El insólito rol de dos dirigentes UDI en negocio de Caval: recibirían 50% de la ganancia
Los detalles del caso que Natalia Compagnon no reveló en su entrevista del pasado viernes.
Durante nueve horas declaró el jueves pasado ante el fiscal regional de O’Higgins, Luis Toledo, y el fiscal jefe de Rancagua, Sergio Moya, la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, Natalia Compagnon. Ambos investigan posibles delitos de revelación de secreto, negociación incompatible, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias en la compra de los terrenos de Machalí por parte de la empresa Caval, donde la esposa de Sebastián Dávalos es socia junto a Mauricio Valero.
Pese a que el día viernes Compagnon otorgó una extensa entrevista al vespertino La Segunda, donde pidió disculpas, no entregó mayores detalles acerca del polémico negocio inmobiliario que puso a su empresa en el ojo del huracán.
Pero lo que no quiso profundizar ante la prensa, sí lo detalló con el fiscal Toledo, tal como publica hoy La Tercera. Cómo se originó la compra de terrenos; las reuniones que tuvieron lugar antes, durante y después; y sobre todo, el papel que jugaron los dirigentes de la UDI Patricio Cordero y Juan Díaz.
Mientras Cordero fue administrador municipal de Joaquín Lavín en Santiago y Las Condes, Díaz fue contactado en medio del caso Spiniak por Pablo Longueira, para desacreditar el testimonio sobre el senador Jovino Novoa de Gema Bueno.
“A Juan Díaz, quien es conocido como ‘El Gatito’, lo conocí en septiembre de 2013 en medio de las negociaciones, y de él tenía muy poca información, me comunicaba habitualmente con él y dejé de hablar con él hace un par de semanas. Respecto de Patricio Cordero lo conocí la última semana de febrero de este año porque pedí conocerlo ya que él era parte del negocio de Machalí. Sabía que Cordero existía, que había sido el generalísimo de Joaquín Lavín, pero no lo conocía”.
Según lo declarado por Compagnon, ambos operadores recibirían la mitad de las ganancias del negocio en Machalí. Operación que, una vez pagados los créditos y deudas asociadas, dejaría una ganancia de $ 1.400 millones, cifra de la cual la dupla Cordero-Díaz se llevaba la mitad, mientras que ella y Valero quedaban con el resto: 350 millones de pesos cada uno.
“Cuando ellos traen el negocio proponen un acuerdo que era: 50% de las utilidades del negocio para Patricio y Juan; el otro 50% para Caval. Ese acuerdo lo realizó Mauricio y yo no participé. Lo acepté aunque me pareció injusto, porque nosotros pusimos la cara y nuestro patrimonio y ellos sólo cooperaron en traer el negocio. Desconozco si hay un contrato escrito de este acuerdo. Sé que a Juan Díaz se le pasaron dos cheques de Caval como garantía por aproximadamente $ 800 millones, a fines de febrero o primeros días de marzo, los cuales están a su nombre y fueron firmados por Mauricio, pero yo señalé que yo no los entregaría porque no teníamos fondos”.
Irónicamente, la nuera de la Presidenta no se enteró “por la prensa” del escándalo que se desató en febrero: ante la fiscalía señaló que una semana antes de la publicación de la revista Qué Pasa ella ya sabía que la operación se haría pública.”Ahora, puedo pensar que se nos ofreció un excelente negocio, pero además que se pudo haber empleado para hacernos daño a mí y a mi familia“, dijo ante el fiscal.
Compagnon explicó también cómo queda su situación económica personal tras el cuestionado negocio. “Existen dos mil millones en dinero, $ 500 millones en propiedades, en deudas tenemos casi $ 400 millones en el Banco Santander, al Banco de Chile le debemos como $ 48 millones, hay un par de créditos personales de Mauricio y mío que deben sumar otros $ 100 millones más y otros compromisos con gente que nos prestó plata que son como $ 300 millones más de amigos y familiares de ambos. Hay que pagarle a los abogados del negocio con Andrés Levine, Silva y Mario Barrientos, que son $ 300 millones, lo que sumaría un total de $ 1.100 millones de costos o deudas, por lo que quedarían $ 1.400 millones a distribuir con Juan Díaz y Patricio Cordero, por lo que nosotros nos quedaríamos con $ 700 millones, de los cuales la mitad sería para mí: $ 350 millones”.
La reunión con Andrónico Luksic y el papel de Michelle Bachelet y Sebastián Dávalos
Compagnon afirma que la presidenta Michelle Bachelet no tuvo ningún conocimiento del negocio de Machalí. Sobre la presencia de su esposo en la cita con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, indica que asistió a solicitud de ella, puesto que su acompañante original, Mauricio Valero, desistió a último momento.
“Respecto del Banco de Chile y la obtención del financiamiento lo que sé es que el tema se había estancado entre los ejecutivos y que nos estaba corriendo el plazo para la compra al síndico. Comencé a conversar con Mauricio qué podíamos hacer y nace la posibilidad de conseguir reuniones con ejecutivos del banco. Nunca me enteré que el otro grupo, Bustos y Arrepol, estaban gestionando la reunión. A mí la reunión me la confirmó Mauricio Valero a través de un mail que entrego en este acto.(…) La noche del 5 de noviembre de 2013 le comenté a mi esposo Sebastián Dávalos que iría sola y que él me podía acompañar y yo le dije que no era necesario, pero igual me acompañó. Se lo comenté a Mauricio”, reza el testimonio ante la Fiscalía.
“Al otro día, la reunión (con Luksic) duró unos 45 minutos (…) Le expliqué que estaba la carpeta de mi empresa con un proyecto que era interesante y que estaba entrampado y le dije que yo era la cara de Caval junto a mi socio Mauricio Valero. Me dijo que por política del banco podían financiar un 80% del crédito si se cumplen las exigencias y que si no se cumplen no se podía hacer nada”, continúa.
“Un mes después de la reunión, en diciembre de 2013, don Andrónico me invitó a su domicilio particular a un desayuno, donde se preguntó por el avance del crédito que habíamos solicitado incluso dándome muchos consejos comerciales de los cuales estoy agradecida. Por ejemplo, que tuviera cuidado con la gente que trabajaba conmigo, que si podía vender, vendiera y otros. De esa reunión y de otras posteriores en el banco o en Quiñenco, las que eran coordinadas por sus secretarias, jamás contraté con él la prestación de servicios de Caval o profesionales de mi parte, sino que sólo eran conversaciones en las que él me asesoraba, dándose el tiempo para ello”
“Nunca supe que se empleara el nombre de mi suegra la Presidenta Michelle Bachelet para alguna gestión del negocio en el Banco de Chile o en cualquier otra parte, menos aún autorice algo así. De hecho le dije a Andrés Levine que tenía claro que habían ensuciado mi nombre y el de familiares míos”, asegura la empresaria.
“Mi esposo Sebastián Dávalos no intervino ni nunca supo del detalle del proyecto de los terrenos. Sí trabajó para Caval en algunos proyectos como en tecnología con Advantec, me ayudó a ver una fundación de hipoterapia. El trabajaba como jefe de proyectos hasta el mes de diciembre del 2013 o enero del 2014, en todo caso previamente a su cargo como Director Sociocultural del Palacio de La Moneda”.
¿Qué hizo Dávalos en la reunión con Luksic? “Mi esposo no habló, sólo saludó y se dedicó a mirar la oficina y a escuchar”.