Increíble: estudiantes son acusados de estafa porque les faltaron tres lucas para pagar fotocopias
Erwin y Jonathan iban atrasados a clases. Pasaron a imprimir un trabajo a un ciber café y les salió más caro que la plata que tenían. Terminaron presos y acusados de estafa. ¿Mucho color por unas impresiones en blanco y negro? Juzgue usted.
Es pasada la media noche del 10 de septiembre y Erwin Becerra (19), a la izquierda en la foto, está por primera vez en su vida sentado en un frío y oscuro calabozo. Está junto a su amigo y compañero de curso Jonathan Vera (19) que cumple también con su primera noche preso. Ambos cursan primer año de construcción civil en el Instituto Profesional Aiep de República. Los dos trabajan como obreros de construcción.
Los dos se asustan cuando llegan otros detenidos a compartir celda en la 17 comisaria de Las Tranqueras, en Las Condes.
-¿Y ustedes por qué están acá?- les pregunta intimidante uno de ellos.
Erwin lo piensa. Entre la vergüenza, los nervios y el miedo, contesta:
-Por estafa – dirá serio y cortante. “Dicho así sonaba más, como decirlo, no sé, es que uno en esa circunstancia trata de no demostrar miedo… al contrario, la idea era sonar medio brígido haha…no sé ¡Estaba súper urgido poh!”, dirá después más relajado. La verdad no es tan ruda.
Pocos minutos antes de las siete de la tarde del mismo día, Erwin se encuentra con Jonathan en el metro Escuela Militar. Erwin viene de su trabajo en una construcción en Los Trapenses y Jonathan de una en Cantagallo. Van apurados porque van a llegar como es habitual, un poco tarde a clases. Pero antes de tomar el metro recuerdan que tienen que imprimir un trabajo que hicieron en pareja para el ramo de Maquinaria.
Entran a un ciber café. Se sabe, imprimir en un ciber café es caro. Varias hojas tamaño carta pegadas dentro del local tienen impreso el precio de las impresiones: “200 pesos x hoja b/n“. Jonathan y Erwin revisan el trabajo. Lo editan un poco. Lo mandan a imprimir.
Ricardo Serrano, dueño del ciber café, imprime las 42 hojas. Hace la boleta por 8.450 pesos.
Ahí empezó el problema. Según Erwin y Jonathan, su error fue no ver el precio de las impresiones, sacar la cuenta de cuánto les iba a salir y revisar cuanta plata tenían.
“Teníamos cinco lucas, y la verdad es que siempre imprimir esa cantidad de hojas, en República, sale mucho más barato. Una vez imprimí como 70 hojas por 2 mil, algo así. Si incluso pensábamos que con el vuelto íbamos a pasar a comer algo”, dice Erwin en el pis0 10 del edificio B del cuarto juzgado de garantía de Santiago. Junto a Jonathan viene saliendo de una audiencia preparatoria de juicio abreviado en la cual nuevamente, al igual que en el control de detención y formalización del 11 de sepriembre, se negaron a aceptar la culpabilidad por el delito de estafa falta imputada por la fiscalía, y pagar una multa de 1/3 de UTM cada uno (cerca de 15 mil pesos). Prefieren irse a juicio: “Queremos probar que somos inocentes”, dicen casi a coro.
Serrano, que atiende su ciber café y centro de llamadas hace 12 años, asegura que en más de una década jamás le había sucedido algo así. “Se me ha arrancado gente sin pagar, eso sí. Pero muchas veces cuando, por ejemplo, alguien se pasa en el teléfono y no le alcanza la plata, he llegado a arreglo, que me dejen un documento o un celular en prenda y me pagan al otro día”. Esta vez, asegura Ricardo, fue diferente: “Desde el primer momento se negaron a pagar diciendo que era muy caro. No me quedó otra que llamar a Carabineros. Yo sé que es más caro imprimir acá que en una local subvencionado por una universidad o instituto, pero no es mi culpa”.
–¿Pero no cree que es mucho color por 40 hojas en blanco y negro?
-“Hehehe…no pues. O sea, yo solamente hice una denuncia. Independiente de cuánto sea el monto un delito es un delito, creo yo. Por supuesto que es una lata que llegara a lo que llegó, pero yo ahora solamente soy un testigo”.
Por su lado, la impresión de lo sucedido de parte de los compañeros es otra. Ellos dicen que ofrecieron abonar los 5 mil y volver a pagar después. “‘Cancelan o Carabineros’ decía el caballero”, dice Jonathan, y agrega: “Nosotros dijimos que vengan los Carabineros, sin pensar que nos iban a sacar esposados de ahí”. “Le puso mucho. Demasiado”, dice Erwin.
El comienzo del juicio quedó agendado para el 10 de diciembre de este año.