Bajo el promedio de la OCDE: Chile pierde un tercio del agua potable debido a filtraciones
La situación es compleja sobre todo si se considera el momento de escasez hídrica que está enfrentado el país.
En la actualidad el agua es una de las mayores preocupaciones mundiales debido a la gran cantidad de este líquido que consume y porque el cambio climático y el aumento de temperaturas están derritiendo las grandes reservas de agua dulce.
Cada año en Chile se pierde un tercio del agua potable que abastece a las ciudades del país, esto ocurre por llaves mal cerradas, grifos abiertos, cañerías rotas o tuberías en mal estado debido a la corrosión o a la falta de mantenimiento.
La situación es compleja, sobre todo si se considera la escasez hídrica a la que está enfrentado el país en gran parte del territorio.
Según entendidos en la materia, en general se considera eficiente el agua no facturara, ya sea debido a pérdidas en las etapas de producción y distribución, cuando estas mermas no sobrepasan el 20% del total. Según el informe de gestión sanitaria de la superintendencia del ramo, ese indicador llegó al 33,7% en 2013, último registro que se posee.
“Pese a que en relación con América Latina el porcentaje es razonable, si nos comparamos con los países de la OCDE estamos por sobre el promedio”, reconoce el presidente de la Asociación de Empresas Sanitarias, Guillermo Pickering, según consigna El Mercurio. En la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos la pérdida de agua fluctúa entre 22% y 25%.
Si bien Pickering asegura que disminuir este porcentaje es una meta que le corresponde principalmente a las empresas del sector, también recuerda que la insdrutria sanitaria sólo es responsable del 5% del total de agua que usa el país. “El esfuerzo deben hacerlo todos los sectores, especialmente los que más consumen”, añadió.
El sector que más consume agua es la agricultura con un 77%, la minería 6% y la industria en general 12%. Esto es preocupante sobre todo si se considera la sequía que afecta al país. Es por eso que el Gobierno está desarrollando un plan para mejorar la distribución de este vital líquido en la agricultura y está promoviendo las plantas desalinizadoras en la minería.
Según detalla el mismo informe, el 74% de esa agua que se derrocha corresponde a cañerías rotas o fisuras que producen pequeñas filtraciones difíciles de percibir. Esto ocurre por instalaciones deficientes, mala calidad de los materiales, variaciones de presión o fatiga de materia.
El saldo también ocurre por consumos ilegales, lecturas de los medidores menores a las reales o consumidos no medidos por incendios o aperturas de grifos. Ante el escenario que enfrenta el país, la fiscalización no es la óptima, afirman en el sector.
Otro punto que preocupa, es que tampoco se estaría controlando efectivamente las descargas ilegales de aguas servidas y se cuestiona que en los parques se riegue con agua potable y con agua de riego. Para Pickering, el manejo de los recursos hídricos es un tema que requiere cambios profundos: “Esto no se puede gestionar desde el último piso de los ministerios en el centro de Santiago; debe hacerse cuenca por cuenca”.