Miss Tanguita: El concurso que escandaliza a Colombia… 20 años después
Certámenes como el realizado en Barbosa ocurren en diversas municipalidades colombianas.
Es el concurso del que todo el mundo parece estar hablando. Y no es para menos. Se llama “Miss Tanguita” y pone a desfilar a niñas entre los 5 y 11 años en traje de baño, frente a una multitud en la que generalmente no faltan los borrachos.
Imágenes del certamen, celebrado en el municipio colombiano de Barbosa, empezaron a circular el fin de semana y la indignación rápidamente se hizo sentir en las redes sociales.
Pronto medios de comunicación e instituciones del Estado también gritaron “escándalo” y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la Procuraduría y la Fiscalía General de la Nación anunciaron sendas investigaciones y prometieron castigo para los involucrados.
Pero hay un detalle: según la alcaldesa de Barbosa, Rocío Galeano, el concurso viene celebrándose tal cual desde hace más de 20 años. ¿Por qué es entonces sólo hasta hoy que captura la atención y es motivo de investigaciones y escándalo?
Parte de la respuesta puede encontrarse en la normalidad con la que muchas de las personas vinculadas al evento –parte del multitudinario Festival del Río Suárez, donde anualmente también se celebra el más conocido “Miss Tanga”– ven el certamen.
“¿Qué niña no sueña con ser princesa o reina?”, le dijo por ejemplo al diario local El Tiempo la madre de dos niñas que participaron en el concurso de este año.
Y las sorprendidas autoridades locales también defendieron el “Miss Tanguita”, arguyendo que el objetivo del concurso no podía estar más lejos de la supuesta promoción de la explotación sexual de menores de la que están siendo acusadas, pues dicen con el mismo lo que buscan es incentivar el cuidado del cuerpo y vincular a las pequeñas a causas medioambientales.
Razones para preocuparse, sin embargo, hay varias, desde las más generales, por la prematura sexualización de las pequeñas, a las propias de un país donde el abuso y la explotación sexual de menores sigue siendo un problema grave.
Solo que en esta oportunidad la sorpresa e indignación de algunos particulares parece haberse juntado con el poder movilizador de las redes sociales y una agenda noticiosa vacía en un país donde medios y comentaristas andan constantemente a la búsqueda de la indignación de turno.
Y, ciertamente, el desafortunado nombre del concurso –”Miss Tanguita”– también parece haber contribuido a poner en evidencia una práctica que de hecho no es exclusiva de Barbosa: según la directora del ICBF, Ana Cristina Plazas, a raíz del escándalo han recibido denuncias de certámenes similares en otras municipalidades.
El debate sobre los méritos y riesgos de la exhibición pública de menores, además, tampoco es nuevo: ya se dio, por ejemplo, en 2012 cuando el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, decidió prohibir los reinados de belleza en las escuelas del departamento.
Y, en ese entonces, muchas voces también defendieron los concursos con argumentos muy similares a los empleados por las familias y autoridades de Barbosa en estos momentos.