La testosterona te hace un zopenco de 10 maneras distintas (y ellas lo saben)
El hombre fue diseñado hormonalmente para cumplir con tareas que ya están obsoletas. ¿El resultado? Un perfecto imbécil.
La evolución de la humanidad moldeó a los hombres durante millones de años para ser cazadores. El problema es que en los últimos 10 mil años esta tarea está prácticamente obsoleta, pero las hormonas que dan vueltas en los cuerpos masculinos están casi intactas.
“La testosterona permite el desarrollo de un cuerpo atlético y atractivo para ellas; lastimosamente, ese factor que nos hace más fuertes y rápidos, nos hace patéticos a la hora de desenvolvernos con el sexo opuesto”, asegura el antropólogo Tiago Vollmer, quien detalla de una particular manera las 10 formas en que esta hormona deja a los hombres como unos perfectos tontos:
1 – Tomas decisiones precipitadas
Estás en una disco, y quieres acercarte a una chica para hablarle; ¿Cuáles son las probabilidades de “sintonía”? ¡Todo depende de una primera observación! ¿Cuántas veces te ha pasado que la chica con quien primero estableces contacto no es con quien pinchaste al final? Tómate tu tiempo antes de actuar.
2 – No escuchas ni prestas atención
Como he mencionado en otros artículos, la seducción empieza por una dinámica conversacional. Ninguna mujer se interesará en ti si tú no te interesas en lo que dice. Un gran error es cuando le preguntamos cosas ¡que nos acaban de decir!. Si de paso confundes su nombre, Game Over.
3 – Tu sistema está orientado al ataque y no a las reacciones
No sólo te cuesta escuchar, sino que te precipitas por hablar (algo que a los hombres no se nos da bien). Tener unos diálogos “preparados y practicados” no te servirá de absolutamente nada. Invítala a hablar, pero pendiente del segundo punto:
4 – No piensas más allá de una jugada
A menos que tengas mucha experiencia hablándole a chicas, de seguro esos primeros dos o tres minutos se convertirán en un concurso de “20 preguntas”. Tú haces una, ella responde con menos de cinco palabras y ¡Paf! se cortó la comunicación. Trata de formular preguntas que no se puedan responder con monosílabos (sí o no), y en ese caso complementa su respuesta hablando un poco de ti.
5 – Estás pendiente del “premio”
Hagas lo que hagas, no importa lo que pase, apunta tu mirada a sus ojos. Haz como que no existe más nada en el universo, ni siquiera ese escote que el apretado vestido se empeña en exhibir. Eso de que las mujeres muestran “¿un poco?” para que las vean, es un hecho sobrevalorado. Si estás en plan de caza, mantén tus ojos de su boca para arriba.
6 – Ocupas tu parte racional en lo que no debe
Han pasado apenas cinco minutos desde que la conociste (los cuales te parecen años) y empiezan a sonar voces en tu cabeza (tranquilo, no es ninguna condición psiquiátrica) que te hacen mil preguntas. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Pareceré un tonto? ¡Quién me manda a decir esto o aquello! Es díficil, pero sólo relájate y trata de pasarla bien.
7 – Te crea una profunda ansiedad
Éste es el punto más crítico, y es que las voces del punto anterior empiezan a hacer merma en nuestra autoconfianza. Tragas saliva, te sudan las manos y de seguro no recordarás nada de lo que ella dijo en los últimos treinta segundos. Bienvenido al limbo.
8 – Atropella tus acciones
La frase clave es “antes de tiempo”. Tratarás de rodear su cintura antes de tiempo, tratarás de entrar en temas personales antes de tiempo, tratarás de besarla antes de tiempo… ¡Gracias, evolución!
9 – Te hace parecer un imbécil
La testosterona es la principal causante de esa actitud de “Latin Lover” que asumen algunos. ¿Es que no saben que ser natural s mucho más sexy para ellas? ¡Pero cómo vamos a ser “naturales”!, te preguntarás, ¿Acaso no prefieren un “Macho Man”? Ehm… NO.
10 – Ellas lo notan… ¡Enseguida!
en el juego del lenguaje corporal, no puedes ganarle a una mujer. Punto. Ellas simplemente detectan a un “desesperado” a treinta metros de distancia, no hay que ser un científico para saberlo.