VÍDEO | Otra de National Geographic: Descubren tortuga marina biofluorescente en las Islas Salomón
De neón y de intenso color verde y rojo, así se lució una tortuga carey frente a un biólogo marino, una de las especies más raras del mundo y que en las últimas décadas ha disminuido su población en cerca de un 90%.
La naturaleza sigue sorprendiéndonos. Si en pleno octubre llovió y hasta granizó, podemos esperar cualquier cosa. Esta vez, de lo que hablamos, es de una tortuga marina biofluorescente. El explorador del National Geographic, el biólogo marino David Gruber, encontró una tortuga carey (Eretmochelys imbricata, hoy en peligro crítico de extinción) de un brillante neón verde y rojo cerca de las Islas Salomón, al sureste de Papúa Nueva Guinea, en la Oceanía.
De hecho, este es un hecho inédito. Es el primer animal que científicos observan que sea biofluorescente. Pero, ¿qué es la biofluorescencia? Es una capacidad natural que tienen algunos animales de reflejar la luz azul que choca con su piel y volver a emitirla como un color diferente. Los tonos más frecuentes son verde, rojo y naranja. Eso sí, no lo confundan con la bioluminiscencia, un fenómeno totalmente diferente. En este caso, las especies producen su propia luz a través de reacciones químicas, o bien, una bacteria huésped que emiten luz, como por ejemplo algunos peces, tiburones, rayas, pequeños crustáceos llamados copépodos o el camarón mantis.
El periplo
Gruber, de la Universidad City de Nueva York, viajó a las Salomón hace tres meses para filmar justamente la biofluorescencia en tiburones y arrecifes de colar. Estaba grabando en la noche y en guardia ante la posibilidad de que aparecieran los clásicos cocodrilos que frecuentan la zona. Sin embargo, lo que vieron no fue un cocodrilo, sino una tortuga fluorescente.
Cuenta el biólogo marino que parecía una “gran nave espacial”. Sí, “una nave alienígena con un mosaico de neón verde y rojo por todas partes de su cabeza y el cuerpo”, señaló.
En esencia, su hallazgo consistió en capturar el avistamiento de tortugas en vídeo, incluso la iluminación artificial que estaba usando era de color azul y el filtro amarillo en la cámara eran especiales para documentar los organismos fluorescentes.
Una vez en tierra, el biólogo marino pudo hablar con los lugareños, supo que existe una comunidad cercana que mantiene en cautiverio varias tortugas carey.
Según sospecha Alexander Gaos, director de la Iniciativa Carey del Pacífico Oriental, la biofluoresciencia deberían para encontrar y atraer a una presa, como mecanismo de defensa, o bien algún tipo de comunicación. Sospecha, que en el caso de la tortuga carey, podría tratarse de una especie de camuflaje. “El caparazón de la tortuga carey es muy bueno en ocultar al animal en un hábitat rocoso arrecife durante el día. Cuando salimos a atraparlos, a veces son muy difíciles de detectar”, puntualizó para el National Geographic.
De hecho, Gruber sospecha que esta especie estaría en peligro debido a la presencia de algunas algas sobre el caparazón, que serían fluorescentes y en específico, de color verde. A nivel mundial, la población ha disminuido en casi un 90% en las últimas décadas. “Las tortugas carey son una de las especies más raras en nuestro planeta. Sin embargo, a pesar de su importancia para la conservación, estos animales siguen siendo un misterio”, concluye.