Presidentes de partidos de la NM reconocen que no se cumplirán todas las reformas en este gobierno
El foco de lo planteado por los dirigentes del conglomerado oficialista es que el resto de las promesas de campaña debieran ser cumplidas en una próxima administración.
Hace unos meses la Presidenta Michelle Bachelet debía realizar diversas reuniones con los dirigentes de la Nueva Mayoría, para desactivar el malestar que se hacía patente desde un documento presentado por el PPD, en julio, que ponía en duda la continuidad del conglomerado oficialista por distintas visiones de las reformas.
El escrito presentado por el presidente de esa colectividad, Jaime Quintana, afirmaba que “alterar lo comprometido sería un duro golpe que podría afectar no solo en nuestra relación con el mundo progresista que representamos, sino también la proyección de la Nueva Mayoría”. En esa misma línea diversos dirigentes de la Democracia Cristiana, como Gutenberg Martínez, indicaban que el conglomerado oficialista había “perdido su mayoría” y en el PPD insistían con que la reforma educacional era “impostergable”.
La economía cercaba la posibilidad de concretar más avances en las reformas. El actual ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, abogaba por restringir el avance en estas reformas, con el fin de proteger las finanzas del Estado en un contexto de desaceleración internacional, y la Presidenta lanzaba el “realismo sin renuncia”.
Sus intenciones de aclarar las dudas sobre el rumbo del gobierno generaron más incertidumbre, lo que recién pudo resolverse por completo hace pocas semanas, donde los presidentes de los partidos aseguraban que la mandataria mantenía su liderazgo intacto, así como también destacaron que gozaba de buena salud.
Después de toda esa agua bajo el puente, esta semana, al término del período distrital de los parlamentarios, los presidentes de los partidos debían encontrarse de nuevo para analizar el fallo de La Haya, pero también es hora de preocuparse de los próximos desafíos electorales que enfrentarán, y además cómo esto repercutirá en ese contexto el éxito o fracaso de las principales reformas del gobierno.
Varios dirigentes creen que muchos de estos compromisos de campaña no se podrán cumplir durante el actual mandato, y en esa misma línea, según La Tercera, se busca capitalizar ese mensaje de realismo para poder aglutinar a los partidos ante un próximo período presidencial.
“Hay un proceso de reformas que no se va a alcanzar a completar. En materia previsional no alcanzaremos a estar en condiciones de enfrentar una reforma como las que plantea la Comisión Bravo. Y el tema constitucional queda para un próximo gobierno. Haciendo las cosas bien, la gente puede darnos una oportunidad de un segundo mandato, y para eso la proyección de la Nueva Mayoría es esencial”, manifestó el presidente de la DC, Jorge Pizarro, lo que también lo aleja de lo indicado tanto por su antecesor, Ignacio Walker, así como también el ex timonel y líder histórico de la falange, Gutenberg Martínez.
Walker precisó que “la proyección de la reforma educacional dependerá de cuán bien o mal hagamos las cosas en estos proyectos emblemáticos en lo que resta de gobierno: educación superior, nueva educación pública y carrera docente”. En este contexto agregó que él es un “socio fundador” de la Nueva Mayoría y que los presidentes de los partidos lo determinaron, a su juicio, como un acuerdo “político programático para apoyar el gobierno”.
La presidenta del Partido Socialista, Isabel Allende, coincide con Pizarro, y asegura que los bajos índices de aprobación que tienen tanto la clase política como la misma mandataria, se revertirán “cuando la gente empiece a sentir la gratuidad en educación, por ejemplo, cuando ya no sea necesario financiar el copago. Cuando hagamos eso bien, vamos a poder proyectarnos para el siguiente gobierno, porque la profundidad de los cambios requiere que sigamos como Nueva Mayoría”.
Incluso el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, reconoció que el proceso constitucional -a su juicio- quedará pendiente, por lo que “habrá que darle continuidad en un próximo gobierno. La reforma educacional también”.
La Presidenta contó con un repunte en su popularidad después de su actitud ante el terremoto, y cómo la administración enfrentó el fallo de La Haya. Ahora habrá que ver si es que este pequeño repunte ayuda a ordenar las huestes oficialistas.