Nueva Mayoría en máxima tensión: DC se cuadra tras Burgos y PS advierte que “el que se quiera salir del bote se hundirá”

La explicación oficial era perfectamente razonable. A causa del desastre generado en el norte del país, el ministro de Interior Jorge Burgos debió ausentarse del usual comité político de los lunes, en el que se reunieron los presidentes de los partidos con los ministros Rodrigo Valdés (Hacienda), Nicolás Eyzaguirre (Secretaría General de la Presidencia) y Marcelo Díaz (vocero de gobierno).

Sin embargo, la explicación que plantea su partido, la Democracia Cristiana, colectividad que oficialmente aboga por el gradualismo de las reformas de la actual administración de Michelle Bachelet, es que Burgos estaría molesto. Si bien el gobierno ha intentado instalar los conceptos de “jerarquización” y “priorización” en el programa, es la misma mandataria la que, primero en el cónclave con toda la Nueva Mayoría, y luego a través de entrevistas, como la concedida este fin de semana a La Tercera, se desdice y se aferra al cumplimiento de las promesas de campaña en su totalidad. Incluso, la Presidenta no habría estado del todo convencida del eslogan “realismo sin renuncia”, lo que explicaría el cambio de énfasis en sus intervenciones.

Incluso en ese momento, refiriéndose al ajuste ministerial y a la llegada de los ministros Burgos y Valdés al gabinete, detalló que “si la lectura hubiera sido que los nuevos ministros llegaron para cambiar el rumbo que la Presidenta defina, hubiera sido una lectura equivocada”.

Estos dichos generaron, a lo menos, “confusión”, en palabras del presidente de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro.

La línea oficial del partido plantea que efectivamente existe una señal importante al haber incluído a los mencionados ministros, en cambio de quienes fueron el hombre fuerte del primer tiempo de este gobierno, Rodrigo Peñailillo (Interior), y el principal defensor del programa, Alberto Arenas (Hacienda). Y enfrentando los dichos de la mandataria sobre el cambio de gabinete, Pizarro, con un dejo de ironía, planteó que “me equivoqué entonces, porque pensé (que Burgos y Valdés) llegaron a cambiar el rumbo a un gobierno que estaba funcionando mal, si no, (la Presidenta) no habría hecho el cambio político que hizo”. Y luego precisó que las señales de la mandataria generaban “confusión, obvio, porque si ella hace un cambio de equipo político profundo como el que hizo, es por algo, no creo que haya sido porque las cosas están fantásticas. Lo hizo porque las cosas no estaban bien, tenemos un momento sensible en el área política, en el área económica y en el área social”.

El malestar de la Democracia Cristiana es evidente. Hace poco más de un mes, dirigentes del partido, como Gutenberg Martínez, insistían en que la Nueva Mayoría “ha perdido la mayoría” y se insiste en que el colectivo oficialista tiene fecha de vencimiento.

La tensión está al límite. Incluso, la presidenta del Partido Socialista, Isabel Allende, envió una advertencia a quienes pongan en duda la permanencia a la Nueva Mayoría: “Todos los presidentes nos comprometimos a que íbamos a estar detrás de este programa y que además de eso éramos un solo equipo. Estamos todos en el mismo bote, y el que quiere salirse del bote se hundirá”.

Desde la semana pasada que existía un grado de incertidumbre, por mucho que se planteara que el “realismo sin renuncia” había sido aclarado en el cónclave. En este sentido fue que se fijó una reunión, un mini cónclave de la DC anoche, cuyo objetivo era analizar la situación política y “poner paños fríos a la situación”, según plantea El Mercurio. Incluso se citaron a ministros de la colectividad para enviar una señal de respaldo al titular de Interior, el que se hizo presente cerca de las 20:30.

Todavía quedan cerca de 30 meses de gobierno y como ayer no se pudo concretar un comité político con el ministro Burgos presente, la Nueva Mayoría exigió celebrar un nuevo comité extraordinario, el cual empezó pasadas las 8:30 de esta mañana. Poco antes, el presidente de la DC, Jorge Pizarro, precisaba a Radio Sonar que “vamos a estar lealmente con el Gobierno hasta el final”. Con ese ánimo empieza este comité extraordinario que, sin exagerar, podría dar la pauta de cómo se llevarán adelante las relaciones al interior de la coalición de aquí hasta cuando termine ésta, sea pronto o en mucho tiempo más.