A 100 días de asumir: Las claves de la gestión de Ennio Vivaldi en la U. de Chile
En sus tres meses frente a la Universidad de Chile, Vivaldi se ha desmarcado del estilo de su antecesor Víctor Pérez. Muchos valoran su apertura comunicacional, pero otros cuestionan su método para enfrentar los focos de conflicto de la casa de estudios.
“La Universidad de Chile es una institución y es una comunidad. Es excepcional en generar un marcado sentido de pertenencia, tanto de que pertenecemos a ella, como de que ella nos pertenece”. Así comenzó Ennio Vivaldi su gestión como rector de la principal casa de estudios del país. Este miércoles se cumplen sus primeros 100 días de gestión, que tienen la impronta de su discurso del 16 de junio pasado que apuntaba a que la Universidad Chile vuelva a ser el paradigma de la educación pública.
Su posicionamiento en la reforma educacional y los distintos focos de conflicto que heredó de administraciones anteriores han marcado su gestión no exenta de críticas internas. Aquí 6 claves para entender la nueva forma de gobernar de Ennio Vivaldi en la Universidad de Chile.
1- Un nuevo modelo de universidad pública
En marzo de este año, el candidato Vivaldi anunciaba que el nuevo rector tendría la “responsabilidad de reconstruir la Universidad de Chile”. Y hoy, ya en el cargo, su principal apuesta es que la casa de estudios responda al rol histórico que ha tenido siempre como la principal universidad pública del país. El doctor quiere posicionar a la Chile y a sus académicos en los distintos debates de la política nacional.
Desde la universidad, dicen que el cambio respecto a cómo era con Víctor Pérez es notorio. “La gestión de Pérez era muy personalista, giraba todo ante lo que él hacía o decía”, dice una fuente de la Casa de Bello. El reflejo de esto está en la misma página de la universidad: antes las noticias eran sobre todo lo que hacía el rector, mientras que ahora se publica el trabajo de las facultades, investigaciones, columnas, entrevistas a profesores, etc.
Para posicionar la universidad, era necesaria una potente agenda mediática. La elegida para implementar este cambio -desde la vicerrectoría de comunicaciones- fue Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo.
“Públicamente la cara de la rectoría y la universidad ha cambiado. El rector ha tenido un discurso claro respecto a lo público, una defensa de instituciones estatales que no se veía tan clara con Víctor Pérez. La Universidad se presenta de manera distinta hacia los medios”, asegura la presidenta de la Fech Melissa Sepúlveda.
Según cuentan desde la Chile, una prueba de lo anterior es que el rector no tiene miedo a referirse a temas controversiales, como cuando rechazó el ingreso sin autorización de Carabineros a la Facultad de Derecho o cuando defendió la inocencia de dos alumnos acusados de poner bombas molotov en marchas.
2- La promesa pendiente de congelar aranceles
“Es tal la importancia que esta Rectoría otorgará a la formación de una conciencia social en los estudiantes, que vamos a presentar al Consejo y Senado universitario un proyecto de congelamiento de aranceles a partir del 2015, financiado con fondos centrales, como un gesto unilateral de compromiso con la gratuidad de la educación universitaria”, dijo Vivaldi el día en que asumió el cargo.
Fue una señal política bien recibida en la comunidad. Sin embargo, es un compromiso que hasta ahora no tiene piso. En la universidad se desconoce la forma en cómo se llevará a cabo esta medida y la rectoría no ha entregado más luces al respecto.
3- Alineado con la reforma educacional (y con Eyzaguirre)
Vivaldi no ha quedado indiferente ante la reforma educacional del gobierno. Su estrategia es defender la educación pública y ha señalado que la reforma es un “esfuerzo honesto y sincero por reconstruir la educación pública”.
Pero la posición de Vivaldi ha ido más allá: Ha apoyado abiertamente la gestión de Nicolás Eyzaguirre al frente del Ministerio de Educación, afirmando sentir el “mayor respeto y la mayor gratitud para con la valentía que ha tenido este ministro y esta gestión en volver a plantear el tema de las universidades estatales”.
