Las palabras de Gonzalo Rojas sobre Gabriel Boric que nadie esperaba escuchar

Es uno de los íconos del gremialismo, de la preservación de las ideas de Jaime Guzmán y del “legado” de Pinochet. Pero en una entrevista publicada en El Mostrador, el abogado e historiador Gonzalo Rojas, dio muestras de su preocupación por lo que pueda suceder con el gremialismo. Su visión es apocalíptica: “Hay una sensación de que en cualquier momento aparece una cosa peor que la anterior”.

Sus dardos van hacia la UDI, que asegura que empezó a apartarse de las ideas de Guzmán cuando apareció el “lavinismo”, “con la idea de que había que administrar, ser gerente de las personas”. Ni siquiera se compra a la única carta de renovación que podría tener el partido, Jaime Bellolio, quien ha sonado como reemplazo de Hernán Larraín.

“No me gusta para nada su forma de referirse al gobierno militar, renegar de él, llamarlo con la dureza que lo llama, a mí me parece que es chocante e inaceptable”, dice Rojas. Por eso -para él- la única solución para salir de la crisis es crear tres partidos políticos de derecha: uno liberal, otro social cristiano y uno conservador.

En contraste, la perspectiva que tiene el intelectual sobre los movimientos de izquierda como Revolución Democrática, liderada por Giorgio Jackson, y la Izquierda Autónoma, liderada por Gabriel Boric, es inéditamente menos amarga que la que tiene de su propio sector. No porque esté de acuerdo con ellos, sino porque reconoce en uno de sus líderes, Gabriel Boric, a una persona que “conoce lo que está hablando”.

“La gente de Boric está en una matriz gramsciana muy bien determinada. Hablar con Gabriel es súper interesante, conoce de lo que está hablando, no veo a Jackson en el mismo nivel de densidad conceptual, no entiendo muy bien si Jackson es hoy día más bien un leninista de pata suelta, de matriz comunista, o tiene elementos gramscianos también”.

Por esta razón, para él es una incógnita si se crea una alianza entre estos dos futuros partidos políticos: “Primero tienen que lograr un acuerdo no solo entre ellos, sino que abrirse un poquito a sectores parecidos, por ejemplo, hacia sectores anarquistas” (…) Hay algunas sintonías, pero no en la unidad”.