Casco inteligente: el dispositivo que te ayudará a tomar las mejores decisiones cuando andas en bicicleta

Cuando Manuel Sáez se fue a Nueva York, Estados Unidos, solo tenía pensando hacer un curso de inglés y luego, tal vez, volver a Argentina para trabajar en lo que había estudiado: diseño industrial. Pero se quedó. Y ahí empezó a germinar una idea que le venía rondando: hacer bicicletas. Aunque no cualquiera.

Eso fue en 2009. Y luego de eso vino a Chile a formar parte del club de emprendedores de Start-Up Chile, la 14° generación. La idea original era hacer un casco inteligente para bicis, lo que tiempo después tomó forma. Hoy la empresa Brooklyness -de Sáez y que está radicada en Nueva York- es el laboratorio de dichos aparatos que pretenden revolucionar la movilización urbana y acabar con el miedo. ¿Miedo a qué? A tener accidentes o algo peor.

“El objetivo era diseñar un producto ideal, uno que te dé la sensación de seguridad. Que te ayude a entender qué es lo que pasa a la vuelta tuyo”, dice el diseñador. Que quién viene atrás, que hacia adónde hay que doblar, que los autos rozan a los ciclistas y que, incluso, los bocinean en señal de reproche. La información es mucha y la atención, a ratos, puede desviarse.

Considerando esos aspectos, Classon, nombre del casco, ofrece una interfaz sencilla e intuitiva que codifica esa información y la simplifica.“A nivel de seguridad cualquier cosa que se te presente como una pantalla que te haga interpretar algún tipo de información distrae al ciclista y puede generar un problema”, explica Manuel Sáez.

Ojos en la espalda

Así como se pueden buscar rutas en celulares, el casco funciona de la misma forma: las flechas aparecen a un costado de la visera e indican si hay que doblar -o no- a la izquierda o a la derecha. Además, ofrece saber cuando los autos se están acercando, lo que permite tomar mejores decisiones en el camino.

Con dos cámaras de exploración del entorno, una frontal y otra posterior, el usuario podrá saber si viene alguien atrás suyo. Como si tuviera ojos en la espalda. El registro de las cámaras queda grabado, lo que podría ayudar a resolver una disputa tras un accidente.

Además tiene intermitentes que funcionan a través de sensores intuitivos, es decir, leen los movimientos naturales de la persona y accionan las luces. Las de freno se encienden automáticamente cuando se reduce la velocidad. “Para mí es clave que el diseño tiene que simplificar la tecnología”, indica Sáez.

Ahora, el casco está en la fase de testeo y su creador espero lanzarlo al mercado en diciembre de 2016 a un precio, estimado, de 200 dólares.