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20 de Octubre de 2014

Cultura de la elusión: el rol de las universidades en los delitos económicos

Economistas acusan no estar sorprendidos por situaciones de delitos económicos, conociendo la forma en cómo se se enseña el economía en Chile. Enfoque de maximizar las ganancias y la nebulosa situación legal contribuyen también.

Por Francisco Parra
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Los delitos económicos parecen estar a la orden del día: casos de elusión, evasión, concentración, colusiones. ¿El resultado? Millonarias ganancias, reproche público y penas que muchas veces no suplen las utilidades obtenidas por quienes decidieron operar fuera de la ley. La situación no es casualidad y para muchos el problema parte desde la academia.

Pablo Alcalde, Luis Hernán Paul, Patricio Contesse, Roberto Guzmán, Manuel Ariztía, todos cuestionados en distintos casos, como La Polar, Cascadas y la colusión de los Pollos… todos coincidentemente ex alumnos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, excepto Alcalde, quien se formó en la Facultad de Economía y Negocios (FEN), de la Universidad de Chile.

Si se suma la investigación por el caso Penta de Fraude al FUT, aparecen Carlos Alberto Délano, Carlos Eugenio Lavín y Hugo Bravo, tres personas que la PUC no promociona entre sus destacados ex estudiantes.

De la elusión a la evasión

En julio de 2013, la Corte Suprema emitió un fallo sobre la polémica causa entre la Inmobiliairia Bahía y el Servicio de Impuestos Internos (SII). El tribunal reconoció la legitimidad de estructurar actividades económicos para ahorrar impuestos. Es decir, eludir. “El Servicio confunde, en este caso, dos conceptos jurídicos que tienen una diferencia notoria: el de evasión tributaria ilícita-, con el de elusión, que consiste en evitar algo con astucia, lo que no tiene que ser necesariamente antijurídico”, dice el texto judicial.

Gonzalo Polanco, director del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad de Chile, asegura que en el país siempre ha existido una discusión académica en torno a lo lícito o ilícito de la elusión. “Opera en el silencio de la ley implica reducir la carga tributaria a través de mecanismo que no están amparados expresamente por el legislador”, afirma. En ese contexto, muchos aseguran que eludir es lícito, pues no se está en contra de la ley.

Esto es una muestra de que “en Chile eludir no es mal visto”, según detalla un reconocido abogado de la PUC, quien también asegura que dentro de dicha casa de estudios no son pocos los profesores que toman dicha posición. La evasión significa transgredir la ley para no pagar los impuestos correspondientes. Con la elusión, al contrario, es más complejo.

Existe una nebulosa donde no es tan fácil decir que es lícito o no. Estrictamente, la ley no lo prohíbe, pero tampoco lo permite. Esto genera consecuencias. Para algunos académicos, una cultura de la elusión tan amplia, donde se opera en el límite de la ley y que va desde organismos del Estado hasta quienes enseñan la materia, provoca que la gente dé un pasó más allá y evada impuestos. A esto se suma el hecho de que en Chile los delitos económicos no suelen tener una sanción penal y las multas no son proporcionales a las ganancias.

El objetivo es lucrar

Para Gonzalo Durán, economista de la Fundación SOL y ex alumno de la PUC, “en las escuelas enseñan esa matriz, de que tú tienes que maximizar las utilidades, la rentabilidad del negocio y eso significa minimizar los costos de producción. Y aún cuando no se plantea de manera explícita, significa el uso de la elusión en términos tributarios. Es decir, en base a los marcos legales, hacer uso de todas las herramientas disponibles para minimizar el pago de impuestos”, afirma.

El economista agrega que como la formación está orientada al fomento del libre mercado, hay un espacio muy ambiguo respecto a temas éticos relacionados al ejercicio de la profesión.

Felipe Correa, de la organización Estudios Nueva Economía y ex alumno FEN, reconoce que la enseñanza se concentra en  un enfoque. “Sólo se enseña una escuela de economía, la neoclásica, que basa toda su metodología en el análisis de personas individuales. El análisis en economía hoy es en base a persona aisladas, que después se suman para conformar la sociedad. Dejan de lado todo el aspecto de comunidad que tiene la economía. Estos casos de colusión tienen que ver con un enfoque individualista, donde la utilidad personal es lo que prima sobre cualquier otra cosa, sobre la utilidad social o el bienestar comunitario“, asegura.

Sobre los distintos casos de delitos tributarios o económicos, Correa afirma que “la enseñanza de la economía y la administración está hecha para que los profesionales salgan de estas universidades con el objetivo de maximizar las ganancias de los propietarios de las empresas. Para lograr eso, se acepta cualquier cosa”.

