Reforma Laboral: giro del gobierno siembra dudas en día clave para la CUT

Este jueves la CUT tendrá una doble jornada de definiciones. Primero se realizará la última de las mesas técnicas con el gobierno, en la que se realizará un resumen de las conversaciones que han sostenido en los últimos meses. Y durante la tarde, el Consejo Nacional deberá tomar una postura frente a las propuestas de La Moneda.

Ambas reuniones son clave para definir la posición que tomará la Central en la dilatada reforma laboral, entendiendo que la multisindical- y principalmente su presidenta Bárbara Figueroa- apostaron su capital político en la propuesta que el Ejecutivo prometió para el último trimestre del año. La firma del proyecto de aumento de sueldo mínimo, en el que la CUT bajó claramente sus pretensiones, tenía como condición la presentación de la reforma laboral antes de fin de año.

Desde entonces, el equipo técnico del ministerio, liderado por el abogado Roberto Godoy, se ha juntado con distintos actores para definir la propuesta de lo que sería, en palabras de la propia Javiera Blanco, la cuarta gran reforma del gobierno. La oposición no ha sido menor, especialmente desde sectores empresariales y la derecha. Si bien la reforma aún se está elaborando -sería presentada al Parlamento la última semana de noviembre- se han mostrado algunas luces que marcan las primeras diferencias entre Trabajo y la CUT.

La reforma del gobierno presenta 9 titulares, que incluyen fortalecimiento de la negociación colectiva, mayor poder para los sindicatos, titularidad sindical, fin a grupos negociadores y derecho a huelga efectivo, terminando con el polémico reemplazo de trabajadores en huelga. Todos puntos que la CUT comparte. La estrategia de la multisindical ha estado en mantener las bases que están en el programa, logrando acuerdos en ciertos puntos y tratando de profundizar en otros, como la negociación interempresa.

Sin embargo, ayer durante un foro realizado en la Universidad Adolfo Ibáñez, Javiera Blanco adelantó parte de los contenidos, diferenciándose de la CUT y desactivando algunas de las preocupaciones que el sector privado ha mostrado respecto al tema. Sobre titularidad sindical, Blanco afirmó que “no significa sindicato único, ni siquiera estamos llevando esto al concepto de sindicalización automática. El principio de libertad sindical contempla la adhesión voluntaria de los trabajadores y tampoco podemos prohibir que los empleadores negocien con los trabajadores individualmente”.

Sobre el fin de reemplazo de trabajadores -uno de los “caballitos de batalla” que ha llevado la CUT en las negociaciones, pues esta figura termina negando en la práctica el derecho efectivo a huelga– Blanco afirmó que trabajarán en servicios mínimos para faenas importantes y que no sería extensivo para todos los trabajadores. Ya había trascendido que en este tema el gobierno intentaría acotar la prohibición del reemplazo, para no afectar los procesos productivos.

Según explica un consejero de la CUT, en las negociaciones el gobierno ha adoptado una postura cada vez más ambigua en temas claves para la Central, como titularidad sindical y fin al reemplazo. Además, señala que se han vislumbrado discrepancias profundas entre ambos actores, a diferencia de cómo empezaron las mesas técnicas.

Ayer en la Adolfo Ibáñez, Blanco también le quito todo piso a avanzar en la legislación para la negociación colectiva interempresa. Un punto que si bien no está en el programa de gobierno, fue planteado por la CUT en las negociaciones.

Las palabras de ayer sorprendieron a la propia Bárbara Figueroa, quien en el mismo foro señaló que se levantaba “una sombra de dudas respecto a lo que entendíamos que ya había sido acordado, como la titularidad plena y efectivo o el debate interempresa. Ahora estamos viendo que no tenemos una comprensión común y eso nos preocupa”. Las dudas de la líder sindical se sustentan en que durante los meses de trabajo con el ministerios, el gobierno manifestó su voluntad de estudiar el tema de sindicatos interempresa.

La misma sorpresa manifiesta Juan Moreno, presidente del sindicato interempresa de Líder, quien como consejero nacional de la CUT también tenía la idea de avanzar en el tema. “Si a Bárbara Figueroa le sorprendió, a mi me sorprende el doble. Eso significa que no estamos en la msima sintonía con el ministerio. Para sacar los grupos negociadores, sí o sí hay que regular sobre sidnicatos interempresa, porque muchos de ellos se ven obligados a levantar grupos negociadores”, afirma.

“Nosotros pudimos negociar por el hecho de tener un gran numero de afiliados en el holding Walmart. Firmamos convenios colectivos, pero no firmamos contrato colectivo, que es lo que quisiéramos para tener derecho a huelga. Me sorprenden las palabras de la ministra. Pensábamos que estábamos en la misma línea, y parece que no es tan así. Vamos a esperar qué pasa mañana en el consejo”, agrega Moreno.

Otro de los puntos en discrepancia estaría en la mantención del artículo 384 del Código del Trabajo, que limita el derecho a huelga en ciertas empresas que el Estado considera estratégicas.

Hora de definiciones

Si bien los trabajadores conocerán recién hoy por la mañana el detalle de los alcances de la reforma, ya se vislumbra que la jornada de la tarde será tensa. No es un misterio dentro de Central las discrepancias con la conducción de Figueroa, que ha sido considerada demasiado cercana al gobierno.

Es por eso que en el Consejo Nacional pueden salir definiciones importantes, como que la CUT tenga que plantearse públicamente manifestando las diferencias con el gobierno.

Según relatan desde la CUT, ya están definidos los marcos en que se plantearían frente a las negociaciones y futuras movilizaciones. En ese sentido, si no se cumplen lo mínimo, no descartan pasar a las calles a presionar.

El vicepresidente de la multisindical, Nolberto Díaz, afirma que recién durante la mañana se tendrá una claridad relativa, y que durante la tarde “vamos a tomar posición, sobre qué tan cerca estamos. Es un proyecto del gobierno y tenemos que ver si lo vamos a valorar o no”.

Los trabajadores no desconocen que la reforma laboral ha sido objeto de un profundo lobby empresarial, amparándose en que por la mala situación económica, un cambio en las normas laborales no ayudaría al crecimiento. “Los empresarios han convencido al gobierno de que hay temas que no debían ser abordados como estaban propuestos en un principio”, asegura un consejero de la CUT.

Una situación que no ayuda a las confianzas es el hecho que en la gira que la presidenta Bachelet mantiene en Alemania y España, está siendo acompañada por los presidentes de la CPC y la Sofofa, Andrés Santa Cruz y Hermann von Mühlenbrock, ocasión en la que podrían ejercer influencia directa sobre el tema.

Esto se suma a los trascendidos que hablan de una presión directa desde Hacienda para bajarle el tono a la reforma laboral, con el objeto de evitar un problema con los empresarios, como lo fue con la reforma tributaria.