios. Ahora entran todas las dudas porque que la DC esté planteando indicaciones para los proyectos que envió el propio gobierno, dan cuenta de que el nivel de cohesión interna es bastante bajo, que no hay una definición clara por parte de este gobierno y que el programa finalmente no lograba resolver cuestiones tan básicas como es si se quiere acabar o no con el lucro.

– Si es que se llegan a bajar el sábado como Confech del Plan de Participación, ¿no pierden poder de incidencia dentro de la discusión educacional? ¿Manejan alternativas de cómo participar en el debate?

Sí, estamos evaluando las distintas alternativas que existen, porque efectivamente lo que le interesa al movimiento estudiantil no es restarse del debate sino todo lo contrario, incidir profundamente y que los cambios que se generen sean a favorables a estos planteamientos que llevamos tantos años defendiendo, y frente a eso hay hartas posibilidades. Está la posibilidad de una instancia prelegislativa, de una mesa de diálogo directo con el gobierno que permita llegar a acuerdos sustantivos, las definiciones de si eso debe hacerse de manera aislada por organización o en conjunto desde la mesa social, o sumar a otros actores primero a la mesa social, son todas las definiciones que estamos dando en estos días para poder tener un emplazamiento directo.

Ósea quieren un contacto directo con el gobierno sin mesas de participación…

Sin mediaciones, porque lamentablemente no hemos visto avances en esas instancias, todo lo contrario. Sirve para acallar la voz del movimiento social y estar cortando y zanjando los acuerdos por otros lados y eso nosotros no estamos dispuestos a avalarlo. Creo que hemos mostrado toda la disposición al diálogo que hemos podido durante este año, tanto en las reuniones con el Ministerio como en la solicitud directa por parte nuestra para tener una reunión y que fuese el propio ministro el que aclarara los dichos tan controversiales y problemáticos como que la gratuidad iba a durar por cuatro años. Entonces, sumándonos a este plan de participación luego de haber establecido algunas garantías, incluso cuando una de ellas no se cumplió en su totalidad, dando una muestra de fe y de voluntad a la palabra del ministerio donde se señalaba que esta instancia iba a tener niveles de resolutividad. Pero el contexto político da cuenta de que nos es así, y las declaraciones del ministerio dan cuenta de que no es así. Entonces frente a eso, nosotros no estamos para legitimar una instancia cosmética, una instancia para la fotografía, para que el gobierno pueda decir que hay participación social cuando no la hay.

Y si es que llegasen a tener una instancia de conversación directa, ¿cuáles son los puntos urgentes que la Confech negociaría con el gobierno?

Este año se juega cuál es la orientación que va a tener el cambio. Y por eso hemos sido tan tajantes en decir que no sirve la regulación del lucro a medias, no sirve acabar parcialmente con la selección, sino cambiar el foco de la educación chilena y eso implica tener dos líneas de acción: La regulación estricta del sector privado que ha crecido en Chile debido a una permisividad de hacer cualquier cosa, esta libertad de enseñanza que en realidad lo único que esconde es la libertad de negocio con la educación y, por otro lado, hay una línea que tiene que ser de fortalecer la educación pública profundamente. Los pasos que se dan ahora y que podrían tal vez articular una agenda corta con el ministerio dan cuenta de la ley de presupuesto, que va a ser definitoria en relación a cuál es el paso que se da el 2015 para la educación. Estamos hablando de cosas que no están contempladas dentro del programa del gobierno, donde dimos un primer paso en el tema de la democratización, pero hay aspectos centrales, y para nosotros tiene que ser una exigencia del sistema educativo, que haya democracia interna en las instituciones, que haya participación de sus comunidades y eso es algo que hoy no está siendo contemplado por el gobierno. Estamos hablando de pasos importantes en torno a cuál va a ser la definición de financiamiento. Lo que hace el proyecto del copago es fortalecer el sistema de subvenciones, un sistema que mantiene la lógica de mercado y de competencia y es lo que queremos que se acabe, entonces el tema de financiamiento, el tema de cómo se trata el acceso al sistema universitario, de cómo se financia la educación, que han sido los puntos de los petitorios históricos que hemos tenido, creo que son los puntos que vamos a ir articulando en función de lo que hemos trabajado también como movimiento social.

