MEO busca reflotar proyecto de referéndum para destituir a parlamentarios
De aprobarse, la medida podría extenderse a otros cargos de elección popular.
Hace seis años, cuando ocupaba un escaño en la Cámara de Diputados, Marco Enríquez-Ominami presentó un proyecto de ley que buscaba el referéndum revocatorio: una instancia que al revés de las elecciones, permite a la ciudadanía revocar su mandato a las autoridades.
Hoy, cuando la opinión pública pide la renuncia de senadores de la UDI como Ena von Baer e Iván Moreira, que habrían recibido financiamiento irregular para sus campañas por parte del grupo Penta, el líder del Partido Progresista (PRO) quiere reflotar la iniciativa, por lo que ha estado realizando una serie de gestiones, con miras a obtener un apoyo transversal.
“A raíz del caso Penta, muchos han planteado que los parlamentarios involucrados deberían renunciar. Pero eso no es posible, porque el mandato de la ciudadanía es irrenunciable. No se puede abandonar un mandato que entregó la ciudadanía. Pero sí pueden ser los mismos ciudadanos quienes quiten ese mandato“, declaró MEO al diario La Tercera.
“Se puede dar el caso de senadores electos para ejercer por ocho años, pero que al segundo año se descubre que cometieron un hecho gravísimo, que no es ético, pero tampoco es delito y por ende quedan sin sanciones. Eso genera un problema político grave, porque hoy para sacar a ese parlamentario hay que esperar hasta la próxima elección. Y eso es necesario cambiarlo”, sostuvo el ex diputado.
¿Cómo funcionaría? Según el proyecto, para que una autoridad sea sometida a un referéndum revocatorio, los ciudadanos deben recolectar un número determinado de firmas ante notario, entregando sus argumentos. Eso sí, el referéndum sólo puede hacerse una única vez durante un mandato. “Esto tiene que estar regulado. No es que se pueda hacer uno todos los días”, detalla el ex candidato presidencial. “Por ejemplo: si un diputado es sometido a este proceso, y los electores votan para que se mantenga en su cargo, no podría enfrentar un referéndum otra vez, al menos hasta que termine su periodo parlamentario. Si luego de eso va a la reelección y gana, entonces comienza un nuevo periodo, y recién ahí podría volver a convocarse otro referéndum, en el caso de que los votantes lo estimen necesario”, subraya.
Para que el resultado sea válido, al menos un 25% del padrón electoral del distrito o circunscripción debe participar en el referéndum, y además, la opción que prevalezca debe obtener la mayoría absoluta -el 50% más uno- de los votos.
“El caso más conocido en Latinoamérica es el referéndum presidencial en Venezuela. Pero este mecanismo existe en muchos otros países y puede extenderse a otras autoridades . Está presente, por ejemplo, en varios estados de EE.UU. y de México. Así que, para los desconfiados, esto no es solamente una idea de la izquierda a la que le gustan las fiestas electorales. Es un procedimiento completamente válido”, destaca Enríquez-Ominami.
El timonel del PRO cuenta con el apoyo del independiente Vlado Mirosevic, para quien “este proyecto durmió bastante tiempo en el Congreso, y hoy, tanto la Alianza como la Nueva Mayoría, pueden evitar legislar sobre estos temas”.