Correa pone como ejemplo que las carreras suelen tener 50 ramos. De esos, solo uno es de ética. “Tienes 49 ramos que te dicen que la ética no importa y un ramo que sí”.

Otra arista es la que plantea Carlos Insunza, presidente de la Asociación de Funcionarios del Servicio de Impuestos Internos, quien apunta a los posgrados: “Buena parte de la estructura académica de posgrado no está orientada a la formación de analistas o docentes que reflexionen sobre los sistemas tributarios, sino que está orientada a la formación concreta y práctica de estos profesionales para la elusión tributaria”.

“Cuando un diplomado pone el título, no de especialización en temas tributarios, mágister en derecho tributario o en contabilidad, sino que se nombran mágister o diplomado en planificación tributaria, claramente la orientación está directamente vinculada a las prácticas que hoy están en tela de juicio”, agrega Insunza.

La gran mayoría de las universidades tienen programas de diplomado en planificación tributaria, incluidos la Católica y la Chile. Gonzalo Polanco, que también es abogado tributario y profesor de la FEN, afirma que en las universidades se enseña “todo el marco jurídico y cómo se organizan los negocios en la realidad. Enseñamos como los asesores tienen que planificar los negocios, específicamente en aspectos tributarios. Entregamos un armazón conceptual para que los alumnos sepan cual es el rayado de cancha, cómo actuar. Y ahí hay algunos que tratan de maximizar las utilidades y pueden, eventualmente, traspasar la línea”.

El director del Centro de Estudios Tributarios asegura que sí es una sorpresa los bullados delitos económicos que aparecen en la prensa, pues hacen pensar que es la regla general cuando no lo es. También niega que en los diplomados se enseñe a eludir. “Es una forma un poco caricaturesca de ver las cosas. No se enseña así, porque aún cuando quisieras hacerlo no se puede. Las planificaciones tributarias son un traje a la medida, entonces no puedes dar recetas en una clase que es esencialmente teórica”.

Lo que sí reconoce es que muchos alumnos entran a la universidad pensando en que trabajarán en grandes empresas, como asesores del retail o de bancos. Y cuando egresan, las empresas buscan precisamente a esos asesores que les aseguren reducir su carga tributaria en vez de quienes consideran que éticamente no es conveniente actuar de esa forma.  “La universidad puede enseñar algo, y eso siempre puede mejorar, pero estamos insertos sobre un ambiente extremedamente competitivo, en el que las empresas van a contratar a un asesor en torno a las posibilidades que él ofrezca para reducir la carga tributaria o de ganar plata a como sea, y no al otro que dice que éticamente no es tan conveniente”, señala.

El debate sobre lo lícito de la elusión habría quedado zanjado después de la última reforma tributaria, que planteó una serie de normas “anti-elusión”. Aunque Carlos Insunza considera que esto no es suficiente: “Su implementación se decide principalmente en la capacidad de la administración tributaria, es decir, del SII, para poder hacer cumplir esa legislación. No es posible pensar que la modificación de la ley por si misma va a resolver el problema, aunque sí es un paso relevante”.

Desde la sala de clases

Las carreras de Ingeniería Comercial en la UC y en la Universidad de Chile están entre las 10 mejores escuelas de economía de Latinoámerica, según el ránking de América Economía. Sus alumnos cuentan que no hay mucha diferencia entre ella.

En la UC, los futuros abogados tienen 5 ramos en la malla de Derecho Comercial, en las que se les enseña cómo funciona el sistmea financiero. Además, tienen cursos como “Derecho, Economía y Mercado” y “Derecho Tributario”. En este último, uno de los profesores es Julio Pereira, ex director del SII durante el gobierno de Piñera y cuestionado por el perdonazo tributario a Johnson’s. Después se descubrió que tenía conflictos de interés con Cencosud, de Horst Paulmann, consorcio que compró Johnson’s dos meses después de que Pereira permitiera que reestructuran sus pasivos y vendieran la empresa.

Otros profesores, como Tomás Menchaca (Presidente del Tribunal de la Libre Competencia, que recientemente impulsó una millonaria multa por la colusión de los pollos), según cuentan sus estudiantes, tomaría una posición en que la intervención del Estado debe ser mínima y que la regulación debe estar de la mano del mercado. Roberto Guerrero, decano de la Facultad, y miembro del grupo más conservador de la universidad y una de las cartas para ser rector de la PUC, sigue la misma línea.

Sin embargo, estudiantes aseguran que también existen profesores que defienden las instituciones de regulación económica y critican duramente como los ingenieros comerciales han creado la situación tan cuestionada que existe en términos tributarios.

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