La aterradora experiencia de una joven que asegura haber sido drogada con un cepillo de dientes en Valparaíso

Ross Mary Gómez (21) siente un hormigueo en los brazos. Siente el corazón latiendo fuera de control. Siente que no puede respirar. Que se ahoga. Siente la mitad de la cara dormida. Está en el centro de Valparaíso. Es medio día y a tropezones, a punto de desvanecerse, camina hasta una farmacia y pide ayuda.

A lo lejos, mareada, con la mirada borrosa, ve a un hombre alto, robusto, moreno, de pelo largo y canoso, ofreciendo cepillos de dientes a los peatones que pasan por la calle Condell, entre Bellavista y Pudeto. Hace unos dos minutos pasó a su lado.

-Ando regalando estos cepillos de dientes, tienen vibrador y limpian mejor- le dijo el hombre.

Ella no le prestó atención. Siguió caminando. Pero el tipo insistió.

-¡Acéptamelo si es una promoción!- le dijo poniéndose frente a Ross Mary.

-No, gracias- le contestó al mismo tiempo que intentaba esquivarlo. Al levantar su mano izquierda para mostrarle la palma abierta en señal universal de querer dejar terminar el diálogo (conocido también como “habla con mi mano”) el hombre pone el cepillo de dientes sobre su extremidad abierta y con fuerza se la toma y la cierra sobre el utensilio.

Ross Mary siente de inmediato un hormigueo sobre el brazo. Y el corazón latiendo fuerte. Y se ve a si misma caminando a tropezones hasta donde está ahora, mirando desde la farmacia al hombre del cepillo de dientes. Cae en cuenta que de una forma que no logra entender, es ese el motivo de por qué en estos momentos, mientras la llevan al hospital Van Buren, se siente morir.

Ya en el hospital, los médicos le dirán a Ross Mary que estuvo a punto de sufrir un paro cardíaco por intoxicación. Que fue drogada por una sustancia que se absorbe a través del contacto con la piel. Un médico le dice a Ross Mary que tuvo suerte de no morir.

Ross Mary interpuso una denuncia en la Fiscalía local de Valparaíso, donde se encuentran investigando el extraño caso.