Gobierno estudia construir y arrendar viviendas estatales
Lo que plantea la actual administración es generar un grupo de residencias en zonas “bien localizadas” y de esta forma aumentar la cantidad de subsidios de arriendos aplicados.
¿Te ha sido difícil conseguir arriendo? ¿Los lugares que puedes costear se encuentran muy lejos del trabajo o de donde estudian tus hijos?.
Uno de los males endémicos de Santiago es un fenómeno llamado “gentrificación”, donde la capacidad adquisitiva termina determinando el lugar en el cual puedes establecer tu vivienda, desplazando a distintos lados poblaciones con distinta capacidad financiera. A menor sueldo, más lejos de sectores céntricos, cuyos valores se estaban elevando fuertemente, precios que recién empezaron a estancarse.
En esa línea, para equiparar mejor o de forma más equitativa los lugares en la capital y la gente que vive en ellos, el Gobierno está considerando la construcción de viviendas estatales para luego entregarlas en arriendo. Esto ocurre tras dos años de que la administración de Sebastián Piñera creara el subsidio de arriendo.
Un informe que obtuvo El Mercurio, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, indica que este tipo de subsidio muestra tasas de aplicación relativamente bajas, más bien parecidos a los programas que están destinados a adquirir una propiedad (el anhelo de la “casa propia”).
En cifras: de los 5 mil 58 subsidios lanzados a inicios del 2014, 2 mil 745 de estos (un 54%) no han podido ejecutarse. Y en el segundo llamado de este beneficio, de los 2 mil 36 que se lanzaron, 65% o mil 317 todavía no se convierten en arriendo. La situación se torna particularmente complicada en ciudades donde el bien inmobiliario tiene un valor significativamente más alto, como en los sectores del norte próximo a los yacimientos mineros.
Uno de los planteamientos que valora el especialista en Vivienda del Centro de Estudios Públicos (CEP), Slaven Razmilic, es que se aliviaría la carga financiera de las familias jóvenes, ya que los grupos familiares que acceden a este subsidio tienen un ingreso promedio de 310 mil pesos, “lo que las ubica entre el 30% y el 25% más pobre. Considerando que el arriendo pagado es, en promedio, el 40% de los ingresos, el subsidio está alivianando significativamente el presupuesto de las familias que lo necesitan”.
Asimismo, en la línea de mejorar los cambios respecto del subsidio mismo, la edad máxima de los postulantes se elevará de los 30 a los 35 años. Además, el subsidio aumentará desde un tope máximo de 3 UF (75 mil pesos) a 6 UF (150 mil pesos) y el valor máximo de la vivienda a arrendar alcanzará 190 mil pesos.
En esta misma línea también se busca entregar apoyos a las familias de los inmigrantes, ya que se considerará la presentación del carnet de identidad a los extranjeros, versus como ocurría antes, donde se exigía un certificado definitivo de residencia.
La inspiración del plan de construir viviendas vendría de países como Suecia, según el jefe de la División de Política Habitacional del Ministerio de Vivienda, José Luis Sepúlveda, ya que allá se construyen conjuntos de vivienda estatal, localizadas dentro de la ciudad, para destinar unidades habitacionales de arriendo. “Esto permite al Estado tener un parque de viviendas fiscales”, indicó. Uno de los modelos que también se considera es que se fomente a las constructoras que generen conjuntos de viviendas, que se puedan destinar a este arriendo, que podría establecerse como modelo de negocios, para lo que contarían con el apoyo del estado, vía subsidio.
Uno de los que se manifestó en contra de esta medida es el diputado de la UDI, José Antonio Kast, quien criticó que siquiera se planteara esta opción, ya que “la gente espera luchar por ‘la casa propia’, no que le presten la casa por un tiempo”.