¿Se acaba la incertidumbre? Mineduc sostendrá reunión extraordinaria con rectores para detallar gratuidad
Si bien existen casas de estudio que han tomado determinaciones, como la Universidad Católica, aún reina el suspenso. Todavía existen brechas entre lo que el gobierno financiará y lo que cobrarán finalmente los planteles. Uno de los principales temores: que las actuales condiciones se mantengan más allá del próximo año.
Sus críticas “no eran presiones”, sino una opinión responsable ante la incertidumbre. Perfectamente esta frase podría atribuírsela a cualquier rector de las universidades chilenas, pero lo dijo el rector Ignacio Sánchez, a La Tercera el pasado 26 de agosto. “Si los criterios no se aclaran, La Universidad Católica no se sumará a la gratuidad en 2016”. Y de momento lo estaría cumpliendo, tal como lo confesó este fin de semana a El Mercurio.
No todas las casas de estudio tienen la espalda financiera como para poder tomar una decisión como la de la UC, pero algunas aún están analizando cómo o si es que se acogerán o no a la gratuidad, la que finalmente la semana pasada empezó a aclararse. Aún faltan puntos, y las condiciones dejaron más preguntas que certezas.
Por ejemplo, el Ministerio de Educación determinará el arancel de referencia -cantidad de dinero que entrega a una carrera específica en una universidad en particular- a finales de año. Estos después se usarán para llegar a un promedio, considerando además los años de acreditación de la universidad. Lo anterior deja una brecha respecto del arancel real -lo que la universidad cobra al estudiante por la carrera.
El riesgo es que esta brecha sea asumida por el alumno, que es lo que ocurría con el sistema de becas existente. Por tanto, el gobierno ha insistido en que serán las casas de estudio las que asumirán esto. Y éstas para poder financiarlo necesitan dinero, y tendrían un par de vías: subir los aranceles reales a los estudiantes que no se vean beneficiados por la gratuidad, o subir la cantidad de estudiantes que tienen, pero para acceder a los dineros que entregará el gobierno, no pueden aumentar su matrícula más allá de 2,7% al año.
Por un tema de fondos, algunas casas de estudio están entre la espada y la pared. Por ejemplo, el rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, asegura que “si usted me da a mí gratuidad y me deja con un déficit, 1.300 millones de pesos, la universidad se hunde en tres años (…) si digo que no a la gratuidad porque nos vamos a la ruina, los estudiantes dirían que podían tenerla, pero que yo les dije que no. Los tendría en contra”, manifestó a T13 Radio.
El escenario es dispar. Las casas de estudio privadas -a las que se les exige una serie de condiciones para acceder al beneficio, que responden a 4 años o más de acreditación, participación de estudiantes, académicos y funcionarios, y que ninguno de sus directores esté relacionado con instituciones que lucren- plantean que los estudiantes más vulnerables son los que están estudiando con ellos, y están quedando fuera de la gratuidad.
Con esta información sobre la mesa hoy el Consejo de Rectores (CRUCh) se reunirá con Francisco Martínez, de la División de Educación Superior del Mineduc, para aclarar algunos aspectos respecto de la gratuidad y cómo cada universidad podría hacerse parte. Pero uno de los puntos que les preocupa es la pérdida de la autonomía. Por ejemplo, el rector de la Universidad Católica del Maule, Diego Durán, afirmó a El Mercurio que “no puede pasar que una medida económica limite el funcionamiento de la universidad”. Además, asegura que las universidades de regiones tienen poco margen de acción ya que tienen población más vulnerable que requiere apoyo de forma más urgente.
Esta forma de otorgar dineros a las casas de estudio es transitoria. Aún no hay ley, la que recién se debería ingresar a finales de año. Esta forma de financiamiento, mediante ley de presupuestos, debería solamente ser vigente enla medida que se discute la ley de educación superior. En ese sentido, todavía no se tiene claro cuáles serán los efectos de esto.
El vocero de gobierno, Marcelo Díaz indicaba que “esperamos que todas las instituciones que puedan se sumen. Vamos a trabajar con ese objetivo y ojalá el resultado sea el que esperamos”. En esa misma línea, la ministra de Educación manifestaba a La Tercera -intentando hacerse cargo de la incertidumbre reinante en esta discusión- que “si no te arriesgas, nunca podrías cambiar las cosas”. Es un mensaje lleno de esperanza, pero que da a entender que falta aún mucho por aclarar. Y si a esto le sumamos al jefe de las finanzas públicas, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, que anoche en Protagonistas de T13 dijo que “dar más gratuidad va a depender de cómo nos vaya como país” a lo que agregó que “no tenemos ingresos para dar rápido gratuidad universal”. Las expectativas son altas para la reunión de esta tarde. Y el tiempo avanza y mucha gente tiene que tomar decisiones, como por ejemplo ¿Dónde voy a estudiar?.