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30 de Octubre de 2014

El anhelo de la “bancada omah” por liberar el consumo de marihuana

Un grupo de diputados aprueba el consumo libre, aunque con ciertas restricciones, en iniciativas que por estos días se discuten en la comisión de Salud. Antes de fin de año podría salir de la Cámara.

Por Daniel Martí­nez G.
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Por años, los pasillos del Congreso en Valparaíso guardaron un férreo rechazo a la legalización de la marihuana. Conceptos como drogadicción, narcotráfico y dependencia eran comunes en cada discusión entorno al tema. Sin embargo, la visión cambió, al menos para algunos.

La gran mayoría de los diputados y senadores atornillados al hemiciclo por décadas se ha dado en estos meses un baño “progresista”, impulsado por la llegada de las camadas más jóvenes y por el desarrollo de novedosos estudios que -en general- rechazan los efectos negativos para la salud o los ponen al nivel del tabaco y el alcohol, drogas aceptadas socialmente.

Hace dos años, el senador PS Fulvio Rossi confesó que fumaba marihuana “una o dos veces por mes” y la lluvia de críticas cayó en su cara. Los sectores más conservadores cuestionaron que una autoridad visara su consumo e, incluso, sugirieron realizar un test de drogas periódicamente a los parlamentarios para descartar su uso. Aunque la idea no prosperó, la postura estaba clara.

Pero hoy, los diputados más jóvenes que ingresaron al Parlamento cuentan públicamente sus experiencia y piden sincerar el debate. Por ejemplo, el independiente Gabriel Boric asegura que fuma “una vez al mes” y que normalmente lo hace con uno o dos amigos, nunca en carretes. “No tengo rollo en contarlo”, asegura.

Otro de lo recién llegados, Vlado Mirosevic (PL), dice que en el pasado fumó dos veces: a los 20 y 24 años, pero “no fue una buena experiencia”. Pese a ello, es del grupo de diputados que apoya fervientemente su legalización.

En la oposición, aunque más reacios al temas, han surgido algunas voces que aprueban y admiten su consumo: “A veces fumo pitos”, dijo en una entrevista el UDI Felipe de Mussy.

Al interior del Senado y la Cámara de Diputados se “relajaron”. Hoy son varios los valerosos que confiesan abiertamente que fuman marihuana cada cierto tiempo. Otros más cautos -en privado- se sinceran con sus colegas, pero públicamente prefieren abstenerse y relatar una que otra experiencia “en la loca juventud”.

En lo concreto, hoy existen dos proyectos de ley en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados: el primero busca liberar el uso y autocultivo de la marihuana para fines medicinales -cuyos autores son Claudio Arriagada (DC), Karol Cariola (PC), Juan Luis Castro (PS), Daniel Farcas (PPD), Marcela Hernando (PR), Vlado Mirósevic (PL), Manuel Monsalve (PS), Marco Antonio Núñez (PPD), Alberto Robles (PR) y Víctor Torres (DC).

El segundo proyecto busca legalizar la cannabis para el “consumo privado”; es decir, el uso recreacional. Los autores de esta moción son los diputados de Amplitud Joaquín Godoy, Pedro Browne, Karla Rubilar y el DC Matías Walker.

Hasta el momento, ambos proyectos buscan penar el tráfico y no el porte y consumo personal, para lo que hay bastante apertura. En el proyecto de la Nueva Mayoría se establece la cantidad que cada persona podría portar consigo en el futuro, sin recibir una pena por ello: 5 gramos. Según Robles, autor de esa iniciativa, luego de haber escuchado a expertos “lo más probable es que con alguna indicación esa cantidad aumente considerablemente”.

Por su parte, el proyecto de Amplitud busca “penar la acción de tráfico” pero sin poner una cifra de la cantidad de gramos o plantas que se permitirían portar. “Si tenemos que poner un número, lo pondremos, pero queremos una discusión de fondo y no de cuánto es lo que va a calcular Carabineros para determinar la detención de una persona”, dice Rubilar.

Las opiniones

Al interior de La Moneda no hay mucho ánimo de aprobar el uso recreacional de la marihuana, debido a que aún es un tema sensible, sobre todo porque durante la primera administración de la Presidenta Michelle Bachelet la marihuana fue catalogada como droga dura y hoy buscan sacarla de esa lista.

Y en la comisión de Salud las opiniones están divididas, aunque hay apoyo mayoritario. Si bien en el uso medicinal de la marihuana no hay mayores diferencias, el consumo recreacional se ha vuelto la principal discusión entre los miembros de la instancia legislativa y ni siquiera hay consenso al interior del oficialismo ni de la oposición.

En la Alianza, el RN Diego Paulsen aprueba ambos proyectos, mientras que Javier Macaya (UDI) y Gustavo Hasbún (UDI) lo rechazan. En la Nueva Mayoría sucede lo mismo. Juan Luis Castro (PS) rechaza de plano el consumo privado no medicinal: “La marihuana no es inocua y no apoyo su libre consumo”.

Loreto Carvajal (PPD) o el radical Alberto Robles están en el otro grupo. “Tenemos que tener una mirada más progresista sobre este tema y hacer que se castigue a los traficantes y no a las personas que consumen libremente”, dice el diputado.

Donde no hay mayores variantes en en la bancada independiente. Vlado Mirósevic apuesta por las libertades personales y asegura que “hoy la visión al interior del Congreso ha cambiado harto. El uso recreativo todavía genera problemas pero cada vez más apertura. Hay que ser claros: es la fórmula más efectiva para frenar el narcotráfico y respetar las libertades individuales”, dice.

Boric concuerda: “En el Parlamento sigue habiendo un manto de ignorancia y de prejuicio sobre este tema, aunque hemos ido avanzando entendiendo de que la marihuana es mucho menos dañina que el alcohol”.

Las iniciativas están en plena discusión y este martes, para acelerar su trámite, serán fusionadas en un solo proyecto para continuar escuchando exposiciones de expertos a favor y en contra de la liberación del consumo. Así, el objetivo es que antes de fin de año se vote en la Sala de la Cámara Baja, para después continuar su tramite en el Senado.

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