Colusión del confort le borró la sonrisa al protagonista del comercial de Noble: “Deben asumir su responsabilidad y enfrentar a la justicia”

Allan Filho es el nombre del actor brasileño que protagonizó desde 1988 hasta 1998 los comerciales de papel higiénico marca Noble. Lo más probable es que si naciste en los setenta, los ochenta, o incluso a principios de los noventa, al momento que lees esto, estés también imitando (con esa amarga sensación de haber sido engañado y/o de recuerdo inocente de infancia destruido) el acento carioca con el que el hombre promocionaba el producto: “Noble le da mais, ¡y no le pide mais”.

Es uno de los comerciales más recordados en la historia de la publicidad chilena. Un verdadero clásico. El rostro caricaturizado de Allan, hoy día de 58 años, de hecho sigue impreso en el envoltorio plástico de los rollos de papel.

La historia de cómo Allan, hijo de un policía y una dueña de casa, llegó a hacerse famoso en Chile es así: El año 1988, en Rio de Janeiro, su ciudad natal y en donde aún vive, participó en un casting para el comercial. Pese a que no entendía mucho el texto que debía decir, salió elegido. Tenía 31 años. Su tesis del por qué lo eligieron es porque trabajó mucho en la expresión facial.

En relación a lo cerca que el spot estaba de lo políticamente incorrecto y el roce con lo que algunos podrían considerar como racismo por la permanente alusión al color blanco del papel en contraste con su morena tez, Allan dirá: “Era algo alegre, para la risa. Nunca lo consideré algo falta de respeto, aunque hay gente que me ha dicho que sí lo encontraba racista”.

Consultado acerca del caso que envuelve a la empresa de la que fue rostro durante una década, su opinión, en exclusiva para El Dínamo fue diplomática pero firme.

–¿Supo lo que pasó con la empresa Noble?

-“No ¿Qué pasó?”

–Le cuento: La Fiscalía Nacional Económica la está acusando de haberse puesto de acuerdo con otras empresas de la competencia para subir sus precios.

-“¡Oh no! Mira, hasta donde entiendo, Chile no está pasando por un buen momento económico, al igual que Brasil. Pero eso no quiere decir que yo esté de acuerdo con esas prácticas.

–No es una práctica muy “noble”…

-“Hehehe…no, no lo es. Qué quieres que te diga, me parece triste que una empresa a la que le tengo cariño esté pasando por esto. No es algo que me alegre”.

–Por supuesto que no. Pero nos gustaría conocer su opinión.

-“Bueno, como te dije, no estoy de acuerdo con esas prácticas. Me parece bien eso sí que la justicia descubra esas cosas. Y si se descubre que esta empresa en particular, como cualquier otra, hizo algo ilegal, tiene que asumir su responsabilidad y enfrentar a la justicia”.