Tierno: Robot disfrazado ayuda a los biólogos a espiar a los pingüinos de cerca
“La importancia de esta tecnología se extiende más allá de las poblaciones terrestres de aves y mamíferos, dado que los robots podrían adaptarse para utilizarse en entornos acuáticos o aéreos”. plantea, el experto Yvon Le Maho, de la Universidad de Estrasburgo (Francia).
Un grupo de científicos franceses dio vida a curioso y no menos tierno robot disfrazado de pingüino que permite observar de cerca el comportamiento de estas aves en la Antártida.
Tal como informa Portland Press Herald, este invento ha sido un éxito. Y es que ha permitido dejar atrás la imposibilidad de estudiar a los pingüinos imperiales de cerca por ser muy miedosos.
Los pequeños animales han aceptado al robot disfrazado como uno de los suyos y lo tratan como si fuera miembro de su comunidad.
En concreto, un estudio realizado en una colonia de pingüinos rey de la isla de la Posesión (en la Antártida) y en otra de pingüinos emperador de Tierra Adelia (en el continente antártico), mostró que, de manera invariable, los pingüinos prefieren que se les acerque un pequeño robot a que se les acerque una persona. El pulso, que en situaciones de reposo es de 72 latidos por minuto en pingüinos rey, se acelera a 90 cuando la persona se acerca a siete metros; casi a 110 cuando llega a dos metros; y a 116 cuando les toca.
Con pequeños vehículos todoterreno controlados por control remoto, las pulsaciones no se aceleran tanto: llegan a 80, cuando se acerca a dos metros; a 100, a dos metros; y a 109 cuando les toca. Estas alteraciones del pulso inducidas por el robot son similares a las que se registran cuando un pingüino defiende su territorio frente a otros pingüinos.
Además de registrar los latidos del corazón, los investigadores también han observado el comportamiento de pingüinos que estaban incubando un huevo cuando se les acercaba un robot o una persona. Con el robot, los pingüinos rey se limitaron a apartarse ocho centímetros. Con la persona, se apartaron 40 centímetros hasta el punto de invadir el territorio de sus vecinos, lo cual originó disputas y desorganizó varias filas de la colina.
En todos los experimentos, el robot se ha controlado por control remoto desde unos 40 metros de distancia. El robot iba equipado con un receptor de radiofrecuencia capaz de identificar a aquellos pingüinos que llevaban un aparato emisor. El receptor es capaz de identificar hasta tres animales por segundo.
El principal inconveniente con que se han encontrado los investigadores, que estudian la colonia de pingüinos rey desde 1998, ha sido la dificultad de hacer circular el todoterreno por el terreno accidentado donde viven los pingüinos. Además, el poco espacio que queda entre los pingüinos cuando incuban huevos ha dificultado las maniobras del vehículo.
A partir de la experiencia adquirida, los investigadores han perfeccionado el robot una campaña tras otra. Empezaron con un vehículo cuadrado 40 centímetros de lado y 40 kilos en la campaña de 2009-2010 y lo han reducido hasta uno de 22 centímetros de lado y 1,3 kilos. En su versión más sofisticada, lo han equipado con un disfraz de cría de pingüino que no ha disgustado a los pingüinos reales.
“Aproximarse a los pingüinos con un todoterreno puede reducir el impacto”, concluyen en Nature Methods los investigadores dirigidos por Yvon Le Maho, de la Universidad de Estrasburgo (Francia). “La importancia de esta tecnología se extiende más allá de las poblaciones terrestres de aves y mamíferos, dado que los robots podrían adaptarse para utilizarse en entornos acuáticos o aéreos”.