No siempre es un manjar: cinco síntomas de la alergia al vino
Puede que tu trago favorito te esté haciendo daño sin que te dés cuenta, y es fácil confundir el malestar con la resaca.
Quizás pasaste las festividades de fin de año con una copa (o más) en la mano, sin considerar que esta bebida de exportación te está causando un malestar particular. Hay diversos grados de alergia al vino, y el tinto tiene un mayor grado de causar intolerantes.
Lo anterior, en general, se debe a la poca tolerancia a la histamina, sulfitos y otros compuestos que van en el bebestible. Las siguientes son formas de determinar si eres alérgico:
1) Eres mujer
Desafortunadamente, las mujeres tienen el doble de oportunidades de ser alérgicas. Una pena, aunque no es suficiente para diagnosticarte con alergia solo por serlo.
2) Te cuesta respirar
El jadeo y la dificultad en la respiración, sumado a otras afecciones respiratorias, pueden ser signo de que eres alérgico a los sulfitos contenidos en el vino (en especial, si tienes asma). Por supuesto, no es raro que te canses luego de una noche de carrete, pero de seguro no es normal que te cueste respirar. Ojo ahí.
3) Te duele la cabeza
Por lo general, el vino contiene histamina, sustancia que produce reacciones alérficas y dolores de cabeza. Imagínate una alergia primaveral, que te golpea con fuerza en la cabeza en la mañana luego de una noche de diversión. Quizás sea algo rebuscado, pero existen vinos bajos en histamina para los más afectados.
4) Tu piel reacciona con locura
La urticaria y el sarpullido son reacciones no específicas a agentes irritantes. Una de las causas de su aparición son los sulfitos, histamina o la combinación entre algún medicamento y el vino.
5) Cambias de trago y te sientes mejor
Aunque resulte complicado realizar pruebas para detectar la eno-alergia, hay un truco simple que te puede servir en el momento de la fiesta. Prueba cambiando de trago: toma una cerveza y revisa tus síntomas. Si sientes alivio al instante, listo: esa es toda la información que necesitas.