Humala criticó a Greenpeace por falta de respeto al patrimonio peruano
El mandatario mostró el malestar de la nación y dijo estar a la espera de las disculpas correspondientes.
El presidente de Perú, Ollanta Humala, criticó hoy a la organización Greenpeace por haber faltado el respeto al patrimonio cultural con la colocación de un mensaje sobre el cambio climático en las Líneas de Nazca, al sur del país.
“Hemos podido apreciar dos mensajes, uno explícito pero había uno más grande implícito: la falta de respeto a nuestro patrimonio cultural y a las leyes peruanas”, dijo Humala a los periodistas, tras su participación en la reunión de alto nivel de Acción Climática de Lima. El mandatario peruano dijo esperar a que Greenpeace presente sus disculpas antes de tomar una decisión por lo que hizo.
Los integrantes de la organización formaron el lunes pasado con letras de color amarillo recortadas previamente un mensaje para tomar conciencia sobre el cambio climático al costado de la figura del Colibrí, uno de los geoglifos más representativos de las líneas de Nazca, que por su tamaño solo se puede apreciar desde el aire.
El mensaje decía “Time for change! The future is renewable” (¡Tiempo para el cambio! El futuro es renovable) y estaba dirigido a los 10.300 participantes de 195 países que se encuentran reunidos en Lima con motivo de la vigésima cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP20). Según Greenpeace, en la acción intervinieron activistas de Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Chile, España e Italia.
La ministra peruana de Cultura, Diana Alvarez Calderón, anunció que viajará mañana a la zona para hacer una inspección de los daños. Asimismo, la ministra confirmó que las autoridades trabajan en la identificación de los activistas que participaron en la intervención y del arqueólogo peruano que los guió para ingresar en la zona en la madrugada del lunes pasado.
La fiscal Velia Begazo, de la Segunda Fiscalía Provincial de Nazca, abrió una investigación preliminar del caso tras recibir una denuncia presentada por el Ministerio de Cultura peruano. Según la información, Begazo inspeccionó la zona colindante a la figura arqueológica del Colibrí, acompañada por policías y expertos de Cultura, donde “se detectaron daños irreparables, en un área de 1.600 metros cuadrados”.
Ante esto, la investigación preliminar busca determinar la identidad de los activistas de Greenpeace que ingresaron en la zona intangible de Nazca, declarada patrimonio cultural de la humanidad.
Los implicados, que al parecer son doce personas, “habrían incurrido en el delito contra el patrimonio cultural” que contempla penas de hasta 8 años de cárcel.
Tras la ola de críticas que recibió por su ingreso a la zona intangible, Greenpeace emitió un comunicado en el que ofreció disculpas “sin reserva alguna” por su acción, aunque la restringió a “cualquier ofensa moral que se haya causado al pueblo peruano”.
“Lo lamentamos profundamente y somos plenamente conscientes de que nuestro mensaje no ha sido percibido como esperábamos. En lugar de transmitir un pedido de urgencia y esperanza a los líderes reunidos en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas que se lleva a cabo en Lima, nuestro mensaje ha tenido un efecto muy distinto, siendo concebido como irrespetuoso y poco empático”, señaló.
La organización aseguró que se reunió con representantes del Ministerio de Cultura para ofrecer sus “más sinceras disculpas a la autoridad competente” y aseguró que da “la bienvenida a una investigación independiente de las consecuencias” de su actividad.
“Una investigación en la que, por supuesto, vamos a cooperar”, añadió antes de anunciar que el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, llegará esta semana a Lima “para disculparse personalmente por la ofensa causada por la actividad, así como representar a la organización en cualquier discusión con las autoridades peruanas.”
Sin embargo, el viceministro de Cultura de Perú, Luis Castillo, afirmó que las autoridades peruanas han rechazado las disculpas ofrecidas por Greenpeace porque la organización no admite el daño causado al patrimonio histórico y cultural del país.