– Pero, con una mesa directa prelegislativa tampoco solucionan uno de los problemas que le critican al Plan, que es su carácter no vinculante. Toda norma que presenta el ejecutivo pasa por el Parlamento e incluso algunos proyectos actuales del gobierno están han sido modificados por las indicaciones que mandan los propios parlamentarios de la Nueva Mayoría…

Eso es lo que nos hace entender que este es un proceso de largo plazo, y que depende exclusivamente de la fuerza que podamos mostrar y de la correlación de fuerza que hay. Aquí hay bloques claros, hay un bloque que no quiere cambios en la educación y que quiere que se mantenga el negocio tal como está, hay un sector que quiere regular algunos aspectos de los excesos en el mercado educativo y hay una cantidad inmensa de gente que sale a la calle el día de hoy y que da cuenta de que lo que se necesita en Chile son cambios estructurales profundos que cambien radicalmente la orientación de la educación de nuestro país y eso sabemos que va a pasar por esta cocina del parlamento, de donde sale cualquier cosa, lo vimos con lo que sucedió en el año 2006, lo hemos visto también en las resoluciones de otros conflictos como la reforma al sistema de salud, la reforma al sistema de pensiones. Es una fórmula clásica y sabemos que el parlamento es una instancia donde prima el cuoteo político, prima la cantidad de votos que tiene cada partido y por eso mismo la insistencia en que las instancias sean prelegislativas. En Chile el peso que tiene el ejecutivo es importante. Los proyectos que salen finalmente son los proyectos que impulsa el ejecutivo, el resto queda durmiendo en el parlamento. Por lo mismo nuestra insistencia. La NM tiene mayoría para sacar adelante bastantes reformas, si bien las que tienen rango constitucional tienen que ser discutidas con la derecha, pero aquí esperamos que de una vez por todas en Chile pueda primar la voluntad social por sobre los intereses particulares y eso no es solamente un emplazamiento al gobierno sino que también al propio movimiento social que tiene que ser capaz de demostrar fuerza en todo este proceso y no quedarse recordando lo que sucedió el año 2011.

Giorgio Jackson dijo que incluiría las indicaciones que presente la Confech a los proyectos de ley. ¿Cómo se toman esto? ¿Harán uso de esto?

Entiendo que ellos, Giorgio Jackson y Camila Vallejo, están trabajando indicaciones por su lado. No tengo conocimiento de cuáles serían esas indicaciones ni si es que recogen las críticas que nosotros hicimos en la presentación en la cámara de diputados y en la comisión de educación. No lo sé, no he leído ningún ofrecimiento formal tampoco para que la Confech sea parte de ese proceso, nosotros sí lo estamos evaluando por nuestro lado, de hacer alguna presentación de las indicaciones o de las críticas que hemos hecho, que lo hemos podido hacer por prensa, que lo hicimos en esa instancia pero que tal vez requieren de una presentación pública, está también dentro del abanico de posiblidades…

¿Una formalización de indicaciones para los proyectos de ley?

Claro, y que ahí lo que hemos dicho ha sido siempre lo mismo, que el proyecto, por ejemplo, de fin al copago en realidad habría que reescribirlo pensando en el fortalecimiento de la educación pública y acabar con el sistema de subvenciones que ese proyecto fortalece, aumenta, revela que ese es el mecanismo y por eso es tan complejo que el ministerio haya enviado ese proyecto, porque revela que no hay un compromiso para cambiar de aquí a doce años el modelo de financiamiento de la educación escolar, y eso es crítico dentro de un sistema de mercado que va a funcionar ahora con recursos del estado. No va a haber relación directa con las familias pero si va a seguir siendo el mismo mecanismo con los dineros del estado, entonces hay una serie de elementos que para nosotros son sustancialmente críticos en ese proyecto de ley y que además se trata de responder de manera aislada a un problema que es orgánico, una crisis que articula desde la educación inicial hasta la educación superior.

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