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3 de Junio de 2015

Final feliz: encuentran una nueva especie de marsupial que muere luego de 14 horas de sexo

"La misión suicida anual masculina reduce a la mitad cada población antequinos", asegura el líder de la investigación.

Por Redacción
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La familia de los pequeños marsupiales en que los machos mueren luego de 14 horas de sexo frenético cuenta con una nueva especie conocida: el Antechinus vandycki.

Este nuevo ejemplar fue encontrado por un investigador de la Universidad de Tecnología de Queensland en Australia, en los bosques húmedos del sudeste de Tasmania.

El equipo liderado por Andrew Baker ya ha descubierto cinco nuevas especies y subespecies de antequino bruno en los últimos tres años, un aumento del 50% en la diversidad dentro de este género de mamíferos. Los resultados de esta investigación fueron publicados en Memoirs of the Queensland Museum – Nature, Volume 59.

¿Pero qué es lo que lleva a estos animales a fallecer luego de tener horas y horas de sexo? La respuesta está en la cantidad de testosterona y el agotamiento.

En los casos conocidos hasta el momento, los machos anteoquinos completan episodios de hasta 14 horas seguidas de relaciones sexuales con diversas parejas que terminan en la muerte del macho.

Algunos estudios señalaban que los machos de antequino morían extenuados, pero el profesor Baker detalla que la elevada carga de testosterona de los machos en las semanas de actividad sexual provoca una alteración del sistema inmunológico que termina produciendo la muerte.

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“La misión suicida anual masculina reduce a la mitad cada población antequinos, lo que significa que las hembras deben conseguir por sí solas los alimentos suficientes para llevar adelante la siguiente generación”, detalla el líder de la investigación.

Los autores del informe señalan que estas tres nuevas especies deben ser incluídas en la lista de animales que se encuentran en peligro de extinción, debido a la presión de los depredadores como el jabalí, el que fue introducido en la zona por los humanos. Además de la pérdida de hábitats y el cambio climático.

“Estas especies ya se han retirado a sus cumbres de las montañas brumosas y el calentamiento climático en curso les puede dejar sin ninguna posibilidad de escape”, explica el profesor Baker.

Los depredadores y el cambio climático se suman a la vulnerabilidad natural de los antequinos, ya que los estudios revelan que la actividad sexual desenfrenada durante un único periodo anual de entre dos y tres semanas lleva a que los machos intenten conseguir copular con el mayor número de hembras posibles a las que luego dejan solas a cargo de la crianza.

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