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20 de Octubre de 2014

Contradicciones: 11 alimentos que al comerlos dan hambre

“El hambre es producto de complejas interacciones que ocurren en el estómago, los intestinos, el cerebro, el páncreas y el flujo sanguíneo”, comenta Sue Decotiis, doctora especialista en pérdida de peso.

Por Redacción
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Tienes hambre, comes y lo que ingeriste te aumentó el apetito. Este es un fenómeno que es mucho más común de lo que la mayoría de la gente piensa.

“El hambre es producto de complejas interacciones que ocurren en el estómago, los intestinos, el cerebro, el páncreas y el flujo sanguíneo”, comenta Sue Decotiis, doctora especialista en pérdida de peso. El problema es que es un circuito que fácilmente puede tener alteraciones.

A continuación un listado con 11 alimentos seleccionados por la revista Time, que pueden provocar la sensación de no haber comida nada cuando en realidad el estomago está repleto:

1. Pan blanco:

El pan blanco se hornea con harina que se hace a partir de la semilla de trigo, pero sin cáscara. Con esto, pierde su contenido de fibra y hace más difícil el sentirse satisfecho. Además, comerlo aumenta los niveles de insulina.

Tiempo atrás, un estudio español reveló los hábitos alimenticios y pesos de más de 9 mil personas. En él se concluyó que quienes comían más de dos porciones de pan blanco al día eran un 40% más propensos a volverse obesos en un período de 5 años, comparados con quienes lo consumían menos.

2. Jugo:

Estas bebidas que parecer ser saludables contienen toda la azúcar y nada de la fibra original, dado que ésta se queda en la pulpa. Lo anterior significa que un vaso de jugo puede aumentar los niveles de insulina en la sangre y luego hacerlos bajar. Según Mitzi Dulan, autora de “The Pinterest Diet” (“La Dieta de Pinterest”), lo anterior sería lo que causa la sensación de hambre. La mejor opción es preparar un “smoothie”, usando la fruta entera y añadir una porción de polvo proteico o una cucharada de mantequilla de frutos secos para ayudar a balancear el azúcar y aumentar la sensación de saciedad.

3. Snacks salados:

Estos snacks están compuestos de carbohidratos simples de rápida absorción, los que generan aumentos y bajas rápidas en los niveles de insulina. Al mismo tiempo, debido a que las papilas gustativas y cerebro asocian las comidas de rápida absorción con lo dulce, es común que se sientan ganas de comer este tipo de alimentos una vez que se termina de comer lo salado. Incluso se ha descubierto que existe un fenómeno llamado saciedad especifica sensorial, lo que significa que se puedes comer una bolsa de papas fritas entera y llenar tu ‘estómago salado’, mientras que tu “estómago dulce” seguiría vacío.

4. Comida chatarra:

Las grasas trans inflaman el estómago, lo que hace más difícil que se produzcan neurotransmisores controladores del apetito tales como la dopamina y la serotonina. Al mismo tiempo, el tracto gastrointestinal absorbe rápidamente el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa (que se encuentra comúnmente en el pan, los condimentos y el postre), lo que genera un alza significativa en los niveles de insulina y una sensación de hambre más profunda. Finalmente, las grandes cantidades de sodio encontrado en este tipo de alimentos facilitan la deshidratación.

5. Alcohol:

Según un estudio que fue publicado en Alcohol & Alcoholism, tomar sólo 3 porciones de este líquido puede tener un impacto del 30% en los niveles de leptina en la sangre (una hormona cuya función es hacerte sentir satisfecho). Al mismo tiempo, puede eliminar tus reservas de carbohidratos, provocando que te den más ganas de ingerirlos. Y en el caso de que aparte quieras comer algo salado, probablemente sea porque no sólo estás deshidratado sino que también te faltan electrolitos.

6. Pastas de harina blanca:

Una porción estándar de pasta es media taza cocida, pero usualmente los restaurantes sirven hasta 4 tazas en un plato común. Cuando llenas tu cuerpo con carbohidratos simples tu páncreas trabaja a toda máquina para producir insulina en masa. El resultado es demasiada insulina en la sangre, lo que provoca que tus niveles de azúcar bajen y te sientas hambriento. También hay que considerar qué tipo de alimentos le añades a tu pasta. Si es salsa lista, comprada en el supermercado, lo más probable es que tenga más ingredientes que hagan subir los niveles de azúcar.

7. Glutamato Monosódico:

Se trata de un realzador del sabor que es conocido por ser un añadido común de la comida china. También se puede encontrar en otros alimentos tales como vegetales enlatados, sopas, carnes procesadas e incluso cervezas y helados. Un estudio en base a animales guiado por investigadores españoles, descubrió que este químico crea un aumento del 40% en el apetito. De acuerdo a otro estudio publicado en la revista Obesity, aquellas personas que más lo consumen tienen un riesgo tres veces más alto de sufrir de sobrepeso.

8. Sushi:

Se piensa que al comer sushi estás aprovechando de comer todos esos productos marinos que te hacen bien, pero la verdad es que estás ingiriendo más arroz que nada, comenta la nutricionista Susan M. Kleiner, doctora y consultora de USANA Health Sciences. Un ejemplo de esto, es el California Roll: con más de 30 gramos de carbohidratos es casi como comerse 3 rebanadas de pan blanco. “Si no comes nada más, los rolls de sushi se digieren rápidamente y el estómago es vaciado sin lograr saciarse debido a la falta de fibras y proteína”, afirma Kleiner.

9. Endulzantes:

los endulzantes -como el aspartamo, la sucralosa, la sacarina y otros- exacerban tus células cerebrales haciéndoles pensar que están a punto de digerir azúcar con sus correspondientes calorías, sin dársela realmente. El problema es que para compensar por esta falta puede que tengas más antojos de comer dulces durante el día. En un período más extenso, es posible que el proceso afecte los centros de control de hambre del cerebro.

10. Cereales:

Provocan alzas y bajas en los niveles de insulina en la sangre. “Es dañino para el metabolismo comer alimentos tan altos en carbohidratos justo cuando nos despertamos, ya que los niveles de cortisol son altos”, comenta la doctora Decotiis. Se cree que durante la noche y parte de la mañana, el cuerpo genera grandes cantidades de esta hormona esteroidea, es una reacción natural del cuerpo para prepararse al estrés del día. “Tener niveles más altos significa que es más difícil metabolizar los azúcares ingeridos, lo que puede incrementar los niveles de éstos, pero aun así no llegan a los lugares del cuerpo donde son requeridos, lo que nos hace sentir cansados y con hambre“. Se recomienda buscar marcas que contengan al menos 5 gramos de fibra y menos de 5 gramos de azúcar por porción.

11. Pizza:

Es una combinación de masa hecha de harina refinada, aceites hidrogenados, quesos procesados y preservantes que pueden tener un impacto importante en los niveles de azúcar en la sangre, en la producción de hormonas que indican saciedad y en las regiones reguladoras del hambre en el cerebro. Por eso, se recomienda hacer pizza en casa, usando una masa integral, carnes magras, muchos vegetales y sólo un poco de queso, para tener una comida llena de fibra y proteína que saciará mucho más que la pizza original.

 

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