¿Tío, me compra? Proyecto de ley propone multas de hasta 440 mil pesos a quienes compren alcohol a menores
La iniciativa también elimina el inciso de la ley que autoriza a los padres a tomarse un trago con sus hijos menores de edad en restaurantes. Esto en un contexto cultural alarmante: Chile es el país de América Latina donde se consume más alcohol y el cuarto país OCDE con mayor consumo adolescente.
¿A quién no le ha pasado de joven? O a lo menos, ¿quién no ha sido testigo de la escena? Un grupo de adolescentes que ni pintándose bigotes con corcho quemado parecerían mayores de 18 años, intentan lograr una proeza que consagrará el triunfo de su noche: comprar alcohol en la botillería.
Ya probaron todas las alternativas. El más alto y con voz más grave intentó pasar piola, pero el vendedor lo descubrió casi sin esfuerzo. Intentaron mostrar un carnet de un hermano mayor que está vencido hace media década, pero el RUT es improbable para su apariencia. Recortaron números de guías telefónicas para alterar su año de nacimiento, pero este les quedó pegado chueco. ¿Qué hacer si los invitados llegarán en minutos y no hay alcohol para la fiesta?
Siempre queda el último recurso: aprovecharse de la “bondad de tío” mayor de edad que está en la fila y pedirle que les compre una promo. “Incluso puede quedarse el vuelto”, habrán dicho algunos jóvenes desesperados. Más de alguno de los adultos accede y les compra. Misión cumplida para los adolescentes que pueden llegar a sus casas o al carrete con la promo en sus manos. Aunque el problema de fondo es más grave.
Chile es el cuarto país OCDE con mayor consumo de alcohol en menores de edad. Y el país que abusa más del alcohol en toda América Latina, según la OMS. Por eso esta semana, el diputado PPD Daniel Farcas presentó una moción que modifica la “Ley sobre expendio y consumo de bebidas alcohólicas”, para sancionar fuertemente al tío que facilite alcohol a los adolescentes.
“Aquella persona mayor de edad que sea sorprendido comprando o adquiriendo bebidas alcohólicas por encargo o mandato de uno o varios menores de edad, será sancionado con multa de tres a diez unidades tributarias mensuales”, dice el proyecto. Es decir, la supuesta “buena onda” podría costarle al tío entre 132 y 440 mil pesos.
El proyecto argumenta que este consumo es a todas luces excesivo, pero a su vez es culturalmente aceptado y replicado por los adolescentes. Por tanto, se argumenta que con este tipo de medidas se ayuda a “la prevención, evitando el fácil acceso al alcohol que existe hoy día entre nuestros jóvenes”.
También se propone eliminar el fragmento de la actual ley que permite “el obsequio o el suministro de bebidas alcohólicas a menores cuando éstos concurran a almorzar o a comer, acompañados de sus padres”, y subir las multas a las botillerías que vendan alcohol a menores de 18 años.
La iniciativa está recién ingresada a la Comisión de Salud de la Cámara. Por tanto, los adolescentes podrán seguir bolseando al tío durante un tiempo. Independiente de si se aprueba este proyecto de ley, el cambio cultural asociado a esta requerirá un largo plazo.