FOTO| Inédito hallazgo de un gato andino y su cría en el altiplano
Por primera vez y tras más de 20 años, se avista uno de los felinos menos conocidos y más amenazados del mundo en el sector de la Reserva Nacional Los Flamencos, en San Pedro de Atacama.
“Llevamos 20 años recorriendo estos lugares y nunca lo habíamos avistado”, enfatiza el guardaparque de la Reserva Nacional Los Flamencos (comuna de San Pedro de Atacama) Fernando Aravena al preguntarle por el hallazgo de esta especie endémica y en vías de extinción.
No importa cómo lo llamen, si Chinchay (quechua), Titi (aymara), o como lo apodan los lugareños, gato montés andino, este animal es considerado como el felino con el mayor grado de amenaza en América. Las comunidades del norte de Chile solían cazarlo debido a una superstición. Según se decía, atraían buena suerte a la siembra y cosecha. La cacería discriminada de la chinchilla fue otra causa de la disminución de su población; era la base de su dieta. En tanto, la pérdida y degradación de su hábitat, por la desecación de bofedales por parte de explotaciones mineras, también se incluye entre sus amenazas más fuertes.
Tras la pista del gato andino
La instalación de cinco cámaras trampas y un atractor olfativo, producto del convenio de cooperación técnica para el monitoreo de largo plazo de esta especie entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la Alianza Gato Andino (AGA), permitió a los guardaparques de la Reserva Nacional Los Flamencos tener un registro fotográfico inédito de un gato andino y su cría.
Fernando Aravena y María Alejandra Saavedra son los que han estado tras la pista del gato andino en un territorio tan amplio. Según explican, detectar a este felino es muy complejo. Vive en zonas rocosas y a una altura de 3.000 y 4.800 metros sobre el nivel del mar, tiene un tamaño pequeño (4 kilos) y su colorido se mimetiza con el ambiente, además caza de noche y suele esconderse entre las rocas.
“Hasta este momento no teníamos registro del felino en esta área, es por eso que haber encontrado a la cría y su madre entrega mucha información para los estudios sobre él, pero no sabemos si existen otras poblaciones cercanas al lugar donde los avistamos, porque estos animales carnívoros ocupan grandes extensiones de terreno buscando alimento y tampoco suelen quedarse ni reproducirse en un sólo lugar“, explicó la guardaparque María Alejandra Saavedra.