Bachelet sobre Peñailillo: “Espero encontrármelo y retomar esa relación de afecto, de confianza y de amistad”
La mandataria, además, reconoce que ha pasado por períodos difíciles y confiesa que en estos diez años ha llorado “probablemente menos (veces) de las que debería”.
La Presidenta Michelle Bachelet asegura haber aprendido una dura lección. Hace poco más de un año, se encontraba con muy poca conectividad en lo que se develaba el caso Caval, escándalo que afectó su popularidad hasta niveles poco sospechados. “Pero conectada”, advierte que pasó sus vacaciones. “Este año fui premunida de todo tipo de alternativas de comunicación”, precisa, pero con humor.
Y es que en entrevista con revista Paula, reconoce que si bien el 2015 no fue el año más difícil de su vida –los de la Dictadura por cierto que fueron más complejos– sí fue uno muy difícil. Sin embargo, el verla bailando y cantando, como se intenta mostrar en las distintas actividades públicas que ha protagonizado en los últimos días, es el reflejo de que su ánimo está mejor.
Reconoce que añora “el tener la libertad de cuando uno es responsable solo de lo que uno dice o hace, y no es responsable de todo un país”. En este contexto alude indirectamente a las veces en las que se ha referido a su “intuición” (o “hunch”, como lo describió en una entrevista anterior a Radio Agricultura), expresión que le valió la crítica de la oposición principalmente.
También critica a las personas que “filtran” información, ya que ella no se considera secretista. “No busco favores entregando información. La información que es abierta es abierta y la que requiere ciertos grados de reserva porque tiene impacto a nivel del Estado, la guardo. El hecho de que yo no cuente cosas ‘antes de’ a algunos les parece que es secretismo, como por ejemplo, los nombres antes de un cambio de gabinete”.
Lo anterior lo grafica con una anécdota: “Una vez que invité a almorzar a alguien y dos horas después se había publicado el menú en el diario de la tarde. La única posibilidad era que la persona se hubiera metido al baño y hubiera tuiteado. En el mundo actual es cada vez más difícil mantener algo reservado”.
También en la entrevista se alude a las personas que acompañaron a Bachelet en su gobierno, y tocan un tema complejo: el ex ministro de Interior Rodrigo Peñailillo. “Haber vivido todo lo que vivimos… (se emociona). Bueno, es una de las personas a la que le tengo tremendo cariño y respeto. No he tenido la ocasión de encontrarme nuevamente con él, pero espero encontrármelo en algún momento y retomar esa relación de afecto, de confianza y de amistad”.
No obstante los duros momentos de la Presidenta, ella confiesa que en estos diez años ha llorado “probablemente menos (veces) de las que debería”.
La Presidenta también aborda, como pocas veces, algunos de los temas más delicados de su gestión. Por ejemplo, se le consulta sobre las personas que opinan que no fue suficientemente dura con Sebastián Dávalos, su hijo, al condenarlo públicamente por el caso Caval: “Como siempre, hay gente que dice que actué como madre y otros, que actué como Presidenta, lo cual demuestra que nunca se puede dejar feliz a todos. Como persona, puedo decir que ha sido muy doloroso, pero no tengo mucho más que decir”.
Luego, la formalización de su nuera, por el mismo caso: “Lo más importante es, primero que todo, que la justicia funciona en este país –lo estoy diciendo como Presidenta de la República- , que acá no hay nadie por sobre la justicia, y creo que esas personas formalizadas, podrán hacer la defensa pertinente para hacer sus planteamientos”. Luego, respecto de sus nietos, agrega que “los veo con menos frecuencia de lo que quisiera”, para luego indicar que la relación con su nuera e hijo quedó resentida, a su juicio, “porque dedico al trabajo mucho de mi tiempo. Espero poder compensarlos al término de mi mandato”.
También le consultan sobre que Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet, a través de Soquimich, era una de las personas que había financiado a su equipo de confianza. Parece enojarse, al manifestar a la revista que “ya me referí bastante a estos temas”, pero luego se emociona. “Primero, fue una gran sorpresa. Porque yo siempre trabajé en lo programático en las campañas previas de la Concertación, y siempre lo hice fuera de mis horas de trabajo. Y gratis (Silencio). Por lo tanto, no tenía información de esa situación. (Silencio). Yo aspiro, y así espero que sea en el futuro, gracias a los cambios en la legislación que estamos proponiendo, a que ninguna empresa, sea quien sea quien la dirija, financie a ningún grupo político. Creo que eso es lo que la política de calidad merece. Y para eso estamos trabajando”.