Corte Suprema ratifica libertad condicional a homicida de Caso Degollados
Alejandro Saez es ex carabinero de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (Dicomcar), quien cumplía 22 años de presidio perpétuo como uno de los responsables de los asesinatos de José Manuel Parada, Santiago Nattino y Manuel Guerrero, los que ocurrieron a fines de la Dictadura.
El máximo tribunal del país ratificó lo resuelto por la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, la que concedió el beneficio de la libertad condicional a Miguel Muñoz Uribe y Alejandro Saez Mardones, este último condenado a presidio perpetuo por el caso Degollados.
El fallo fue de carácter dividido, y la sala estuvo integrada por los ministros Pedro Pierry, Rosa Egnem, María Eugenia Sandoval y los abogados integrantes Rodrigo Correa y Arturo Prado. Fue finalmente el 10 de julio que el tribunal de alzada acogió un recurso de protección a favor de los reos.
Una de las partes de la resolución establece que la Comisión de Libertad Condicional de la Corte de Apelaciones de Santiago actuó de manera “ilegal y arbitraria” al no conceder el beneficio a los internos, pese a que estos cumplirían con los requisitos para acceder a la prerrogativa.
El voto de minoría fue de la ministra Rosa Egnem, la que tomó en consideración el informe sicológico de Alejandro Sáez, el que daría cuenta que éste no tiene noción del daño causado por este crimen contra los Derechos Humanos.
Quien rechazó el beneficio en su primer momento, Romy Rutherford, manifestó en su momento que su negativa consideraba los exámenes sicológicos de Gendarmería de Chile que indicaban que el imputado “no ha adquirido una adecuada conciencia del delito cometido, del daño y el mal causado”.
Alejandro Saez es ex carabinero de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (Dicomcar), quien cumplía 22 años de presidio perpetuo como uno de los responsables de los asesinatos de José Manuel Parada, Santiago Nattino y Manuel Guerrero, los que ocurrieron a fines de la Dictadura.
Los cuerpos de los fallecidos fueron encontrados degollados y con signos de tortura, el 20 de marzo de 1985, camino a Quilicura.
La Dicomcar abordó a Nattino el 28 de marzo,, en la esquina de las calles Apoquindo con Badajoz, en tanto que Guerrero y Parada fueron secuestrados al día siguiente desde las puertas del Colegio Latinoamericano, en avenida Los Leones.
