Nueva Mayoría busca blindar a Bachelet y repartir culpas por posible fracaso en nombramiento de Contralor
El ministro de Interior, Jorge Burgos -principal impulsor de Enrique Rajevic para el cargo- ya indicó que sería él quien asumiría los "costos políticos", mientras que desde los partidos del oficialismo aseguran que la culpa sería de todo. El fracaso de este nombramiento heriría a la imagen de la Presidenta, cuya imagen recién, tras 7 meses de caída libre, empieza a estabilizarse.
Su nombre sonaba con fuerza el 2012, pero en ese momento no determinó ser candidata. La entonces oposición, que aún ostentaba el nombre de Concertación, no podía hacer lecturas muy distintas: Michelle Bachelet era la carta mejor posicionada para enfrentar una próxima presidencial para que los cuadros de centroizquierda retornaran al poder. El sondeo, publicado a dos meses de que hiciera pública su decisión de ser candidata, un 75% de los consultados por la encuesta CEP evaluaban positivamente a la entonces ex Presidenta.
Esa fue una de las razones por las que la Concertación se inclinó por Bachelet. Pero esos tiempos, donde parecía imbatible ante la opinión pública están muy lejos, y después del caso Caval -que involucra a su nuera y a su hijo en una investigación judicial por eventuales irregularidades en la compra-venta de un terreno en Machalí- su aprobación estuvo en caída libre durante cerca de 7 meses. Esto se detuvo ayer, según la encuesta Adimark, consulta en la que por primera vez en este año la percepción positiva de la mandataria se estabilizó (evidenció un aumentó entre agosto y septiembre de 24 a 25%).
Mientras más bajaba la aprobación de la mandataria a lo largo del 2015, más revueltas se fueron viendo las aguas de la ex Concertación, ahora llamada Nueva Mayoría. Los partidos se dividían entre el cumplimiento del ambicioso paquete de promesas de campaña, en tanto que sectores más conservadores aseguraban que no se iba a poder cumplir todo, a causa de un escenario económico adverso. Incluso a mediados de año surgieron con más volumen las voces que destacaban el carácter de acuerdo eleccionario de la Nueva Mayoría, prácticamente sentenciándola de muerte si es que no se concretaban las reformas.
El sondeo de ayer, que está influenciado por la actuación de la mandataria ante el terremoto del 16 de septiembre y las señales de austeridad presentadas para financiar la reconstrucción, da un respiro a la actual administración. Es un buen momento que debe capitalizarse, pero también se ven amenazas.
El gobierno, principalmente a través del ministro de Interior Jorge Burgos, ha impulsado el nombramiento de Enrique Rajevic, abogado cercano a la Democracia Cristiana, al cargo de Contralor General de la República, título no menor ya que está a cargo de visar todos los actos administrativos del Estado, así como también de fiscalizar el correcto uso de los recursos. El nombramiento de este abogado, también asesor del Ministerio de Vivienda, está en un serio riesgo: él ha sido cuestionado por una demanda que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó en su contra por el no pago de una beca, ya que Rajevic se demoró cerca de 8 años en terminar su doctorado en España (inició su programa de estudios entre el 2000 y el 2003). Anoche se reveló en TeleT13 que el abogado argumentó que sólo le restaba terminar su tesis, carta que envió en diciembre de 2008.
El Consejo intentó nuevamente presentar una acción civil en el 2010, pero finalmente el servicio estatal que ve este tipo de temas, la Procuradoría Fiscal de Santiago, analizaron los antecedentes y concluyeron que la acción estaba prescrita, y que más encima el crédito resultaba “incobrable”. Éste es el principal argumento en su contra, a causa de que se vería mal que una persona cuestionada encabezara un organismo que está encargado de fiscalizar a todo el Estado.
El otro motivo es el mal endémico de esta administración, ya que suelen realizar nombramientos sin consultar a los partidos, y repentinamente surgen sorpresas desagradables, como lo ocurrido con Jorge Insunza, ex ministro de la Secretaría General de la Presidencia, del que se reveló que realizó asesorías a mineras mientras encabezaba la comisión del ramo en la Cámara de Diputados. En este sentido, el senador socialista Alfonso De Urresti ha sido uno de los que más ha criticado la nominación de Rajevic, al indicar que no es un nombre que se haya discutido, lo que es negado por el gobierno, desde donde hacen presente que el nombre de Rajevic era uno de los que se presentaron.
El punto es que el día llegó: hoy, cerca de las 10 y media Enrique Rajevic deberá enfrentar a la Comisión de Constitución del Senado, encabezada precisamente por De Urresti, y ahí deberá presentar los argumentos por los cuales sería idóneo para el cargo. La votación tendría lugar entre esta tarde y mañana.
Desde el fin de semana Jorge Burgos ha dado señales de que se haría cargo de los “costos políticos” (entre líneas se lee como una disposición a dejar el cargo) en caso de que el nombramiento fracase. Pero lo cierto es que este fracaso empañaría la estabilización que está experimentando la mandataria en las encuestas. Desde ya en la Nueva Mayoría están realizando acciones para repartir las culpas y disminuir el daño que experimentaría la actual administración en caso de que se niegue el cargo a Rajevic, que debe obtener 22 votos, de los cuales, según La Tercera, el gobierno tendría tan sólo 17 a favor. “Si los votos no están la responsabilidad no es del ministro del Interior, sino de todos nosotros. Por supuesto que este tema lo lleva el ministro del Interior y ahí faltó más diálogo”, manifestó el presidente del PPD, el senador Jaime Quintana.
Hasta ahora se considerarían dos votos en contra por parte del senador independiente Pedro Araya, Antonio Horvath y del mismo De Urresti. Desde la oposición votarían en bloque, aunque el senador Hernán Larraín (UDI) ha mantenido un cierto suspenso, al haber conocido a Rajevic desde la Universidad. Pese a este escenario adverso, Burgos indicó que “los votos van a estar”. Falta ver cuán exitosas termina siendo su gestión, para ver si es que finalmente se elige a Rajevic, y el suspenso se mantiene para ver las consecuencias que experimentará el gobierno, que se podrían reflejar en pérdida de apoyo para la mandataria.