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23 de Enero de 2015

Platas negras: el mecanismo de Délano y Lavín para sacar dinero y no dejar rastro

La revelación fue realizada por los empresarios en sus respectivas declaraciones al fiscal Carlos Gajardo los días 5 y 6 de enero.

Por Redacción
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Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín concurrieron a la Fiscalía el pasdo 5 y 6 de enero, respectivamente, para prestar declaración al fiscal Carlos Gajardo por el denominado caso Penta. En ambas instancias, no solo se refirieron al financiamiento a las campañas políticas y a las boletas emitidas por sus cónyuges, sino que también revelaron el mecanismo que existía dentro de la empresa para sacar dineros sin dejar registros.

Esto es conocido, coloquialmente, como “platas negras” y lo que produce es una rebaja en la base líquida imponible a través de contratos forward que son acuerdos de seguro de moneda, entre dos empresas, apostando al valor futuro de ella: tras comparar el tipo de cambio actual con el proyectado, la diferencia que se obtiene debe ser pagada por la parte que pierde. Esta fórmula es utilizada en mercados extrabursátiles, denominados OTC (over the counter), o mercados no organizados, que cubren los vaivenes del mercado y podrían ser atractivos para inversionistas dispuestos a asumir riesgos a cambio de una probable ganancia.

El mecanismo fue utilizado por Penta con la empresa Siglo Outsourcing, conocida también como Asesorías VSA, propiedad de Roberto Carrasco. En 2013, dicha empresa cerró cuatro contratos forwards con el holding. Estos contratos no se fijaron con la fecha real, como si hubieran ocurrido meses antes, pactando previamente la pérdida para Penta.

Dicha pérdida artificial fue restituida de la siguiente manera: la pérdida artificial asumida por los controladores ante Gajardo, obligaba a Penta a pagarle $350 millones a Siglo Outsourcing, el que finalmente nunca se efectuaba ya que, Carrasco cobraba una comisión y devolvía el dinero al grupo. Así, la empresa rebajó su base líquida imponible ya que el supuesto dinero pagado era contabilizado como gasto. Así, en 2013 contó con una caja de $350 millones (retorno generado de los cuatro contratos) y repartirlos entre bonos para ejecutivos y dinero para políticos.

Según consignó la edición de hoy de Revista Qué Pasa, cercanos a los empresarios decidieron revelar su verdad para despejar dudas respecto a los delitos que ellos habían cometidos y diferenciarlos de los demás imputados. Esta decisión se enmarca en la decisión de Délano y Lavín de colaborar en la investigación. El punto más importante de haber entregado esta información, desconocida hasta el minuto por el fiscal Carlos Gajardo, fue frenar la posibilidad de que se les abriera un nuevo flanco judicial

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