Ministra de Salud y proyecto que despenaliza el aborto en tres causales: “Es una decisión de la mujer”
Carmen Castillo señaló que el proyecto presentado por la Presidenta Bachelet es "una política pública de la cual nosotros nos tenemos que hacer cargo y este análisis tiene que ser trabajado".
La ministra de Salud, Carmen Castillo, entregó esta mañana una nómina de las prioridades que impulsará la cartera este año y las polémicas en torno al proyecto de ley para despenalizar la interrupción del embarazo en tres causales: inviabilidad fetal, riesgo de la madre y violación. Sobre este último tema, aseguró que “uno puede tener muchas opiniones sobre el tema, pero yo tengo que representar al ministerio”.
“Muchas veces se habla del aborto como una obligación. Es una decisión de la mujer y eso es algo que hay respetar. No podemos obligar a nadie a hacerse un aborto que no quiere“, afirmó. Luego añadió que “en la prensa han salido muchos casos personales que nosotros respetamos absolutamente. Uno no puede ir en contra de una decisión, pero esa decisión tiene que ser bien informada. Que sepan las personas. Las tres causales tienes que ser conocidas, pero también el respeto a la mujer“.
Con respecto a las menores de 14 años que fueran víctima de violación, aclaró que contarán con la ayuda de un representante legal y que “nadie va a tomar ninguna presión sobre esa niña, especialmente porque hay condiciones legales de por medio”.
“Acá hay un proyecto de ley para todo el país, una política pública de la cual nosotros nos tenemos que hacer cargo y este análisis tiene que ser trabajado. Todos son parte de la sociedad, en el fondo, más que gobierno, es la sociedad la que tiene que tomar la decisión”, indicó.
Sobre la “objeción de conciencia” que va incluido en el proyecto presentado por la Presidenta Michelle Bachelet y la negativa que han presentado diversas entidades hospitalarias de practicar abortos, la secretaria de Estado sostuvo que la ley contempla “la objeción de conciencia individual, hasta ahora. Veremos cómo sigue el trabajo en el debate en el Congreso”, abriéndose a la posibilidad a considerar una objeción de conciencia institucional.
“Habría que discutirlo. Hay que convérsalo con un poco más de altura de miras. Si llega una mujer con problema de vida no podrán decir no, es que yo no puedo intervenir”, puntualizó.