“Fue un espaldarazo político en función de la cercanía, no había ningún elemento que mostrara que era necesario darlo. Fue un gesto político propio del rector que nos sorprendió y nos incomodó”, reconoce Melissa Sepúlveda.
La situación no deja indiferente a las fuerzas de izquierda que son parte del equipo del rector y apoyaron su candidatura. Según reconocen desde la Casa Central, existe una tensión que todavía no explota, entre los anhelos de transformación de la universidad y la histórica conexión que tiene Vivaldi con el PS y la Concertación, que no hace tan fácil que salga criticando la reforma.
4- Nahum y el miedo al establishment
El 8 de septiembre Ennio Vivaldi fue interpelado por un estudiante en un foro. El sujeto le pedía una definición clara sobre la crisis institucional de la Facultad de Derecho pues no se viven tiempos tranquilos en la sede de calle Pío Nono. El 2014 era año de elección de decano, escenario en que el polémico Roberto Nahum intentó asegurar su puesto por cuatro años más. Nahum que debió dar un paso al costado después de una toma liderada por el actual diputado Gabriel Boric y que fue electo nuevamente un año después.
Por estatutos, está prohibido que un decano ostente el cargo por un tercer período. Con su postulacion de 2014, Nahum iba por su cuarto. Razón suficiente para que la Junta Electoral impugnara su candidatura y diera inicio a la crisis. El decano apeló y logró que el Tribunal Electoral Regional diera orden de no innovar, por lo que no hubo elecciones. Hoy la Facultad es liderada por el decano subrogante Pierino Perazzo.
Desde la universidad no niegan el desorden institucional que se vive en la principal escuela de abogados del país. Pero Vivaldi ha optado por el silencio. Si bien ha enviado oficios a Contraloría y el TC para que ratifiquen la decisión de impugnar la candidatura, el rector no ha tenido ningún pronunciamiento público al respecto. Incluso pudo haber llamado a elección antes de la orden de no innovar, pero no lo hizo.
Según una fuente de la universidad, el tema es complejo porque supone una disputa entre un rector con espíritu transformador contra el establishment conservador que existe en la Chile, de los que Nahum y la Facultad de Derecho son representantes. Vivaldi se ha movido con cuidado con estos temas que involucran facultades grandes, pues estas se resguardan en su autonomía para tener mayor manejo económico.
5- La apuesta del hospital público
El nuevo modelo de universidad pública incluye como parte fundamental que el Hospital Clínico de la Universidad de Chile sea propiamente público. A principios de año de dio a conocer la enorme crisis financiera que vive el ‘Jota’ Aguirre, con una deuda que a enero de este año llegaba a los 43 mil millones de dólares. Vivaldi jugó un rol activo en el rechazo al leaseback que impulsó Víctor Pérez para sanear la deuda.
“Rectoría ha tenido una posición política importante, que no habíamos visto en el período anterior”, reconoce Melissa Sepúlveda. Vivaldi fue el principal impulsor de la comisión mixtra entre la Universidad y el Ministerio de Salud que busca fortalecer el hospital. La idea es que, a través de la promesa del gobierno de 4 mil nuevos especialistas, el Jota, como principal formador de médicos, reciba recursos.
Pero pese a que rectoría tiene la intención de que el Hospital Clínico vuelva a ser parte de la red salud Metropolitana Norte, no hay mucha claridad en el asunto. La deuda sigue existiendo, igual que la ambivalencia de principios de año: Es un hospital público que funciona como clínica privada.
6- El polémico estadio de la “U”
Vivaldi ratificó un acuerdo de la antigua administración de Víctor Pérez con la concesionaria Azul Azul de entregar los terrenos en Laguna Carén para la construcción del estadio del equipo de la Universidad de Chile. Si bien las gestiones las hizo Pérez, su sucesor es criticado por la poca transparencia con que se tomó la decisión de cederle los terrenos al equipo, especialmente después de que se descubriera la “caja negra” de la Laguna Carén: La universidad traspasó de más de 4 mil millones no acreditados a una fundación y hoy se desconoce su destino.