Presidente de BancoEstado deja su cargo tras polémica por pago de $58 mil millones en bonos al sindicato
Guillermo Larraín alcanzó a durar tres meses en el cargo, después de que su antecesor, Rodrigo Valdés, pasara a ser ministro de Hacienda. Precisamente con él habría surgido fuertes discrepancias en la entrega de este bono de fin de conflicto, en el contexto en el cual el gobierno busca dar señales de austeridad.
“Es un momento en que la palabra priorizar suena más fácil de entender”, indicaba hace cinco días el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, respecto de la reasignación de recursos que tendrá que organizar para hacer frente al terremoto y posterior tsunami que afectaron la zona centro-norte del país, con particular fuerza en la IV región. Hace meses que se advertía sobre el duro escenario económico que enfrenta nuestro país, sumado a la desaceleración internacional y el bajo precio del cobre, entre otros factores.
El mensaje apuntaba a la austeridad. A tal punto que el lunes, poco después de mediodía, se anunció que se congelarían los sueldos de altas autoridades, incluyendo parlamentarios, ministros y subsecretarios.
Por lo tanto, la entrega de un bono de término de conflicto de cerca de 6 millones por trabajador sindicalizado de BancoEstado, que se traduce en un desembolso de más o menos 58 mil millones de pesos, debe haber sido un balde de agua fría para quien llegara al gobierno directamente desde la presidencia de la entidad.
Éste habría sido el motivo para que Guillermo Larraín, tras tan sólo tres meses en el cargo, presentara ayer su renuncia al mando del banco, que en el contexto de la negociación colectiva deberá desembolsar 83 millones de dólares, casi el 90% de sus utilidades del primer semestre de este año.
Es el gobierno el que designa a las autoridades máximas de la institución, y de acuerdo a Pulso, la conversación que ayer sostuvo Larraín con Valdés fue en duros términos, tras lo cual el titular de Hacienda habría optado definitivamente por remover de su cargo al presidente de Banco Estado.
El acuerdo se habría adoptado el 2 de septiembre, pero se afirma que estos términos a los que llegó la negociación colectiva con el sindicato de BancoEstado –conocido como una poderosa unión de trabajadores, con un 97% de adhesión de casi 7 mil funcionarios– deja un precedente complejo para el resto de las negociaciones con el sector público. Es más: pronto se vienen discusiones con los trabajadores de Codelco.
También se reporta que una de las razones por las que se llegó a esos términos es que si no se terminaba en acuerdo, sería la primera huelga de los trabajadores de esa institución desde el regreso a la democracia. Esto tendría efectos para la cadena de pagos, así como también representaría un problema para los usuarios, por ejemplo, de la cuenta Rut, uno de los productos financieros más masivos en Chile.
En pocas palabras, Larraín habría estado entre una espada y una pistola.
El reemplazante del economista, quien se mantendrá en el cargo hasta finales de septiembre, será el ex ministro Jorge Rodríguez Grossi, el que asumiría el 1 de octubre.
Este miércoles, el ministro de Hacienda explicó que parte de los motivos de la sorpresiva salida de Larraín del cargo tuvieron que ver precisamente con esta negociación colectiva: ““La decisión de él -enfatizó- de renunciar fue conversada conmigo en varios días previos y se basa en parte en lo que pasó con la negociación colectiva, que fue más allá del marco presupuestario que habíamos acordado”.