"Golpe en la mesa" de la Presidenta a la Nueva Mayoría tiene fecha: cónclave oficialista será el 3 de agosto
Dirigentes de la DC, del PPD y del PC han cuestionado la existencia del conglomerado, y condicionan su pertenencia al cumplimiento de diversas reformas comprometidas en campaña.
Las voces disidentes dentro de la Nueva Mayoría, las que critican tanto las reformas incompletas y ponen en condicional su permanencia en el conglomerado, ya tienen fecha para enfrentarse y discutir directamente con el gabinete pleno la forma en la que la actual administración de Bachelet pretende enfrentar lo que le resta de gobierno.
El próximo 3 de agosto, en el palacio presidencial de Cerro Castillo en Viña del Mar, tendrá lugar el tan esperado como postergado cónclave oficialista.
La fecha se ha cambiado en diversas ocasiones. Los partidos argumentaban que era porque necesitaban discutir internamente las demandas que priorizarían, en este nuevo ánimo instalado desde el gobierno, haciendo frente a los magros resultados económicos, que terminaron por adelgazar el presupuesto considerado para llevar adelante el programa de la actual administración de la Presidenta Michelle Bachelet.
El vocero Marcelo Díaz, en tanto, apuntó en su momento que la instancia terminó por aplazarse para que el Ejecutivo pudiese llegar a consensos con los partidos del conglomerado antes de este encuentro.
Las informaciones hasta ahora indican que no será fácil.
Las huestes del oficialismo están más que revueltas ante los compromisos asumidos. El Partido Comunista fue el último en hacer patente su molestia y anunciar su duda ante la idea de pertenecer a la Nueva Mayoría a causa de los cambios que habrían de sufrir reformas como la laboral y la educacional. Esta última, en el aspecto de la gratuidad en la educación superior, ya ha ido “matizándose” sincerando que este beneficio alcanzaría no un 70 sino un 60% de los estudiantes, y que además excluye a los alumnos de planteles privados.
La advertencia del Partido Comunista fue dada con la metáfora de “salir a la calle”, que tanto se le a criticado por parte de la Democracia Cristiana, desde donde diversos dirigentes han manifestado la “incongruencia” de participar en las reformas, mientras están marchando. El partido dirigido por Guillermo Teillier indicó que esperará a los resultados de este mismo cónclave para evaluar “si la Nueva Mayoría puede continuar o no hacia adelante”.
Entre el DC y el PC discrepan sobre cómo enfrentar particularmente la reforma laboral, pero diversas personalidades de la falange, según La Tercera, comparten que “la Nueva Mayoría ‘dura lo que dura’ porque es un acuerdo político y programático”.
Una de las primeras colectividades en sumarse a este ánimo fue el PPD, de la mano de uno de los últimos defensores a ultranza del programa, su timonel Jaime Quintana. Hace una semana justa, desde el comité político de esta colectividad presentaron una carta a los ministros de la Secretaría General de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, y el de Hacienda, Rodrigo Valdés, donde -junto con reafirmar la intención de cumplir el programa- manifestaban que cualquier merma en las promesas de campaña “sería un duro golpe que podría afectar no solo en nuestra relación con el mundo progresista que representamos, sino también la proyección de la Nueva Mayoría”.
En dos semanas más se podrá ver si los constantes aplazamientos al cónclave oficialista lograron morigerar posturas, o si la “renuncia” se volverá sinónimo de “realismo”.